Escribe Perla Natalia Castillo
El Exploratorio ofrece una clase gratuita de Meditación Popular que nos invita volver a nuestras raíces milenarias para hacer frente a lo inédito de esta pandemia. Lo popular, lo colectivo, la comunión de nuestra humanidad es necesaria para reinventar este mundo que necesita de nuestro amor para poder transformarse y nostrxs en él.
Desde que comenzó el aislamiento preventivo obligatorio, el espacio cultural de Farmacoop, no dejó de repensarse ante la adversidad de estos nuevos tiempos y reunió todas sus fuerzas junto a lxs talleristas que se sumaron a darle vida a este espacio anclado en nuestra comuna, en el barrio de Villa Luro.
Como lo presencial hoy es un imposible, acudir a la tecnología y las herramientas que nos ofrece fue el cause que le encontró esta organización para poder enfrentar los avatares a los que nos enfrenta la pandemia.
Como personas que entienden y honran el espacio que brindan lxs trabajadorxs del laboratorio, se decidió comenzar a trabajar las propuestas de talleres que estaban planteadas para este año de un modo virtual, para darlas a conocer y brindar a la comunidad el beneficio de poder transitar este espacio desde sus casas y conociendo cada una de los talleres de un modo vivencial.
Para dar comienzo a este ciclo de actividades, la primera propuesta es una clase gratuita de Meditación Popular, con días y horarios a convenir junto a lxs participantes.
La meditación popular adapta el conjunto de técnicas de respiración, relajación, movimientos, posturas, visualización e imaginación milenarias a la práctica actual.
Una propuesta interesante para llevar adelante en tiempo de aislamiento y ponernos en contacto con nuestra capacidad de auto-observación en búsqueda de una relación cada vez más armónica con nuestras raíces y nuestras posibilidades.
Es fundamental en estos tiempos reforzar el sistema inmunológico, aumentar la vitalidad, incrementar la energía y reforzar el sistema nervioso para salir de este momento histórico transformadxs y renovadxs, y esta propuesta que nos ofrece generosamente, Alina Conde, nos permite encontrar un camino para lograrlo.
Desde nuestra felicidad de contar con un espacio como El Exploratorio en nuestra comuna y valorando esta propuesta, nos contactamos con Alina para que nos explique de que se trata la Meditación Popular y nos cuente un poco más de su participación en el espacio cultural de la fármaco recuperada.
¿Cómo fue que te acercaste a participar en El Exploratorio?
Como me gusta pensarlo, sí algo bueno tiene esta época es que solemos tomar conciencia de la multicausalidad que tienen los eventos que nos suceden. Una de las causas es que yo soy docente e ilustradora de toda la vida, artista plástica y ahora estoy terminando mi primera novela que quiero publicar este año, o a comienzos del año que viene, me siento afortunada de haber encontrado el arte como un modo de sanación y expresión y busco formas de compartirlo.
Soy algo inquieta y buscaba fronteras para poder explorar proyectos nuevos y proponer talleres que ya vengo desarrollando, porque de muchos modos, se me hace evidente que hay muchas facetas de la cultura y de la sociedad que necesitan ser revisadas y transformadas y para eso el trabajo cultural es vital.
Cuando una amiga, Paula Herrera Vivas que es directora audiovisual y docente, se enteró que yo estaba buscando un nuevo espacio para explorar nuevas propuestas me avisó de un espacio que se llamaba El Exploratorio.
La verdad es que a mí primero me hechizó el nombre, esa es la verdad, porque es muy sugestivo. En principio me pareció hermoso y cuando me enteré que era un espacio donde lxs trabajadorxs habían resistido para sostener la fábrica, como consecuencia del deterioro de la economía del país, me pareció impresionante, tenía la mística que yo estaba buscando.
Estaba dispuesta a poner el laburo y cuando me acerqué me di cuenta que había mucha gente involucrada con ganas de hacer cosas y con ganas de aportarle a la comunidad movidas nutritivas para la cultura, me parece que es lo que hace falta y está bueno trabajar.
Contanos en qué se basa la Meditación Popular y dónde nace.
La meditación popular es una propuesta que estoy desarrollando, que no me pertenece, y que es un concepto muy complejo y que toma a la meditación como objeto de estudio y está atravesada por los aportes teóricos y prácticos de muchas disciplinas. Cuenta con el aporte de psicólogos sociales, de trabajos de campos de psicólogos sociales en Argentina, elementos de trabajos del movimiento humanista, también de antropólogxs que han explorado distintos hábitos y prácticas que tienen que ver principalmente con los pueblos de culturas milenarias.
Se apoya en investigaciones del mundo del arte, del arte del movimiento, del yoga. También psicólogxs sociales y de la psicología tradicional como principalmente Jung, toda la escuela que tiene que ver con la psicología transpersonal y filósofos que se han preguntado sobre el acto de meditar y el acto popular de meditar y de tradiciones profundas vinculadas con este acto, Rodolfo Kusch por ejemplo.
Estamos uniendo dos conceptos muy fuertes, que tienen que ver por un lado con acto de frenar la mente, de educar la mente, de canalizar y aprender a ejercitar la mente para dirigirla hacia un fin que en este caso es el bienestar común.
Ahora contamos con el aporte de activistas del mundo de la ecología, permacultores, feministas. Son muy amplios los aportes de la meditación popular, porque básicamente lo que nos planteamos como miembros de un movimiento es transformar la cultura para vivir en un mundo mejor.
¿Qué diferencia a la Meditación Popular de la meditación tradicional que conocemos?
La diferencia principal entre ambas es la actualización de técnicas milenarias espirituales y psicofísicas a la naturaleza ecléctica de nuestro tiempo. Después, la idea y concepto de que “nadie se salva solx”.
Somos parte, tenemos una familia en el sentido profundo de familia, somos parte de una historia, de una geografía, de constelaciones, de sistemas, de motivos que se continúan en el tiempo y que van a continuar en el tiempo después de nosotros y que hace necesaria la meditación como un medio de tomar contacto con esa trascendencia.
Al mismo tiempo, tiene una impronta feminista porque quienes impulsan los movimientos que tienen la idea de transversalidad, de horizontalidad y de circularidad para manejarse están impulsados básicamente por mujeres que de ningún modo dejan afuera a los varones ni a las diversidades sexuales, los incluyen.
Plantean la igualdad de géneros como una necesaria vindicación dentro de las instituciones religiosas y en la sociedad, en la aceptación progresiva de que las mujeres somos agentes fundamentales de espiritualidad y sensibilidad.
Cabe preguntarse porqué en las religiones y en las prácticas insitucionalizadas no existe el liderazgo femenino, sino que son todos masculinos, entonces las reivindicaciones feministas tienen que ver con una necesaria revisión de esta circunstancia.
También consideramos que el pueblo es fuente de sabiduría, donde tenemos principalmente dos ideas básicas, una que tiene que ver con el pasado con prácticas que tienen tradiciones milenarias. Desde hace miles de años la gente sabe que sentarse de un modo, practicar un rito, respirar de cierta forma hace que los pensamientos tengan una actitud, una velocidad y una consistencia que cambia sí cambian esas formas.
Entonces, eso tiene que ver con el pasado, con la fuente de sabiduría. Y también hay una fuente de sabiduría en el futuro entendido en lxs jóvenes, en lxs niñxs, en sus preguntas, en su renovada perspectiva de la vida, siendo una fuente de replanteamientos de nuestro adultocentrismo.
Cabe preguntarnos como adultxs qué estamos haciendo con el futuro y qué espacio le estamos dejando a la juventud ante esas cosas que no funcionan y nosotros observamos que son retrógradas y que no tienen que ver con una forma de vida sustentada en lo justo, en lo sano, en lo noble.
Por eso los movimientos de jóvenes son tan nutritivos, y está bueno que como adultxs seamos capaces de seguirlxs y percibir en ese cambio que proponen una oleada fresca que revivifica la cultura y revivifica las prácticas sociales y los ritos adquiridos.
¿Cómo se proyectan estas clases dentro del espacio cultural?
La idea era ofrecer clases presenciales semanales muy accesibles principalmente a lxs trabajadorxs del laboratorio Farmacoop, y para la comunidad del Exploratorio, pero la cuarentena presentó un desafío, la conjunción de una mayor soledad con la idea “el problema es la solución”, es decir, tratar de encontrar en la tecnología la forma más creativa y rápida posible para expandir, ampliar los grupos a lxs que llegan estas prácticas y estas idas.
Por otro lado, en la cultura nos parece necesaria esta práctica para revisar las estructuras sensibles, los pensamientos, los hábitos que tenemos en nuestra vida cotidiana para con nosotros como especie y con las otras especies, animales y vegetales, para revisarlas y volverlas más sustentables y justas.
Lxs espero, la idea es juntarnos virtualmente y practicar aprendiendo a usar todas las capacidades y limitaciones a las que nos enfrenta el mundo digital, tomar conciencia de ellas y de a poco tratar de democratizarlas en comunidad.
Clase virtual gratuita – Cupo limitado de 6 lugares.
A cargo de @celiaalinaconde
+ Info: alinaconde72@gmail.com
Día, horario y plataforma virtual a convenir con lxs participantes.