Desde Nadie nos invitó realizamos un pequeño repaso por los principales hechos que acontecieron en nuestra comuna 10 y reflexionamos sobre una característica que une a todos ellos: la activa participación de los vecinos.
Pasó el 2017 y, con él, una serie de eventos que vale la pena recordar. Algunos, porque seguirán vigentes en 2018; otros, porque han dejado experiencias y enseñanzas valiosas para los habitantes de los seis barrios que componen la Comuna 10; todos, porque muestran la potencia y la iniciativa que tienen los vecinos, cuando se une por un objetivo en común.
Villa Real: una zona calma alterada por un proyecto inconsulto
En esa lista de acontecimientos importantes hay que nombrar, sin dudas, la organización y participación de los vecinos de Villa Real contra el proyecto de Zona Calma, que de manera inconsulta y contra la voluntad de los habitantes del barrio, intentó implementar desde junio el gobierno de la Ciudad. Decimos intentó porque actualmente el proyecto se encuentra frenada a partir de un amparo presentado ante la Justicia porteña por los vecinos donde se señala la ausencia de estudios de impacto ambiental, en una obra que abarcará 47 manzanas, y la falta de audiencias públicas, obligatoria en proyectos de semejante envergadura, a fin de garantizar la participación vecinal.
Villa Luro no quiso que lo pedaleen
En esta misma lógica, es para destacar el freno a las obras que implican la construcción de una ciclovía sobre la calle Víctor Hugo. Los vecinos de Villa aseguran que el proyecto, además de desconocer que existe una Resolución conseguida hace dos años que autoriza a estacionar sobre ambas aceras, critican que el mismo se quiera implementar sin audiencia pública, ni estudios de impacto ambiental y que tampoco fuera consensuado con la Junta Comunal 10. A su vez, la necesidad de una Ciclovía sobres esta calle tampoco pareciera tener una justificación clara. Por Victor Hugo pasa un promedio de, tan sólo, 17 bicicletas por día, según reconoció un funcionario de la Ciudad a los vecinos del barrio.
Por ello, se organizaron y, pese a que el amparo que presentaron no fue tomado en cuenta por la justicia por algunas desprolijidades, lograron frenar la obra poniendo el cuerpo, al igual que los vecinos de Villa Real
El Corralón que será plaza cultural
Luego de muchos años de reclamos, de reuniones, de iniciativas, y de persistencia de las y los vecinos de Floresta, el Corralón será una
Plaza Cultural. El proyecto, respetando lo acordado en 2016 entre la Asamblea y los grupos culturales del Corralón con el gobierno de la Ciudad prevé intervenir 9.400 m2 del predio y generar más de 3.000 m2 de superficie parquizada a partir de la recuperación y puesta en valor de las viejas estructuras metálicas pertenecientes a los galpones en los que funcionaban las viejas caballerizas y talleres municipales. También se reciclará la vieja casona donde funcionaba la escuela que fue reconstruida en la misma manzana y se recuperarán más de 2.000 m2 de adoquines que están tapados bajo una carpeta asfáltica y servirán para la construcción del corredor principal y los caminos internos.
Todo el predio contará con un nuevo sistema de iluminación LED, riego automatizado, un patio de juegos con superficies blandas para niños, una cancha de fútbol sintético, un anfiteatro y dos sectores de postas aeróbicas, uno interno y otro externo, que se podrá utilizar durante las 24 horas. A su vez se construirá un nuevo patio de juegos con mesas de ping-pong y metegol. Se realizará la puesta en valor del Patio Recreativo La Victoria y reubicación de la escultura existente.
También se construirá un patio de deportes de 700 m2 para que hagan actividad física los estudiantes de la Escuela Nº 18 Dr. Alberto Larroque y se mantendrá y mejorará la sala de Teatro del grupo El Épico de Floresta y la Huerta, que funcionan hace años en el predio.
Como aseguró a Nadie Nos Invitó Mabel Sampaolo, integrante de la Asamblea de Floresta, “esto es un sueño que se concreta producto de una lucha del barrio de muchos años”
Floresta defendió la memoria
Otro hecho que mostró la voluntad de los vecinos fue la rápida solidaridad que desplegó el barrio de Floresta, apenas comenzado el 2017, cuando los integrantes del Espacio de Memoria – lugar donde funcionó el ex Centro de Detención Tortura y Exterminio Automotores Orletti durante la última dictadura cívico militar- advirtieron que el terreno lindero, donde funciona el patio de la Escuela N°9 D.E N° 12 y donde se encuentra el mural, podría ser demolido para la construcción de locales comerciales.
La noticia generó una respuesta inmediata del barrio que, en pleno enero, organizó reuniones, festivales e iniciativas que no sólo lograron frenar la posible demolición sino que permitieron redoblar la apuesta y, actualmente, se encuentra en marcha la realización de un segundo mural, en este caso, sobre la pared que linda con el Ferrocarril Sarmiento.
Estos son a grandes rasgos, algunos de los hechos más interesantes para destacar. Por supuesto que hay muchos más, como por ejemplo la lucha de los estudiantes y docentes de las Escuelas Técnicas de la Comuna (como la de Danzas N°2 Jorge Donn, o la Química N° 27 o la de Automotrices N°35) para mejoraras edilicias y defender su formación académica; o el impacto tan positivo que tuvo el programa No a la Violencia en el Fútbol Infantil, que llevó a cabo la Comisión de Turismo y Deporte del Consejo Consultivo junto al Club Atlético All Boys; el debate por la elección del nombre para la comuna 10.
Sin embargo, creemos, el 2017, será recordado como un año donde los vecinos y vecinas de la Comuna 10 exigieron que la participación, tan mentada en épocas electorales, no sea sólo un eslogan de campaña o un proyecto vacío como el BA Elige, que promovió la participación vecinal pero la acotó a ciertos rubros – mejoras de veredas, plazas o semáforos, – y, aun así, descartó las propuestas más votadas como fue la recuperación del cine teatro San Pedro.
En todos los hechos enumerados, el denominador común fue la participación real, activa, de los vecinos. Y esto, de por sí, permite augurar un 2018 con esperanza, porque como plantea el historiador Ezequiel Adamovsky, “una democracia que empiece y termine en el funcionamiento rutinario de las instituciones será siempre una democracia boba”.
