Los aires, que fueron comprados por la cooperadora de la Escuela N°2 D.E.18 con el aporte de las familias, necesitan una reparación pero desde Dirección de Infraestructura Escolar de la Ciudad prohíben que la cooperadora contrate a un técnico y tampoco mandan a un técnico de SEHOS, la empresa asignada para que los arregle.
La escuela Alejandro Aguado siempre tuvo una comunidad activa y participativa, es así como es una de las escuelas que cuenta con natatorio gracias al aporte de las familias y la gestión de la Asociación Cooperadora. Del mismo modo, con mucho esfuerzo, la comunidad recaudó el dinero para comprar un aire acondicionado para cada una de las aulas que se encuentran en el primer piso de la escuela, los cuales en su momento, también estuvieron mucho tiempo a la espera de ser instalados.
Los últimos meses del 2022 el edificio escolar que se encuentra en Cervantes y Av. Álvarez Jonte era una caldera, como seguramente lo fueron muchas escuelas ya que no todas tienen la suerte de contar con aires acondicionados, y las que tienen la suerte de tenerlos tampoco pueden contar con ellos, así es el caso del Aguado.
Dado como se vivieron los últimos meses del ciclo lectivo anterior, la Asociación Cooperadora de la escuela se propuso invertir y se puso en contacto con varios técnicos para pedir presupuesto, con la idea de revisar y reparar los aires. La idea era que a comienzo de clases se pudiera dar uso a todos los aparatos que ya demostraron no estar en condiciones desde el año pasado.
Las familias se organizaron y buscaron distintos presupuestos para dar solución las semanas previas al inicio de las clases. Pero tuvieron que cancelar la contratación del técnico porque la Dirección de Mantenimiento envió un mensaje a la conducción de la escuela, donde decía: «Hola, NO los toquen sino SAHOS no se hace responsable».
Al parecer no se hizo responsable porque llegó el 27 de febrero, el termómetro llegaba a 35 grados y los aires, al día de hoy, martes 14 de marzo, siguen sin funcionar.
El último mensaje del arquitecto del GCBA responsable fue a comienzos de la semana pasadas y citamos textual: «No, no, no, el área de compras ya hizo la compra de los capacitores para los aires, hoy me encontré con SEHOS en Virgilio y me dijeron que ya hicieron la compra. No toquen nada eh, sino SEHOS no se va hacer responsable, además, compraron los capacitores. Nada, en breve, el área de compra ya lo aprobó y no sé, irán mañana, pasado, esta semana imagino”.
Con esta liviandad, en medio de una ola de calor nadie da soluciones y tampoco permite que la comunidad pueda resolverlo.
Mientras tanto, tampoco se suspenden las clases y las familias que pueden resolver su día y en muchos casos haciendo malabares, no mandan a sus hijos a la escuela. De este modo, se le da la posibilidad de migrar a los espacios que cuentan con aire en funcionamientos a los chicos que no tienen otra opción y tienen que ir.
Mientras el discurso se basa en la importancia de la educación, se somete a las y los estudiantes a exponerse a las altas temperaturas o perder días de clases, porque para cuidar su salud las familias deciden no enviarlos.