El domingo 4 de febrero, una semana antes que el Papa Francisco canonice a la beata María Antonia de Paz y Figueroa, conocida como Mama Antula, y se convierta en la primera santa argentina, la Parroquia Santuario San Ramón Nonato y vecinos de la Comuna 10 realizarán una celebración en el pasaje que lleva su nombre.
La actividad comienza a las 19.30hs y participarán el Cardenal Mario Poli, quien brindará unas palabras sobre la Beata, y diversos funcionarios. También habrá actividades culturales: se presentará un coro y también se bailarán chacareras.
Los organizadores resaltaron que el evento es una celebración y no una misa, para poder incluir a todos los vecinos. Por ello, a la actividad están invitadas la comunidad judía, árabe y evangélica.
¿Quién fue Mama Antula?
Mama Antula nació en Villa Silípica, hoy provincia de Santiago del Estero, en 1730, bajo el nombre de María Antonia de San José. Pertenecía a una destacada familia y comenzó su práctica religiosa al acercarse a los jesuitas.
La historiadora Graciela Ojeda de Río, quien desde 1980 se dedica a difundir la vida de la beata, contó en diálogo con Télam que «era una mujer de fe, laica, comprometida con la iglesia» y destacó que «como las primeras beatas de la historia, comprometidas y muy cultas, que leían, se instruían y hacían beneficio a la sociedad sin mirar a quien e intentaban llegar a todos los necesitados».
Por su parte, la biógrafa e investigadora de Mama Antula, Cintia Suárez, resaltó que la beata «eligió un camino distinto al estipulado para una mujer de esa época, que te casabas o entrabas como monja».
«Ella quería ayudar, servir a un sector de la sociedad desposeído y olvidado, pero no como monja. De hecho, no hace voto de obediencia, sí de castidad y de pobreza, pero no de obediencia en ninguna orden», agregó.
En 1760, reunió a un grupo de mujeres jóvenes y se dedicó a ejercer la caridad y colaborar con los jesuitas. En 1767, tras la expulsión de los jesuitas del Virreinato y de España —por decisión del rey Carlos III— comenzó a viajar de ciudad en ciudad por el nordeste argentino promoviendo ejercicios espirituales, como hacían los jesuitas.
En Buenos Aires quiso crear un centro de ejercicios espirituales, pero gente de la alta sociedad y el virrey de entonces, se opusieron. Entonces fundó en las afueras de la ciudad la que hoy es llamada Santa Casa de Ejercicios Espirituales, ubicada en la actual calle Independencia 1190.
«Fue la pionera de la defensa de derechos humanos porque se movilizó a favor de la gente, de los indios, de los mulatos, en una época en la que las clases sociales no se mezclaban y el esclavo no caminaba por la misma gente por la calle principal, en su casa ella logró mezclar eso», sostuvo Suárez.
Murió en 1799. Sus restos se encuentran en la Iglesia de Nuestra Señora de la Merced de Buenos Aires.