El espacio cultural situado en Avenida Rivadavia 8535 recibió a todos aquellos que hacen de Maradona un fenómeno social: con música, comida invitada por la casa y bebida, se vivió el cumpleaños número 64 de Diego en comunidad, “como a él le hubiese gustado”.
Escribe: Leandro Manganelli
– Te emociona el Diego
Lo dice uno de los tantos maradonianos que inundan el Espacio Cultural TER en la noche previa a lo que sería -o lo que es, porque Maradona también significa presente- el cumpleaños número 64 del jugador que trascendió generaciones y es un fenómeno social que no claudica porque, claro está, muere quien es olvidado.
– Y se lo extraña
Completan la frase dos hombres mientras miran una exhibición de Jorge Oscar Boido, fotógrafo que captura murales de Maradona en donde sea que haya uno. Complejo o sencillo. Los más extraños y los normales. Porque así también era Diego. “Soy un tipo normal que, por hacerle un golazo a los ingleses que nos mataban a los pibes en Malvinas, hoy todo el mundo me reconoce. Porque el abuelo se lo contó al padre y el padre se lo cuenta al hijo”, se definió el diez en una nota con Matías Pelliccioni a finales de 2019. Quizá, una de las últimas pinceladas de Maradona con un micrófono.
Imagen. Maradona en murales eternos, que son de todos. Eso representó la muestra del fotógrafo Jorge Oscar Boido en el Espacio Cultural TER.
TER, espacio nacido en 2017, se erige entre murales de Maradona, Lionel Messi, Eva Perón y las Madres de Plaza de Mayo. Pero predomina Diego. Ubicado en Avenida Rivadavia 8535, en el barrio de Floresta, su fachada se esconde al lado del salón de fiestas Caramelo. “El espacio empezó con la idea de que se desarrollen cosas; dar la posibilidad a quien quiera hacer música, poesía, dar clases deportivas: lo que sea dentro de las posibilidades físicas de TER”, explica Agustín Díaz Pereyra, el encargado de este rincón social que para la nochebuena maradoniana invita la comida: la condición es llevar una bebida. Y Maradona atrae multitudes.
Imagen. Uno de los tantos rincones de TER, que tiene a Diego como principal figura en la decoración del Espacio Cultural.
Una remera dice “Fuaaaa el Diego”. Fua, el Diego. Eso se genera. Entre Manu Chao, Los Piojos y los Ratones Paranoicos, el piso de madera retumba. Y los muchachos de La Termoneta, un stream que se realiza todos los martes en TER, se preparan para una transmisión especial. “Muchos no sabían que existía”, dice Karina Medina, la productora del programa sobre el espacio cultural. Es un lugar abierto a la comunidad. Todos pueden entrar. La única condición es sentir a Maradona. Gente que ingresa y se convierte en sonrisa. Saludos, abrazos. Y ahí es donde yace el fenómeno.
“Diego es justicia social”, dice Díaz Pereyra, que además de abrir las puertas de TER, forma parte de Hinchas Argentinos, uno de los movimientos que acompañaron a la selección argentina en el Mundial de Catar y en la última Copa América: títulos cuyo éxtasis todavía resuena cuando “Muchachos” colma la noche maradoniana. Los bombos que tocan los Hinchas Argentinos tienen a Diego Armando en el centro como una marca registrada que se une a los cuadros, fotos, tapas de El Gráfico y otras tantas simbologías que hacen del diez un ser tan humano y superior a la vez.
Pasada la medianoche, después de una celebración “como Diego la hubiese querido”, Agustín Díaz Pereyra baja a tierra. “No solamente con intenciones se logran cosas en este mundo. No es una crítica, sino una realidad: hay que dejar de romantizar esto de pasar la gorra o la colaboración o de ver mal el tema de cobrar -deja en claro mientras las y los maradonianos se empiezan a saludar a modo de despedida-. Se necesita el corazón y el medio económico para materializar”. Y la comunidad que se acercó a TER con su bebida, y disfrutó de un choripán o una pizza invitada por el Espacio Cultural, se va con una sonrisa.
Imagen. El detrás de cámaras del stream de La Termoneta que llevó la batuta en la noche previa al cumpleaños de Maradona vivida en Floresta. En el centro de la escena, como conductor, Agustín Díaz Pereyra, el director de TER.
Jugador permitido o prohibido por la FIFA, Diego fue un humano suelto. Quizá sólo los que lo conocieron puedan decir si dentro de la cancha era más Diego o más Maradona. Afuera, Pelusa también se apoderaba de él y se encargaba de que el astro caminara en la tierra seca. Hoy vive en la comuna 10, pero no se atreve a ser exclusivo y se propaga por lugares infinitos. Diego cumple años. Y festeja sus goles y llora y ríe y disfruta.
– ¿De dónde surge recordar así a Maradona?
– Diego es una parte de mi vida. Es un gran faro que tuve. Realmente me salvó; me ayudó mucho para no meterme en las cosas que él se metió. Diego me enseñó a soñar y, algo mejor que soñar, me enseñó a cumplir. Y ese deber moral de saber cumplir te obliga a inflar el pecho como lo inflaba Diego e ir por más siempre -conceptualiza Agustín Díaz Pereyra.
Para siempre Diego, ejemplo de lo que no hay que hacer; pero también de lo que sí. Al final, un ejemplo de cómo ser amado.