Festival en la Plaza Che Guevara | La Asamblea de Vecinos exige consensuar  con la Comuna la puesta en valor

Festival en la Plaza Che Guevara | La Asamblea de Vecinos exige consensuar con la Comuna la puesta en valor

septiembre 14, 2021

El viernes 10 de septiembre se realizó un festival en la Plaza Che Guevara, ubicada en las calles Ramón Falcón y Benedetti. El mismo fue organizado por vecinas y vecinos en reclamo por las modificaciones inconsultas por parte del Gobierno de la Ciudad.

 

 

Escribe: Perla Natalia Castillo

 

 

Las familias que se reúnen día a día en este espacio verde vienen reclamando desde que vieron el avance una obra que más que reparar, avanza arrasando todo lo que encuentra a su paso. Esta situación les da temor a  la pérdida de sus espacios de encuentro en esta plaza.

 

El primer avasallamiento lo sintieron cuando vieron que las mesas y bancos de cemento que se encontraban cerca de los juegos fueron aniquiladas y temen por la desaparición del anfiteatro.

 

Si bien el lunes de la semana pasada se reunieron con el presidente de la Comuna, Mauro Pedone Balegno, para trazar en conjunto las mejoras para la plaza, no pudieron salir de su asombro cuando vieron la publicación en la página comunal que parece no contemplar y menos comprender el reclamo de lxs vecinxs.

 

El festival que estaba planteado para las cuatro y media de la tarde, de a poco se fue poblando con la gente que suele asistir a este lugar. Como resistiendo al embate, el anfiteatro fue el punto de encuentro.

Los bombos legueros fueron dando ritmo a la tarde que comenzaba a caer, mientras de a poco las vecinas y vecinos se iban acercando.

 

 

Nadie nos invitó estuvo acompañando esta actividad y dialogando con algunxs de lxs vecinxs presentes, para saber que sienten y que piensan de la situación en la que se encuentran, ya que después de varios reclamos, plenarios y reunión en la sede comunal, ven como la mayor parte  de la plaza se encuentra vallada y continúa con el avance de las maquinarias que van dejando escombros a su paso.

 

 

Leonardo, es uno de los vecinos que se acerca asiduamente a la plaza, concurre hace mucho tiempo, y dijo que siempre se lo vio ahí con sus tres perros.

 

“Yo creo que había que hacer una intervención para mejorar la plaza, pero no desde la soberbia, ni desde un escritorio que no reconoce los sentimientos de la gente o lo que necesita la gente del barrio, porque esta es una plaza del barrio, porque no es que alguien que pasa y no es del barrio se va a detener o va a venir hasta acá para visitarla.

Lo más vergonzoso es que destruyeron los bancos que daban sobre la calle perpendicular, que eran de todas las familias, porque los muchachos y las chicas del secundario se reúnen en otra zona de la misma plaza. Pero el sector  de los banco era el lugar de las familias, se hacían cumpleaños, se compartía todo, era el punto justo y es lo que primero destruyeron.

Tiene demasiado cemento esta plaza y cuando llueve el agua no drena. La vergüenza más grande es que esta plaza no tenga riego, y la bomba estaba, pero se la llevó la misma administración a la plaza Ejercito de los Andes.

No creo que esta sea una plaza  para colocar una cancha de futbol. En esta plaza había mucho para hacer, simplemente había que mejorar el espacio. Esta es una plaza en la que no se mejoró nada en cuarenta años.”

 

Mientras los bombos seguían sonando y resistiendo para que este punto de encuentro de cada día no pierda la identidad con la que la comunidad se identifica, otro de los vecinos nos acercó sus palabras.

 

Lucio, es vecino de la plaza y considera que cualquier aviso de obra se tiene que poner en comunicar.

“Se tiene que decir que se  va hacer, están usurpando, porque si uno quiere hacer el frente de una casa tiene que poner aviso de obra, ni se pueden cortar los árboles.

No se puede hacer algo impunemente para no tener en consideración a los vecinos que pagamos los impuestos. Están rompiendo la regla”, asevera Lucio.

 

Cayó la tarde, se prendieron las luces de la plaza y la gente siguió ahí reunida, escuchando música, poesía y todo lo que se iba dando mientras el cielo amenazaba con la lluvia.

 

Al día de hoy, las vecinas y vecinos siguen esperando una respuesta. En medio de la desesperación le preguntan a los obreros qué es lo que están haciendo y por lo visto tienen órdenes de no hablar. Las máquinas avanzan y las respuestas no llegan.

Muchas preguntas, pocas respuestas y la unión vecinal resiste.