Las salas de teatro independiente, las bibliotecas populares y los centros culturales sin fines de lucro denuncian que los aumentos de los servicios públicos dispuestos por el Gobierno Nacional tienen un impacto negativo sobre sus actividades. Piden que se subsidie parte de los gastos hasta tanto se incorporen a un esquema de tarifas sociales.
Los reiterados aumentos en los cuadros tarifarios dispuesto por el ministro de Energía Juan José Aranguren, tuvo un impacto negativo sobre distintos sectores de la economía en general.El campo de la cultura y la educación no están exentos de esta situación. Tal es el caso de los centros culturales sin fines de lucro, las salas de teatro independiente, y las bibliotecas populares, que recientemente han denunciado los frecuentes aumentos de los servicios públicos determinados por el Gobierno Nacional.
Frente a este escenario, en la Legislatura porteña se prevé un subsidio a favor de estas organizaciones culturales, que consistiría en un recorte de al menos un cincuenta por ciento de las tarifas mensuales de los servicios de electricidad, gas natural y agua corriente, hasta tanto se gestioné y logré su incorporación al esquema de tarifas sociales que se debería disponera nivel del Ejecutivo Nacional.
Las bibliotecas populares, enmarcadas en la Ley N° 23.351,están incluidas como beneficiarias de tarifas reducidas en los servicios prestados por empresas del Estado que resulten imprescindibles para su mantenimiento. Sin embargo, conforme la página oficial de la CONABIP esta disposición sólo se hizo efectiva respecto del servicio telefónico y de acuerdo a lo manifestado por representantes de distintas bibliotecas, peligra la continuidad de sus actividades.
Para losteatros independientes el incremento tarifario se encuentran en el orden del 300% y 400%. La sala Timbre4 del barrio de Almagro, pasó de pagar $ 5.000 a tener que abonar $ 25.000 por el servicio de energía eléctrica. De la misma manera, la factura de la luz de La Carpintería Teatro, ubicado cerca del Abasto, subió de $ 1.500 a $ 7.500, mientras que el Teatro del Pueblo que es uno de los primeros teatros independientes del continente, reveló que en su caso, se elevó de $ 1.500 a $ 7.400.
Éstas analizan que el traslado de costos al precio de las entradas significaría llevarlas de los $ 100 actuales a los $ 900 ó $ 1.000, lo que devendría en una merma de la concurrencia de público y la pérdida de su razón de ser, como ocurre también con los centros culturales.
Frente a esta situación, Roy Cortina, legislador porteño por el Partido Socialista, a través de un proyecto de ley, propuso otorgar un “subsidio mensual equivalente, como mínimo, al cincuenta por ciento (50%) de las tarifas de electricidad, gas natural y agua corriente que correspondan al uso de sus instalaciones a favor de las bibliotecas populares;las salas de teatro independiente; y los centros culturales cuyos titulares sean personas jurídicas sin fines de lucro”.Según el legislador, estas instituciones desempeñan un rol social como creadoras y promotoras de cultura, como garantes de la diversidad y el surgimiento de manifestaciones alternativas
La iniciativa de Cortina comprende a las bibliotecas alcanzadas por la Ley 2.035, a los teatros de la Ley 2.147 que tienen una capacidad máxima de hasta trescientos cincuenta espectadores y a los centros culturales de la Ley 5.240, en tanto sus titulares sean personas jurídicas sin fines de lucro.
Si bien no existen datos oficiales, desde el entorno del legislador aseguran que distintas fuentes permiten estimar que con esta iniciativa se estaría contribuyendo a la subsistencia de alrededor de cuarenta bibliotecas, cien salas de teatro y aproximadamente trescientos centros culturales autogestionados.