La histórica línea de colectivo 99 dejará de funcionar como línea independiente y su recorrido será absorbido por la línea 106, que pasará a operar con nuevos ramales.
La información fue confirmada por la Secretaría de Transporte de la Ciudad de Buenos Aires, que ya inició el proceso formal de Participación Ciudadana, una instancia obligatoria antes de que se implementen modificaciones definitivas en el transporte urbano.
La importancia de la línea 99 para la conexión barrial
Durante décadas, la línea 99 cumplió un rol clave en la conectividad entre el oeste porteño, el centro y el bajo de la Ciudad, siendo un medio de transporte fundamental para trabajadores, estudiantes y vecinos que dependen del colectivo para trasladarse diariamente.
Las líneas de colectivos no solo garantizan movilidad: unen barrios, acercan servicios, conectan hospitales, escuelas, centros laborales y culturales, y sostienen la vida urbana. Por eso, cualquier cambio en su funcionamiento genera preocupación y merece un análisis profundo desde una mirada barrial.
Por qué se elimina la línea 99
Según explicaron desde el Gobierno porteño, la iniciativa surge a pedido de la empresa operadora Colectiveros Unidos S.A. (CUSA), perteneciente al Grupo DOTA, que administra tanto la línea 99 como la 106.
El argumento oficial señala que ambas líneas presentan una importante superposición de recorridos, lo que —según las autoridades— genera ineficiencias operativas. La fusión, aseguran, permitiría optimizar recursos, mejorar frecuencias y sostener la cobertura del servicio, sin reducir la accesibilidad para los usuarios.
Cómo será el nuevo esquema de recorridos
Con la desaparición de la línea 99, la línea 106 pasará a operar con dos ramales:
Ramal A: mantendrá el recorrido tradicional entre la Estación Liniers y la Terminal de Ómnibus de Retiro, con algunos ajustes puntuales, especialmente en el tramo de avenida Santa Fe en el regreso.
Ramal B (ex 99): conectará la Estación Liniers con el Predio de Regulación del Puerto de Buenos Aires, en la zona de Córdoba y Madero. Este ramal incorporará cambios en su paso por avenida Avellaneda, Parque Centenario y el Microcentro, además de una extensión hasta Liniers.
Para absorber la demanda, la línea 106 contará con un parque móvil máximo de 102 unidades, según datos oficiales.
Un debate necesario
Si bien desde el Gobierno sostienen que no habrá pérdida de cobertura, la eliminación de una línea histórica como la 99 abre interrogantes sobre frecuencias reales, tiempos de viaje y calidad del servicio, especialmente en barrios que dependen casi exclusivamente del colectivo.
En una Ciudad atravesada por desigualdades territoriales, defender y fortalecer el transporte público es clave para garantizar el derecho a la movilidad
