Nacido y criado en Mataderos, Rubén Otero es músico, sobreviviente del crucero General Belgrano, y protagonista de Campo Minado, la obra de teatro que reúne a veteranos argentinos e ingleses de la Guerra de Malvinas para reconstruir sus vivencias y recuerdos del conflicto y su vida posterior. “Vernos a nosotros en el escenario después de tratar de matarnos unos a los otros, a muchos le clarifica cosas y a muchos les confunde muchas otras”, asegura.
Actualmente en la cartelera del Teatro San Martín, Campo Minado es una obra creada y dirigida por Lola Arias en 2016.
En escena están Marcelo Vallejo, un apuntador de mortero convertido en atleta de triatlón; Lou Armour, quien fue tapa de todos los diarios cuando los argentinos lo tomaron prisionero el 2 de abril de 1982 y que hoy es profesor de niños con problemas de aprendizaje; David Jackson, quien se pasó la guerra escuchando y transcribiendo códigos por radio y que hoy escucha a otros veteranos en su consultorio de psicólogo; Gabriel Sagastume, un soldado que nunca quiso disparar y que desde hace un tiempo es abogado penalista; Sukrim Rai, un gurkha que supo usar su cuchillo y que en la actualidad trabaja como guardia de seguridad; y Rubén Otero, sobreviviente al hundimiento del Buque General Belgrano y que tuvo hasta 2021 una banda tributo a los Beatles; a quien entrevistamos desde Nadie nos Invitó.
NNI: ¿Qué te llevó a estar en la obra?
Rubén Otero: En un principio yo había rechazado la oferta de Lola (Arias, la directora) porque no tenía ganas de hacer absolutamente nada. Yo estaba muy tranquilo con mi vida. A mí me gusta ir a jugar al fútbol, me gusta navegar, me gusta tocar la batería, mi laburo me gusta. Yo tengo una pequeña imprenta en Mataderos, me encanta lo que hago, y no tenía intenciones de hacer nada extra a todo eso.
Entonces Lola me convenció, digamos de cierta forma, porque cuando me entrevistó y me dijo lo que ella quería hacer vio que yo tenía una linda historia para contar, porque era un sobreviviente del Belgrano, tenía la música como una cosa muy importante en mi vida, y ella quería poner música en su obra, tocaba la batería, que es muy difícil encontrar a alguien que toque la batería. Encima tenía una historia después, que era la de tener una banda Beatle, y justamente una banda Beatle con todo lo que eso significa. Entonces Lola me trató de convencer de todas formas y al final lo logró, y hoy en día lo único que tengo para decirle a Lola es gracias.
En todas las notas que me hacen lo único que hago es agradecerle a Lola todo esto que me hizo vivir en estos últimos años porque no solamente me hizo bien a mí personalmente, curando heridas que nos había hecho la guerra, más que nada la bronca contra los ingleses, sino que me hizo conocer un montón de partes del mundo. Poder llevar la historia de Malvinas por el mundo. Nosotros estuvimos en 19 países, 39 ciudades, y en cada ciudad y en cada país que estuvimos la historia de Malvinas estuvo presente con Campo Minado. Entonces a nosotros nos hizo muy bien porque sabíamos que detrás de la historia de Campo Minado y de la historia que contamos nosotros están las historias de nuestros compañeros que quedaron allá. Y no hay nada más importante para nosotros que estar siempre rindiéndoles homenaje.
NNI: ¿Tenés compañeros ex combatientes que hayan ido al haber la obra?
R.O: Sí, sí, por supuesto. Tengo muchos compañeros que no solamente fueron una sino que fueron dos veces, y ahora van a volver a ir. Ellos mismos les dicen a otros amigos que no son veteranos que tienen que venir. Muchas veces, cuando terminamos de hacer la obra y nos encontramos con ellos en el hall del Teatro, lo primero que hacen es venir a agradecernos. Más que nada porque les sacamos un peso de encima de tantos años de bronca que le tenían a los ingleses y hoy en día el vernos a nosotros en el escenario, y ver lo que los ingleses sufrieron durante la guerra que es lo mismo que sufrimos nosotros, les cambió mucho la cabeza y sus sentimientos.
Todo esto a nosotros nos hace bárbaro, porque que venga un compañero tuyo que durante tantos años estaba viviendo con una mochila en contra de los ingleses, con esa bronca, y hoy que te diga que gracias a la obra ya no tiene que soportar más esa mochila para nosotros es importantísimo.
NNI: ¿Dónde crees que reside la potencia de la obra?
R.O: Para mí la potencia es un conjunto de todo lo que pasa en la obra. La música, que para nosotros son nuestros recreos hasta que llega el tema final, que es una descarga de todo lo que uno va juntando durante la obra porque, aunque sea una obra de teatro, nosotros nos metemos en la historia de cada uno y la vivimos prácticamente como si fueran reales.
Que los ingleses digan y le expliquen al público lo que ellos vivieron también tiene su gran potencia porque nadie se olvida que ellos eran profesionales en lo que hacían, pero sin embargo estuvieron sufriendo un montón de cosas y los soldados argentinos estuvieron a la altura de ellos que eran de soldados profesionales.
Muchas veces es muy lindo escuchar lo que el público te dice porque ahí está en verdad la potencia. Creo que es lo más importante que te deja la obra es la reflexión y el pensar para qué sirve la guerra, qué es la guerra, cómo quedan las personas después de la guerra. Vernos a nosotros en el escenario después de haber estado en guerra, de tratar de matarnos unos a los otros, a muchos le clarifica muchas cosas y a muchos le confunde muchas otras. Entonces creo que está en cada uno buscarle la vuelta.
En la obra la música en general y la batería en particular tienen un protagonismo muy grande. ¿Qué lugar ocupa la batería en tu vida?
Mirá, en mi vida, y eso está reflejado lo que es en la obra, fue mi balsa. O sea, en la obra la batería es como si fuese mi balsa, la que me salvó del hundimiento del crucero. Y también es una parte importante de mi vida, que me salvó después que volví, ya que la utilicé muchas veces como un escape.
NNI: Estamos a días que se cumplan 40 años del inicio de la guerra. ¿Qué te parece que puede estar bueno que reflexione un pibe de 20 años o 30 años?
R.O: La reflexión es que la guerra no sirve absolutamente para nada. Hoy la tenemos en la televisión, viendo gente que no tiene absolutamente nada que ver, que muere por la decisión de alguien. En nosotros está muy a la vista que no tenemos ninguna parte positiva para ver lo que es la guerra. Mirá cómo será de negativa la guerra que nosotros con los ingleses a pesar de haber estado así en guerra hace 40 años, hoy en día estamos haciendo una obra de teatro juntos. O sea, tan ridículo fue todo aquello que ni eso de la guerra nos pudo separar como para hacer algo juntos, por más que tengamos pensamientos completamente diferentes sobre el tema de Malvinas. Porque nosotros siempre vamos a decir que las Malvinas son argentinas y lo que queremos que cambien de opinión son ellos. Nosotros nunca vamos a decir que son inglesas. Pero la ridiculez de la guerra está ahí, a la vista de todos, en el escenario de Campo Minado. La guerra nunca es una solución a nada, sino que es un problema a todo.