Homenaje a los Pibes de Floresta, a 21 años de su fusilamiento | “De otra forma, los chicos están maravillosamente vivos”

Homenaje a los Pibes de Floresta, a 21 años de su fusilamiento | “De otra forma, los chicos están maravillosamente vivos”

diciembre 28, 2022

El jueves 29 se cumple un nuevo aniversario de aquella terrible madrugada donde Maximiliano Tasca, Cristian Gomez y Adrian Matassa fueron asesinados por el ex suboficial de la Policía Federal Juan de Dios Velaztiqui que se encontraba trabajando como custodio de la estación de servicio ubicada en Gaona y Bahía Blanca. Como todos los años, el barrio despliega su memoria en una serie de homenajes que incluyen una misa y la proyección de un documental en el Corralón de Floresta. Silvia Irigaray, mamá de Maxi, compartió sus impresiones a horas de este nueva jornada.

 

Como los últimos 20 años, cada 29 de diciembre el barrio de Floresta despliega su memoria en una serie de homenajes a Maxi, Adrian y Cristian.

 

El primero de ellos será a las 19 hs y se trata de la Misa en la parroquia Nuestra Señora de la Candelaria (Bahia Blanca 363). «Unidos una vez más, rezaremos por Cristian, Adrián y Maxi», adelanta Silvia. «El Padre Julio siempre dedica palabras cariñosas a todas las familias presentes que fueron atravesadas por el dolor».

 

Luego, a las 20:30hs, el homenaje se traslada al Corralón de Floresta (Av Gaona 4660), donde se expone una muestra de fotos alusiva, y se proyectará el capítulo de la serie Historias Innecesarias, conducido por Damián Kuc, dedicado a Los pibes de Floresta.

 

 

 

 

A horas de una nueva jornada de homenajes, Nadie nos Invitó conversó con Silvia Irigaray, mamá de Maxi Tasca y cofundadora de la Asociación Civil «Madres del Dolor».

 

 

NNI: ¿Qué pensamientos te vienen a la cabeza ante un nuevo 29?

 

S.I: Cada 28 de diciembre -porque yo empiezo a recordar desde ese día porque fue el último abrazo y una charla sumamente hermosa que tuve con Maxi y fue ese viernes la última vez que nos vimos alrededor de las 19:30-, es recordar cada minuto, cada segundo de esa noche y unas horas más tarde, cuando llega el aviso, que ´Maxi me necesitaba´. Esas fueron las palabras de una de una joven que vive en el mismo edificio que nosotros y después corrió por las escaleras y no me dijo nada más.

 

¿Qué me pasa cada año? Me pasa que agradezco muchísimo en la parroquia de La Candelaria que es donde hacemos las misas. Yo siempre digo que las misas acarician el alma de los tres pibes y la de todos, por eso vienen otras mamás de otros casos: mis compañeras de Madres del Dolor, los padres, varios casos. Ayer casualmente estuve hablando con la mamá de Fernando (Baez Sosa) que está próximo a comenzar su juicio, la invité que venga a la misa porque le va a hacer bien y ella me dijo que está terriblemente triste y nerviosa y con bajón por la proximidad del juicio, pero lo que me pasa es eso, que recibo esos abrazos que calman y donde tomo toda la energía para todo el año siguiente.

 

Así me voy construyendo a fuerza de amor. Amor que recibo y que te digo cada vez es más. A la inversa de otras personas que por ahí este sienten que los años derrumban la memoria. Gracias a Dios eso no pasa en Floresta.

 

 

 

NNI: Este año también van a proyectar el capitulo de Historias innecesarias dedicado a Los pibes de Floresta. ¿Lo pudiste ver? ¿Qué te pareció?

 

Con respecto a ese mini documental que hizo Damián Kuc gracias a los jóvenes de Floresta que estuvieron en casa, que juntaron material, que yo tengo que decir me hizo mucho mal porque en realidad ellos buscaban toda la parte gráfica, todo lo que hace 20 años atrás no estaba en Internet, y es increíble porque no son tantos años, pero ha cambiado mucho la tecnología. Entonces fue como como meter el dedo en la llaga, ¿no? Y busqué muchos artículos, estuvieron acá varias horas, en dos oportunidades, y después se hizo ese documental que me parece genial, porque en 24 minutos está todo.

 

Después le pedí a mi querido amigo Juan Martín -para todo el mundo Jey Mammón- que cante aquella canción que había hecho él en 2003 y nada de cuántos años y él se sentó en el dormitorio de Maxi y empezó a escribir y ahí salió la canción. Canción que se titula Brindo porque era una época era para brindar por la alegría, por la juventud, por la vida, por los proyectos, pero llegó Velaztiqui y arruinó todo eso.

 

No importa la cantidad de años que han pasado y que seguirán pasando, lo importante es que están vivos los chicos, están vivos maravillosamente, de otra forma, pero están vivos. Y yo, particularmente, me he convertido en una militante, una activista por la donación de órganos porque hasta con la muerte existe la posibilidad de dar vida y eso es lo que hizo Maxi: ayudar a varias personas.

 

 

Maxi, Adrian y Cristian, presentes en el barrio

 

Corrían días convulsionados en la Argentina y en la Ciudad. Miles y miles de argentinos se expresaban en las calles exigiendo terminar con las políticas de hambre y desocupación que habían reinado durante toda la década del 90. El presidente De la Rúa ya había renunciado, con más de 30 muertos en sus espaldas, y el sillón de Rivadavia parecía quemar para los políticos: nadie quería hacerse cargo. Mientras, la gente en la calle, con sus cacerolas, su bronca, su angustia, sus reclamos.

 

En ese contexto, ese 29 de diciembre de 2001 los jóvenes se encontraban comentando las imágenes que se reproducían por la televisión que mostraban la represión policial, cuando ante el comentario de uno de ellos, Velaztiqui reaccionó sacando su arma y disparando a matar.

 

Maximiliano Tasca y Cristian Gomez murieron en el lugar, Adrian Matassa falleció a las horas en el Hospital Alvarez, y Enrique Diaz fue el único que logró escapar. Según los testigos, el ex suboficial intentó armar una escena de intento de asalto, con la presunta complicidad de las autoridades de la comisaria 43.

 

El crimen provocó la movilización inmediata de los familiares y de todo un barrio que exigió la condena de Velaztiqui, quien ya contaba con una causa por obligar a ir trotando hasta la comisaria a hinchas de Nueva Chicago en 1981 por cantar la Marcha Peronista, ganándose el apodo de “el trotador”, y de los integrantes de la comisaria 43, cuya plana mayor fue relevada a los pocos días para intentar calmar la bronca de los vecinos.

 

Finalmente y luego de gran cantidad de marchas y homenajes, en marzo de 2003 Velaztiqui fue condenado a prisión perpetua por triple homicidio agravado por alevosía aunque se rechazó el pedido de la fiscalía de investigar las responsabilidades de los policías que intervinieron en el caso e intentaron en un principio avalar la versión de Velaztiqui.

 

En 2012, pese al repudio de familiares y organismos de Derechos Humanos, el ex subofocial obtuvo el beneficio de arresto domiciliario al cumplir 72 años.

 

Hoy la imagen de Maxi, Cristian y Adrian se convirtió en un símbolo de la lucha de los familiares y de un barrio contra la violencia institucional que año tras año, a través de festivales, pintadas y homenajes, se renueva y fortalece.