El Caso Betiana y la ausencia de perspectiva de género de los medios

El Caso Betiana y la ausencia de perspectiva de género de los medios

febrero 26, 2022

Apareció Betiana Rossi sana y salva. Ahora, mientras los motivos de su ausencia siguen siendo un misterio, se hace necesario reflexionar sobre el tratamiento de los medios y la poca perspectiva de género que tienen a la hora de comunicar, del modo que se instala un tema y como el sentido común sigue juzgando a las mujeres,donde todas las hipótesis la siguen señalando como un ser sin escrúpulos y una mala madre, sin saber qué le pudo haber pasado.

 

 

 

Escribe: Perla Natalia Castillo

 

Desde hace dos semanas los medios comenzaron hablar de la desaparición de Betiana Rossi, un caso que mantuvo en vilo a la Comuna 10 y a los medios de comunicación que se sumaron a la búsqueda desesperada de la mujer.

 

El 8 de febrero comenzó a circular la imagen de Betiana por todos los grupos de la Comuna con el pedido desesperado de su aparición, un caso que no tardó en llegar a los medios y a la opinión pública.

 

Desde Nadie nos invitó contribuimos en difundir su imagen y nos hicimos presentes en la convocatoria a los vecinos que se realizó el viernes 11 en la esquina de Victor Hugo y Av. Beiró, lugar donde se vio a la mujer por última vez.

 

No fuimos el único medio, sino que fuimos un medio barrial invisibilizado ante la parafernalia de los medios hegemónicos que hicieron de la búsqueda una espectacularización y que no tardó en hacer un escarnio de la mujer.

 

Mientras todos los medios siguieron difundiendo su imagen, y en algunos casos pidiendo que si se veía a Betiana se la retuviese y se llamase a la policía como si fuese una delincuente, desde este medio decidimos seguir el caso de cerca sin hacer mayores comentarios, no porque no nos interesara su aparición, sino porque desde aquella tarde del 11 de febrero comprendimos que la familia quería que aparezca alguien que se había ido y que no sabían  a dónde.

 

Es necesario aclarar esto porque también se juzgó a la familia, que en todo momento sostuvo que Betiana se había ido, que entendían que podía estar abrumada y por eso se había ido. Obviamente que el curso que le dieron los medios como persona desaparecida desvirtuaron la situación.

 

Con el paso de los días y durante jornadas completas la cara de Betiana circuló por todos los medios sin tardar en llegar las conclusiones apresuradas y un sinfín de hipótesis que exponían  cada vez más a la mujer.

 

 

 

Desde un primer momento lo que comenzó a trascender y había registros en las cámaras del Gobierno de la Ciudad, era que Betiana tuvo una discusión con su novio en la vía pública y se había ido enojada llevándose las llaves de la moto del hombre y desde ese momento no se había vuelto a tener noticias de ella. Luego aparecieron imágenes de ella ingresando a un supermercado del lado de provincia, donde se la ve pagando en la caja y al salir se dirige en la misma dirección de la que había llegado.

 

Como es de público conocimiento, la semana pasada apareció su riñonera con todas sus pertenencias intactas en un descampado aledaño a las vías ferroviarias en la zona de Saenz Peña, lugar que ya había sido rastrillado con antelación y que no se había encontrado nada en su momento. Esta aparición de sus pertenencia habilitó a múltiples hipótesis, desde secuestrada hasta tener otra pareja y haber huido.

 

Quienes seguimos este caso pudimos ver como de victima desaparecida pasó a ser una persona juzgada por la opinión publica mientras poco se sabía de su paradero hasta al día de hoy.

 

El último gran despliegue de la policía federal y bonaerense se dio el pasado miércoles, donde la policía forense se hizo presente en el descampado ferroviario en el partido de Tres de Febrero y desde ese día el caso se fue silenciando.

 

Según fuentes cercanas a Nadie nos Invitó, el caso entró en secreto de sumario y todo daba indicios de lo que se sabía desde un principio: Betiana se fue por sus propios medios.

 

Hasta saber un poco más sobre los motivos de su ausencia voluntaria y ante su reciente aparición, vale la pena analizar cuál fue el tratamiento de este caso, pero sobre todo, hacer foco en  la necesidad  y la obligación que tienen los medios de trabajar desde una perspectiva de género, para que nunca más una mujer sea maltratada del modo que se maltrató a Betiana desde los medios y la opinión pública.

 

En principio, vale preguntarse sí es lo mismo buscar a una mujer que decidió irse de su hogar a una mujer que desaparece de un momento a otro, ya que la diferencia es sustancial, para no caer en el escarnio público al que se está sometiendo a Betiana.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cabe preguntarse ¿Si en esa misma discusión el que se retiraba era el novio y no se tenía noticias se hubiese comenzado una búsqueda similar? ¿Se hubiese viralizado su imagen de la misma manera  a las pocas horas pidiendo  que aparezca con vida?,  ¿Hubieran pasado días entero su imagen en los modios y se lo cuestionaría por abandonar a sus hijos, en caso de tenerlos?. Sólo basta con hacer memoria y ver en cuántos casos parecidos al de Betiana se vio buscando a un hombre que se fue tras pelearse con su pareja.

 

Mientras los motivos de su ausencia siguen siendo un misterio, se hace necesario reflexionar sobre el tratamiento de los medios y la poca perspectiva de género que tienen a la hora de comunicar, del modo que se instala un tema y como el sentido común sigue juzgando a las mujeres,donde todas las hipótesis la siguen señalando como un ser sin escrúpulos y una mala madre, sin saber qué le pudo haber pasado y hablando muy poco de su pareja y ex pareja.

 

Antes de juzgar a las mujeres, preguntémonos si no es violento dar por desaparecida y buscar como tal a una mujer que decide irse, sea por el motivo que sea, pensemos si se juzga de la misma manera a los padres que hacen abandono de hogar y sí se los sale a buscar a través de todos los medios del modo que hacen con nosotras si decidimos tomar distancia, no sea cosa que por ayudar estemos ejerciendo la misma violencia a la que ya nos tienen acostumbradas.

 

Para que no haya ni una menos tenemos que estar atentxs a no seguir estigmatizando, a no seguir juzgando. Porque es verdad, a nosotras nos violan, nos matan, nos desaparecen, y algunas nos vamos, porque nada nos  quita el derecho a decidir por nuestras vidas y alejarnos en caso de ser necesario.

 

El patriarcado nos ataca por todos lados, no  da tregua, entonces pensar al género se hace imprescindible.

 

Hay varios tipos de violencia hacia las mujeres: física, psicológica, sexual, simbólica, económica y patrimonial. De todos los tipos de violencias, la económica es la que menos se tiene en cuenta, es así como vimos que ningún medio contempló esta posibilidad en este caso.

 

La violencia económica es un sistema patriarcal, donde el hombre controla todo lo relacionado con el dinero que violenta la autoestima y la libertad de la mujer. Este tipo de violencia se manifiesta de varios modos.

  • Se le prohíbe a la mujer trabajar
  • Sabotear su trabajo impidiendo que acuda a su centro laboral.
  • Controlar sus gastos
  • No permitir que la mujer tenga cuentas bancarias o acceder a ellas.
  • Excluir a la pareja de las decisiones del gasto familiar o patrimonial.
  • Condicionar o limitar sus gastos y la cuota de mantención en caso de estar separados.
  • Obligar a la pareja a formar parte de acciones fiscales fraudulentas
  • Dañar el historial crediticio de la mujer.
  • Robar dinero, joyas, propiedades a la herencia.
  • Hacer que la mujer trabaje en el negocio familiar sin una remuneración económica.
  • Esconder cuentas bancarias, ingresos o propiedades a la pareja.
  • En caso de ser el hombre el que sale a trabajar se menosprecia el trabajo doméstico de la mujer, sin dejarla tener acceso al total del dinero del hogar.

 

 

 

 

 

La violencia económica lleva a la mujer a un estado total de vulnerabilidad y al ser imperceptible a la vista de terceros puede llevarnos a juzgar a la víctima en caso de tomar una decisión desesperada.

 

Al tener en cuenta la dimensión de violencia económica, creemos que no es descabellado pensar que Betiana podría estar siendo víctima de violencia de género, dado que mucho se habló de su trabajo, se abrieron sus cuentas y se dejó en claro cuál era su situación financiera y económica, lo que nos lleva a pensar que sí su pareja no ejercía violencia económica para con ella, los medios si lo hicieron exponiendo sus deudas y arrojando hipótesis que sólo dañaron cada vez más su imagen.

 

En esta cacería que se inició hace 19 días, lo paradójico es que la encontró un hombre, que en vez de preguntarle qué le pasó dio aviso a la policía y será acreedor a un millón y medio de pesos.

 

Desde Nadie Nos Invitó nos alegra saber que Betiana está con vida y esperamos que reciba la ayuda que necesita para salir de toda esta situación a la que se la fue arrastrando desde lo mediático.