«¿Cómo podés pasar a la historia cerrando escuelas?» | El gobierno porteño decidió cerrar 14 colegios nocturnos

«¿Cómo podés pasar a la historia cerrando escuelas?» | El gobierno porteño decidió cerrar 14 colegios nocturnos

diciembre 21, 2018

A días de finalizar las clases y mediante una resolución, el Gobierno de la Ciudad decidió el cierre progresivo de 14 escuelas comerciales y de decenas de cursos en nueve liceos y bachilleratos nocturnos. Docentes y estudiantes, unidos, ya anunciaron que así no arrancan las clases en 2019 y marcharon para evitar la medida. “No quiero terminar en Rappi, Glovo y todas esas empresas que te explotan, porque parece que lo hacen para eso: para que terminemos como mano de obra barata”, dice Malena, estudiante del Comercial 12 de Lugano. Las historias de ese establecimiento, las vidas que se ven afectadas y los argumentos falaces de un gobierno que sigue recortando en educación.

 

Rodrigo tiene 17 años y hace dos que sigue la misma rutina: trabaja de siete de la mañana a cinco de la tarde en una constructora, vuelve a su casa a las cinco y media, se baña, come algo, y se va caminando a la nocturna, donde cursa hasta las once y cuarto de la noche. Rodrigo está en tercer año en el Comercial 12 de Lugano y tiene claro que recibirse es el único camino para reescribir su futuro porque, dice, no le gustaría ser albañil toda la vida. “Es un trabajo digno pero es muy pesado, muy cansador, y yo quisiera tener un título que me dé la posibilidad de ir a la facultad para poder hacer algo más”.

 

Hoy Rodrigo decidió cambiar la rutina y faltar a la obra para acompañar a sus docentes a la movilización. Sabe que la chance que tiene él de cursar en el turno noche no la tendrán otros pibes debido a la resolución que hace una semana dio a conocer el ministerio de Educación de la Ciudad en la cual ordena el cierre progresivo de 14 escuelas comerciales y de decenas de cursos en nueve liceos y bachilleratos nocturnos para el año próximo. “Me parece un insulto que estén jugando con la educación de la gente y con el trabajo de los docentes porque sin educacion, ¿qué seríamos?”, se pregunta. La respuesta la conoce en carne propia.

 

Trabajar, estudiar y luchar
El Comercial 12 es un colegio histórico y muy querido en Lugano. En sus aulas cursan pibes y pibas como Rodrigo, que viven en Ciudad Oculta, en el Barrio “INTA”, en la Villa 20 y en Piedrabuena, y que encontraron en la escuela un lugar de referencia. “Sin ofender a las demás, es la mejor de la zona”, comenta orgullosa Alejandra, para quien el Comercial 12 es, también, parte de su vida. “Yo era ex alumna y anoté a mis dos hijos ahí. Mi hija terminó hace tres años en el turno mañana y me dijo ´Ma, ahora te toca a vos terminar´, y acá estoy”. Después fue la propia Alejandra quien le insistió a su hijo Tomás para que no abandonara la escuela tras repetir dos veces primer año en el turno mañana. Ahora, madre e hijo estudian en la nocturna – ella está en tercer año y él en primero- y ambos vinieron a la marcha para defender su escuela ya que, debido a la Resolución 4.055, el año que viene el Comercial 12 tendría que cerrar tres de los ocho cursos que tiene en el turno noche: los dos primeros años y un segundo, dejando sin vacante a casi 90 estudiantes.

 

Los argumentos del gobierno porteño para justificar la decisión son casi un calco de los utilizados en la igualmente rechazada Unicaba: poca inscripción de estudiantes y planes de estudio desactualizados. Sin embargo, al igual que sucedió con la Universidad Docente, los directivos y docentes de las escuelas aseguran que ambos argumentos son falaces. “Nosotros venimos presentando proyectos desde 2013 para adecuarnos a la Nueva Escuela Secundaria y nunca fueron tenidos en cuenta”, asegura Laura Vesci, vicerrectora del turno noche del Comercial 12. “Es más, este lunes presentamos uno y lo dejaron tirado en el escritorio, maltrataron a la directora y a los supervisores”, comenta.

 

Para Vesci también es falso que los nocturnos tengan pocos inscriptos. “A nosotros nos sobra matrícula. Tenemos entre 20 y 30 estudiantes por curso”, retruca, y señala las limitaciones de hacer política educativa desde una planilla de Excel. “Acá los señores del gobierno se han fijado en la inscripción online, pero el turno noche no se inscribe por internet, se inscribe con papeles en la puerta de la escuela. Entran y los atendemos nosotros”, explica.

 

Este rasgo es resaltado por los propios estudiantes. “Los profesores y los preceptores siempre te contienen”, agradece Malena, que llegó a la nocturna empujada por la crisis económica. Sin plata en casa, su mamá tuvo que salir a trabajar y a ella, que estudiaba durante el día, le tocó quedarse en casa limpiando y cuidando a su hermana menor. “Tenía hasta pensado dejar la escuela pero me contaron que estaba el Comercial 12, fui y me trataron muy bien”, cuenta. Ahora está en tercer año y ya tiene claro que, cuando termine el secundario, va a anotarse en Física. “Yo me gradúo el año que viene pero vengo a luchar por los que vienen después. Hay chicos que tuvieron que dejar la escuela para ir a trabajar pero tienen pensado volver y yo no les quiero decir ´No, mirá, se cerró´. En todos lados te piden estudios y yo no quiero terminar en Rappi, Glovo y todas esas empresas que te explotan, porque parece que lo hacen para eso: para que terminemos como mano de obra barata. Piden títulos pero después nos sacan estas oportunidades a nosotros”.

 

Sospechosos o geniales
La decisión de cerrar progresivamente colegios y cursos del turno noche afecta también a cientos de docentes, preceptores y trabajadores de maestranza que quedarían sin trabajo ya que, pese a que desde el gobierno argumentan que a los titulares de los cargos que están a la noche los van a reubicar en los otros turnos, eso implica que desplazarán a otros docentes que no titularizaron y que trabajan desde hace años en los turnos mañana y tarde. “En el Comercial 12 son alrededor de 20 docentes, más los preceptores y las tutorías. Y eso solo en nuestro colegio, donde tenemos ocho cursos a la noche, imagínate los que tiene más”, advierte Jorge, uno de los preceptores.

 

Silvia Rocca trabaja hace 30 años en el Comercial 12 y todavía no le entra en la cabeza la resolución 4.055. “¿Cómo podés pasar a la historia cerrando escuelas?”, pregunta y no encuentra respuesta. Silvia fue docente en el turno noche durante mucho tiempo y sabe su importancia. “La escuela nocturna requiere una potencia especial del docente”, asegura. “Tenés que estar despierto porque los chicos vienen cansados y vienen de fracasos reiterados. Nosotros vemos llegar chicos con muchísimos problemas, hasta con actitudes que en la calle serían sospechosas para algunos sectores, y acá nos damos cuenta que son pibes geniales”, explica.

 

Silvia ahora se encarga de coordinar en la escuela el proyecto Jóvenes y Memoria – Programa que trabaja sobre el pasado reciente y la vulneración de los derechos en democracia- y cuenta lo difícil que resulta mandar a los estudiantes a hacer entrevistas al barrio. “Pensé que me ibas a asaltar”, les suelen decir los entrevistados, quienes recién cambian de actitud cuando los chicos les comentan que están haciendo un trabajo práctico. “La escuela secundaria les está dando a los jóvenes la oportunidad que la sociedad no les da y que puede ser lo mejor que tenemos para ellos. ¿Si no vienen a la escuela, qué les estamos dejando?” pregunta nuevamente.

La diferencia es que, esta vez, Silvia tiene clara la respuesta.

 

Texto: Alejandro Volkind (para lavaca.org)

Foto: Martina Perosa