Vecinos de Flores y Floresta se organizan contra el descontrol que genera el Polo Textil de Av Avellaneda

Vecinos de Flores y Floresta se organizan contra el descontrol que genera el Polo Textil de Av Avellaneda

julio 1, 2023

Denuncian que hay decenas de depósitos textiles sin habilitación, que generan contaminación, basura, caos de tránsito y riesgo de incendios. El rol de la Agencia Gubernamental de (des)Control, el rechazo al nuevo Código Urbanístico y la pérdida de patrimonio histórico, en una zona de la Ciudad que no quiere ser fagocitada por la voracidad de un negocio que no para de expandirse

 

 

Texto: Perla Natalia Castillo

 

El crecimiento expansivo de la zona textil fue transformando a los barrios de Floresta y Flores, destruyendo la fisonomía de los barrios y obligando a varias vecinas y vecinos a mudarse, vendiendo sus casas a un valor inferior al mercado.

 

Pero en medio de esta adversidad, vecinas y vecinos que no quieren irse del barrio de Flores, se unieron en reclamo para defender sus derechos que van mucho más allá de la transformación visual y social que atraviesan.

 

 

 

Hace más de 15 años que comenzaron a notar el avance de la zona textil sobre sus propiedades y descubrieron la falta de control de parte del Gobierno de la Ciudad sobre esta industria.

Quienes integran el grupo vecinal, al comenzar su camino de reclamo, notaron que para que se pueda ir dando este crecimiento se fueron derrumbado casas tradicionales del barrio (incluida la de Alfonsina Storni en Terrada al 500) para ser convertidas en depósitos textiles.

 

Todo esto también complica la circulación del tránsito, ya que la actividad trae aparejada la presencia de camiones y transportes de todo tipo para carga y descarga.

 

“Mientras tanto, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA) sigue otorgando permisos de construcción, amparados en el nuevo código urbanístico el cual permite excepciones de todo tipo. No hay control de AGC, ni de Transito, ni de APRA, ni del Ministerio de Trabajo, Migraciones, AFIP, Aduana, ni nada”, comentan los vecinos en su cuenta de Facebook: “Recuperando Flores Norte.”

 

 

Nadie nos invitó estuvo en diálogo con uno de sus integrantes, Ariel Rota, quien se sumó a la agrupación vecinal para reclamar por avasallamiento que viven desde hace muchos años sobre sus propiedades y sobre sus vidas.

 

“Soy vecino del barrio desde hace muchísimos años, acá hice la escuela primaria y hoy los vecinos perdimos muchos lugares como garajes, gimnasios y casas de vecinos que desaparecieron y se convirtieron en depósitos. Esto es una constante, algo que comenzó hace más o menos veinte años, pero que se aceleró en los últimos cinco”.

 

Nadie nos Invitó: ¿Cuánto tiene que ver esta transformación con la modificación del código urbanístico de la Ciudad?

 

Ariel Rota: Este problema tiene dos orígenes, uno que viene desde la época de Olivera, Ibarra, Telerman, Macri y Larreta ahora, donde hubo una especie de permiso no explicito, pero se dejó que avanzara esta industria sin ningún tipo de control.

Por otro lado, la modificación del código urbanístico también nos afecta, porque el código es permisivo en muchas cosas, está sujeto a excepciones entonces las excepciones son a conveniencia de quienes tienen el poder adquisitivo para poder comprar una propiedad, demolerla y montar un taller textil, para trabajar ahí sin ningún tipo de control y sin que nadie lo moleste.

 

 

 

 

La Ciudad está dividida en planchetas, la nuestra es la plancheta 16 (zona comprendida entre 80 y 100 manzanas, que a su vez está dividida en dos regiones, la 2 (zona delimitada por Terrada, Caracas, Av. Gaona y Yerbal) y 4 (zona delimitada por la calle Cuenca, Terrada, Nazca y Yerbal). En la Región 2 no puede haber ningún tipo de taller y en la 4 se permite pero con un determinado metraje.

Hay algo que se podría hacer ya y es hacer cumplir los controles, algo que está estipulado en la ley y que hace más de veinte años no viene sucediendo.

Claramente hay poca voluntad política de hacer cumplir las reglas y si la de mantener esta industria sin regularla.

En el 2001 el código no te  permitía hacer las edificaciones que te permite hacer hoy, como edificios de cinco pisos y más.

El problema que trae esto es que donde antes vivía una familia de cuatro personas, ahora viven diez familias, doce o más, con lo cual los vecinos no tenemos agua, no tenemos luz, no tenemos gas, aparte de no tener garajes, ni transporte público porque todo es un caos.

 

 

 

NNI: ¿Qué otros problemas trae aparejado el crecimiento de la industria textil en la zona?

A.R.: El problema de la industria textil es que todo se cubre de desechos, hay partículas toxicas volando por el aire, porque vuelan partículas de microfibra que traen problemas respiratorios, desechos te tintas, solventes, hay lavaderos de jeans que tiran todo al cordón de la vereda.

Aparte de la enorme cantidad de residuos de tela, que si se llega  producir un incendio, cada rollo de tela tarda tres días en terminar de quemarse y los vecinos estamos rodeados de estos depósitos que no están habilitados y no tienen seguro.

 

 

 

NNI: ¿Qué se podría hacer para mejorar esta situación?

A.R.: Nosotros somos sólo vecinos que tuvimos que empaparnos de todo esto para defender nuestros derechos, no tenemos el poder adquisitivo para parar toda esta industria y no tenemos el poder que puede tener un gobernante. Las cosas que se pueden hacer ya están escritas y es la ley.

Hay una página del Gobierno de la Ciudad donde se puede ingresar y aparecen unas plantillas de año a año, y se ve dónde están los locales habilitados con su dirección. Al ingresar se puede ver como hay dos o tres locales habilitados, con lo cual, es el mismo Gobierno de la Ciudad quien te indica que la mayoría de los comercios no están habilitados.