Durante el verano, cuando aflojaron las restricciones y la necesidad de encuentro se hizo urgente después de meses de aislamiento, Horacio, un vecino del barrio, tuvo una iniciativa: “voy a estar en la plaza de los andes jugando al ajedrez, el que quiera venir los espero” en un grupo de Facebook barrial. Así arrancaba o así me enteré.
Escribe: Juan Guardia
Apenas llegué Horacio me pidió un número de teléfono y me agregó a un grupo de whatsapp. Jugué al ajedrez con vecinos y vecinas, algunos llevamos tablero otros no, “juguemos con el tuyo que es más lindo”; “ ¿vos sabes jugar muy bien? Porque yo recién arranco”; “Sos del barrio” “papá está jugando, espérenme un ratito” ; “tengo facturas si alguien quiere, mate no se puede compartir”.
Entre frases y miradas atentas por sobre los barbijos, se iban agrupando casi naturalmente por niveles. Se iba una persona y llegaba otra. Un señor se acercaba a preguntar: “Qué días están? Quiero venir” y ahí Horacio le explicaba que no había días fijos, que la idea era que él que venga avise y si alguien quiere se suma…
Llegué a casa, tenía un grupo de whatsapp nuevo, donde Horacio ya había mandado libros de ajedrez. A los pocos días alguien ponía “estoy en la plaza” y otro contestaba “yendo”. A las semanas alguien mandaba una película sobre un documental de ajedrez, otro mandaba: “mate en 2 juegan las blancas”, y pedía que manden las repuestas por privado.
Imagen. Mate en 2, juegan las blancas.
Consultas, inquietudes, todo referido al ajedrez, incluso cuando el grupo de whatsapp sufrió un cyber ataque, donde algunas personas quisieron molestar, las burlas también eran referenciales al ajedrez, (siempre hay alguien que quiere destruir lo que se está construyendo aunque no lo perjudique en nada), pero la comunidad ajedrecística supo qué piezas sacrificar y pudimos seguir con la estrategia para seguir jugando entre vecinos, vecinas y vecinit@s, porque claro está el ajedrez es para todas las edades!
Esta semana de restricciones duras, se volvió a leer, ¿quién me juega por internet? y entre desafío y desafío, esta comunidad de ajedrez, crece en Villa Luro, de una manera horizontal donde cualquier puede sumarse, donde todos pueden avisar que están yendo a la plaza con un tablero, el ajedrez sigue sumando adeptos alrededor de la Plaza de Los Andes, y es que entre las pasiones de algunas, las inquietudes de otros, las personas van creando comunidad, van generando barrio, si bien las plazas están invadidas por las clases de zumba y de fitnes, tan de moda en este tiempo que parece hacérsele culto a los cuerpos, el ajedrez, antiguo, lento, estático, silencioso, tradicionalista, sigue abriéndose paso porque como dice la frase del Dr. S.Tarrasch: «En el Ajedrez, como en la vida, la mejor jugada es siempre la que se realiza».
