El dato se desprende de un relevamiento efectuado durante septiembre y octubre de 2019 por la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) y, además de expresar la difícil situación económica que se vive, permite reflexionar sobre la utilidad de la política de criminalización hacia los vendedores ambulantes de la zona.
Según el estudio de la CAC, que reveló las principales áreas comerciales de la Ciudad, durante estos dos meses se detectó un total de 296 locales sin actividad comercial -por venta, alquiler, clausurados o simplemente cerrados- en las áreas relevadas.
En concreto, las avenidas Córdoba (4000-5300), Cabildo (0-1800), y Santa Fe (700 – 5300), Rivadavia (2000-2800; 4900-5400; 6300-7400; 11000-11600), Avellaneda (2800-3800), Corrientes (200-6800) y la Peatonal Florida registraron alzas de locales inactivos.
En Avenida Cordoba pasó de 19 a 21; en Cabildo, de 15 a 19; en Sante Fe, de 31 a 53; en Rivadavia de 43 a 58; en Avellanda, de 11 a 30; en Corrientes, de 51 a 86 y en la Peatonal de Florida, de 13 a 18, respectivamente. Por su parte, la avenida Pueyrredón (0-1200), fue la única que disminuyó, pasando de 14 a 11 locales.
En términos interanuales –esto es, respecto al período septiembre y octubre de 2018– se registró un alza de locales vacías fue del 30%, dado que en el quinto bimestre del año pasado los locales sin actividad eran 228.
Bolsillos flacos, locales cerrados
El cierre de comercios en inseparable de la baja en el consumo y en la pérdida del poder adquisitivo de los porteños. En ese sentido, según datos de la Federación de Comercio e Industria de Buenos Aires (Fecoba), las ventas del comercio minorista pyme en la ciudad cayeron un 13,9% anual en octubre.
“Si bien octubre fue un mes de mucha volatilidad en el consumo por las elecciones presidenciales y el Día de la Madre, todos los sectores se vieron afectados por la retracción. Entre las caídas más profundas en la comparación anual estuvieron electrodomésticos, artículos electrónicos, de computación y celulares, con una baja anual de 22,2% en parte influida por la resistencia a tomar deudas en el contexto incierto pre electoral”, destacaron desde la federación.
Imagen. Operativo policial en la calle Avellaneda
¿La culpa era de los manteros?
La otra lectura que se pueden hacer de los datos brindados por la CAC es que, al menos a primera vista, los cuantiosos y violentos esfuerzos que está haciendo desde hace tiempo el gobierno porteño y la policía de la Ciudad para erradicar la venta ilegal de la zona – con la excusa de que los manteros compiten con los locales comerciales- no generó mejoras en las ventas sino, tal vez, todo lo contrario.
Según especialistas, los vendedores ilegales generaban mayor tráfico de gente ya que un público importante se acercaba a la zona en busca de los productos comercializados por los manteros. Por algo, en la avenida Pueyrredón, donde pese a los operativos diarios de las fuerzas de seguridad sigue habiendo bastante oferta de vendedores ambulantes, es la única zona de las estudiadas por el informe de la CAC donde hubo menos locales cerrados que en 2018.
La reflexión vale para pensar, en definitiva, prioridades. Mientras se destina una gran cantidad de recursos y efectivos policiales para perseguir a quienes buscan trabajar para poder alimentarse y vivir, zonas de la comuna como Versalles y Villa Real, donde crecen los robos y entraderas a casas, según denuncian organizaciones vecinales como Versalles de Pie, siguen siendo descuidadas y desguarnecidas por las autoridades políticas de la Ciudad.