El viernes 12 de abril, la Legislatura reconocerá a Miguel “Chicho” Spadaro como personalidad destacada en el ámbito de la educación. “Chicho”, como lo conocer todos, ocupó durante 23 años el cargo de director en la Escuela N° 9 D.E.18, provincia de Misiones, donde dejó profundas huellas. “Este reconocimiento parte de la necesidad de sus ex alumnos de devolverle un poquito de todo lo que nos dio”, asegura Cynthia Salama, juntista e impulsora de la iniciativa.
“Yo soy responsable del área de Eduación en la Junta Comunal, fui a la escuela provincia de Misiones, y sentí la necesidad de reconocer, en Chico Spadaro, a la escuela pública”, explicó Salama a Nadie nos Invitó.
El reconocimiento será este viernes 12 de abril a las 18hs en el Salón Montevideo de la Legislatura porteña (Perú 160), con entrada libre y gratuita.
Una vida que merece ser reconocida
Miguel Ángel Spadaro, más conocido como «Chicho», nació el 28 de julio de 1935, y es el mayor de 4 hermanos. Hijo de inmigrantes italianos enseñó a leer y escribir castellano su madre. Casado con Susana Abad es padre de 3 hijos (Noemí, Patricia y Marcelo) y abuelo de 7 nietos.
A los 18 años, se recibió de docente y maestro mayor de obras. Inicio la carrera de ingeniería, pero debió abandonarla antes de finalizarla.
Alfabetizó a soldados que durante la guerra de Malvinas eran agrupados en el Cuartel de Ciudadela. Durante 8 años, integró la junta de Clasificación docente, elegido por sus compañeros del D.E.18 como vocal. Fue docente de adultos en villas y barrios carenciados.
Trabajó en el Ministerio de Educación y escribió varios libros a pedido. Si bien dirigió varias escuelas donde dejó huellas, sin dudas la Escuela N° 9 D.E.18, provincia de Misiones de la comuna 10, fue donde ocupó por 23 años, el cargo de director.
Allí entregaba sus fines de semana y hora extra curriculares para la enseñanza de computación en los tiempos de DOS, Qbase. “Hace 40 años, Chico impulsó que haya en la escuela clases extracurriculares de algo que recién empezaba, que eran las computadoras D.O.S, programación, cosas que a nadie se le ocurrían”, recuerda Salama, quién se ríe al rememorar las largas jornadas de ajedrez y torneos como el ORO Verde donde Chicho ponía a disposición su auto Taunus amarillo para llevar y traer a los alumnos. “Él iba casa por casa para llevar y traer a los chicos para que participaran en ese torneo”.
Además impulsó viajes de estudios a todo el país para los egresados de séptimo: Bariloche, córdoba, el Norte, donde no iban los padres sino el equipo docente y directivo.
La enfermedad no pudo con él, y cuando regresó de la licencia trabajó para que su escuela integrara el nuevo proyecto Escuelas Plurilingüe.
“Nada hubiera sido igual sin el paso de Spadaro por su dirección. Su desafío era construir una escuela como la educación pública y los niños se merecían. Hoy es imposible hablar de la escuela Provincia de Misiones sin hablar de Chicho Spadaro”, asegura el proyecto, que partió de la necesidad de sus ex alumnos de devolverle un poquito de lo mucho que aportó Chico a la escuela. “Reconocer a Chicho -sintetiza Salama- es reconocer a la educación pública de calidad para todos nuestros pibes”