La legislatura discutirá una ley para garantizar la higienización de todo el sistema de fraccionado de cervezas
En los últimos años se duplicó la venta de cerveza artesanal.
La elaboración y expendio de cerveza artesanal es una actividad en pleno crecimiento en la Ciudad a tal punto que en febrero de este año el Gobierno agregó este concepto en el Código Alimentario Argentino.
La facilidad para su producción casera, ya que no se necesitan instalaciones grandes ni muy costosas, generó que en los últimos años se multiplicaran los emprendimientos vinculados a esta actividad y se duplicara su venta. Amigos, familiares o simplemente socios pueden emprender este oficio y comercializarla, ya sea en botellas o botellones (growlers) o a través de un bar. El growler, generalmente de dos litros, es el envase predilecto para comercializarla ya que permite que el cliente se lleve al producto a domicilio y luego pueda recargarlo en el comercio
“El mercado de la cerveza artesanal le gana terreno a la industrial. Actualmente representa aproximadamente el 2%, cuando hace pocos años llegaba al 0,4%”, asegura el legislador del PRO Roberto Quattromano, autor de la iniciativa para regular su expendio. “Consideramos que es necesario darle un marco legal para regular la actividad y, de esta manera, atraer más consumidores, además de mejorar y garantizar la calidad del producto, y evitar riesgos sanitarios y bromatológicos”.
Por ello, el objetivo de la norma es garantizar la higienización de todo el sistema de fraccionado de cervezas y de los envases que se utilicen para dispensarlas a granel, tanto las cervezas tiradas con el modo de «choperas» como las artesanales que se fraccionan a pedido del consumidor y que pueden ser envasadas para su consumo fuera del comercio. De modo que se garantice la reducción del número de patógenos hasta niveles aceptables para la salud pública, de acuerdo con las exigencias para la manipulación de bebidas establecidas en el Código Alimentario Argentino.
