Tras la gran cantidad de robos, entraderas y secuestros que se vienen sucediendo en la Comuna 10, conversamos con Lucas Schaerer, vecino, integrante de La Alameda y fundador de Versailles de pie, organización de vecinos que pelean desde hace más de una década para erradicar la inseguridad que generan las mafias elaborando, entre otras herramientas, mapas del delito.
NNI: ¿Qué pasó esta semana en Monte Castro?
LS: El miércoles, desde La Alameda y junto a Iglesias católica de la Comuna 10, denunciamos cómo en la zona de pasajes entre Jonte y Cervantes la zona liberada es más que evidente.
Los vecinos, hartos de toda la impunidad, colocaron alarmas de seguridad en sus casas, compraron cámaras de seguridad para sus casas y para su cuadra y sin embargo no paran de sucederse secuestros, entraderas o robos con inhibidor, como fue el caso más conocido recientemente. Encima descubrieron que en la misma manzana vive un comunero, Ubaldo «Cacho» Mascalli, y nunca había dado la cara. Por eso los vecinos le expresaron todo su repudio, porque además llegó diciendo que lo que denunciaban los vecinos era mentira.
La gente está muy caliente con ese comunero. En el barrio lo conocen como jubilado, otros comerciantes saben que es gestor de automotor. Y gana 57 mil pesos por mes sin ocuparse de la comunidad y esconde su actividad política.
También hay mucha bronca con las fuerzas policiales, porque ayer cuando fuimos con el móvil de C5N apareció personal policial y el mismo jefe de la Comuna Daniel D´ippolito mandó a los subcomisarios a timbrear a las cuadras de estos pasajes para preguntarles qué delitos tenían y a incentivarlos a que hagan la denuncia. Una vergüenza. El jefe de la Comuna se esconde aterrorizado porque quedó en evidencia el mal manejo, la desidia, la inoperancia y la complicidad que tienen con lo que está sucediendo.
NNI: La profusión de robos, secuestros y entraderas en la Comuna queda de manifiesto de sólo ver la página de Facebook de Versailles de Pie. Sin embargo, el gobierno de la Ciudad se muestra activo y preocupado por combatir el delito. ¿Cómo analizás la política de seguridad del gobierno?
L.S: El balance que hacemos ya lo marcaba Gustavo Vera cuando era legislador. En ese momento salió la reforma a la Ley de Seguridad donde se crea la Policía de la Ciudad y él decía “visten al conde Drácula de cenicienta”: nuevos uniformes, nuevos patrulleros, nuevas comisarías, toda una política de marketing, pero que no tocaba la esencia de la madre de la inseguridad que es el crimen organizado, las mafias.
Pensá que sólo en la Ciudad de Buenos Aires tenés 1200 prostíbulos, todos ellos con promedio de 10 mujeres explotadas y allí además hay comercialización de cocaína, tanto para el sometimiento de las mujeres y de las niñas como para los prostituyentes, como otra salida de expendio, de venta, de conseguir más ganancia, que es en definitiva lo que les interesa. Tenés más de 3000 talleres textiles clandestinos, con más de 10 muertes de chicos. Y ahí tanto los prostíbulos que reditúan coimas y negociados de todo tipo, sumado a los desarmaderos que tenés, el robo de oro, de autopartes, juego clandestino, delitos de crimen organizado y delitos menores como los robos con inhibidores, de bandas que trabajan coordinadamente con la Policía, son todas formas de delito que el gobierno no ha atacado de manera integral.
No tiene una política de seguridad real contra el crimen organizado. Lo que hizo fue encubrirse en lo que hasta ahora venía trabajando la propia Policía Federal. Ese es el balance, resumidamente
Foto. Mapa del delito organizado, elaborado por la organización Versailles de Pie junato a la Fundación La Alameda y a iglesias católicas de la Comuna 10.
NNI: Y en este contexto, que proponen desde La Alameda y de Versailles de Pie?
L.S: Nuestras propuestas son reivindicar la lucha contra el crimen organizado, tener auditorías externas por comisaría, obviamente tener un control político muy fuerte sobre las fuerzas de seguridad y otras medidas como la reutilización de los bienes secuestrados para uso social. Porque no sólo sirve detener y encarcelar a un proxeneta, a un esclavista o a un narcotraficante sino que a su vez hay que ir sobre los bienes. Sino esa persona puede estar desde la cárcel manejando la estructura criminal, o a través de otro lugarteniente de la banda, y el delito continúa.
Por eso es tan importante el decomiso, tanto para desarticular estas organizaciones criminales como para después eso mismo utilizarlo a favor de las víctimas, de trabajo sexual, de trata laboral. Esa política es muy necesaria y está faltando en Argentina. No está legislado todavía. Hay algunas iniciativas como el Polo Textil en Barracas -con maquinaria incautada por vía judicial- que tiene capacidad para más de 100 costureros pero son hechos aislados. Todavía no se ha construido una política pública real en argentina en ese sentido, y todavía menos en la Ciudad de Buenos Aires.