Tras verificar un importante incremento de roedores en edificios, instalaciones y vía pública de la Ciudad, la legisladora Lucía Campora presentó un proyecto en el que solicita una Campaña de desratización en todas las dependencias del Gobierno de la Ciudad, especialmente, en los sitios públicos donde se almacenan, elaboran y distribuyen alimentos.
Entre los fundamentos, la legisladora asegura que “en el actual contexto de aislamiento social obligatorio debido a las medidas de prevención, control y mitigación frente a la pandemia de COVID-19, estos animales han modificado su comportamiento, pues la mayoría de los establecimientos gastronómicos no están funcionando en su totalidad y, por lo tanto, los desechos disminuyeron”.
Paralelamente, continúa el proyecto, la situación social ha obligado a que las instituciones educativas, los clubes e instituciones deportivas y sociales barriales, y los centros comunitarios, como comedores y merenderos, se hayan transformado en sitios de almacenamiento, elaboración y distribución de alimentos. Este escenario ha multiplicado la presencia de roedores en estos sitios, lo cual constituye un riesgo sanitario tanto para las personas que allí cumplen tareas, como para la población en general que recepciona los alimentos, así como para los vecinos que conviven en cercanías de esos lugares.
“A todo lo planteado con anterioridad –plantea Cámpora-, se ve la necesidad de que el Ejecutivo de la CABA garantice de manera excepcional, teniendo en cuenta la difícil situación económica que están atravesando los habitantes de la Ciudad, una “Campaña de desratización” en forma urgente, con el objetivo de evitar un problema mayor a la cotidianeidad como es la propagación de plagas y la posibilidad de que algunas personas contraigan alguna enfermedad zoonótica transmitida por estos animales”.
Según indica el proyecto, la realización de la “Campaña de desratización” deberá ser desarrollada bajo las normativas técnicas del control de roedores en municipios y deberá incluir las etapas o fases de: (1) preparación (realización de inspecciones, preparación de personal y equipos), (2) planificación (determinación de áreas de riesgo, selección de métodos de control de roedores, saneamiento ambiental, legislación, acciones de reducción activa de las poblaciones de roedores, comunicación), (3) ejecución (desratización activa) y (4) evaluación (cumplimiento de objetivos y metas).