A pocas horas de conocerse la noticia, un mensaje se esparció rápidamente por las redes sociales: "El derrumbe ocurrido en Lacarra y Rivadavia afectó a dos alumnos de nuestra escuela, Andy y Miguel, quienes afortunadamente están bien físicamente, pero perdieron absolutamente todo. La escuela está organizando una colecta". A las pocas horas, el desfile de familias con bolsones era permanente. Desde Nadie nos Invitó nos acercamos para reflejar el enorme trabajo de una comunidad educativa conmovida, pero no paralizada por el dolor.
Escribe: Perla Natalia Castillo
En la madrugada del martes 26 de abril se produjo el derrumbe de una vivienda tipo PH de dos pisos, en el barrio Vélez Sarsfield, ubicado en Av. Rivadavia 8758. El trágico accidente dejó más de 20 heridos, la muerte de una nena de 12 años y de un joven de 19 y una mujer de 72.
La triste noticia comenzó a circular por la comuna y minutos más tarde en todos los medios de comunicación. Mientras los hechos conmocionaban a todos los vecinos de la Comuna 10, la policía, bomberos y 35 ambulancias se hacían presentes en el lugar para socorrer a las víctimas de esta fatalidad.
El trabajo duró toda la noche y varios días. Pero como toda tormenta el dolor no quedó sólo en la manzana donde ocurrió el derrumbe, sino que la perdida Gabriela, la nena de 12 años estremeció a la comunidad educativa de la Escuela N° 1 D.E.11 “Antonio Ferreira”, sin dudas una de las comunidades más golpeadas.
Las escuelas N°2 D.E. 11 “Máximo Saba Victoria” y N°13 D.E.18 “José Antonio Melián” también se vieron sacudidas ante la noticia ya que, el miércoles 26 de abril, algunos de sus alumnos no pudieron asistir a clases, porque esa misma madrugada se habían quedado sin casa.
Desde Nadie nos Invitó salimos a visitar a estas comunidades, y en nuestra recorrida pasamos la tarde en la Escuela N°13 D.E.18 “Antonio Melián”. En el tiempo que estuvimos no pararon de llegar familias con donaciones, dejando a la vista a una comunidad conmovida pero no paralizada por el dolor.
Apenas nos acercamos al establecimiento, vimos como una mujer bajaba dos bolsas pesadas del baúl de su auto. Una vez que entregó su donación a los auxiliares de la escuela se retiró con lágrimas en los ojos. Le preguntamos sí era mamá de la escuela y comentó que no que era del barrio de Caballito y que se había enterado a través de la cooperadora de la escuela donde va su hijo.
En diálogo con la conducción, contaron que desde las primeras horas de la mañana fueron recibiendo a las familias damnificadas, las cuales se habían acercado al establecimiento a primeras horas de la mañana y habían informado sobre el difícil momento que estaban atravesando, que todas sus cosas habían quedado dentro de la vivienda y que sólo pudieron salir con lo que tenían puesto.
En la jornada del miércoles 26 de abril el teléfono de la conducción no paró de sonar, los miembros de la asociación cooperadora colaborando en todo momento, tanto para ordenar las donaciones como organizándose para poder hacer el reparto de todo lo recibido.
Al llegar el momento de arrear la bandera la directora despidió a los estudiantes reflexionando sobre la situación que estaban viviendo como comunidad, contándoles que se estaban recibiendo muchas donaciones para ayudar a los compañeros que estaban pasando por este mal momento, que la escuela es un refugio y que siempre hay que ayudar a quienes tenemos al lado.
Entender a la escuela como un espacio de pertenencia, de amor y contención también es una de las principales tareas de los educadores y en medio de la fatalidad, la escuela “José Antonio Melián” y su cuerpo docente supieron transmitirlo y contribuyeron para que toda la comunidad abrace a sus compañeros que amanecieron con una nueva realidad.
El presidente de la asociación cooperadora nos comentó que la familia no está esperando recibir dinero, sí la ayuda de vestimenta, útiles y contactos de casas o departamentos en alquiler para poder solucionar su situación habitacional.
Entre las necesidades más urgentes, esperan la donación de ropa para chicos entre 5 y 17 años, calzados número 28/30, 35 y 37/38. También llegó el pedido de algo de alimento no perecedero y frutas.
Quienes quieran acercar su donación lo pueden hacer a la escuela en la calle Camarones 4351, de 8 a 16 horas, y se lo pueden entregar a los auxiliares que también están colaborando en la causa.