Legisladores del radicalismo y la izquierda exigieron que la reforma de la Escuela Media que se comenzará a implementar desde 2018 sea consultada con la comunidad educativa y criticaron que esta nueva modificación se realice en forma simultánea con otra que no aún no ha sido evaluada, como es la NES.
Este año, el Ministerio de Educación de la Ciudad ha convocado a 17 escuelas de nivel secundario de la Ciudad (6 medias, 7 normales, 2 artísticas, 2 técnicas) para iniciar el próximo año una nueva reforma en la escuela secundaria denominada La Secundaria del Futuro.
La misma se sumaría a la inconclusa Nueva Escuela Secundaria, que comenzó a implementarse este año, a la cual la Ciudad adhirió en el año 2010 por iniciativa del gobierno nacional y que a la fecha presenta numerosos problemas en la implementación y que aún no ha sido evaluada.
Si en 2018 la intención es que la reforma se aplique a 17 escuelas piloto, para los siguientes tres años la idea es que la iniciativa se implemente escalonadamente: 42 escuelas más en 2019, otras 42 en 2020 y finalmente otras 42 en 2021.
Las claves de la Reforma
Hasta el momento son pocas las precisiones de los cambios a implementar. Según el powerpoint de presentación que se difundió en las escuelas que serán las pioneras de la reforma, único material al que accedieron directivos y docentes, el objetivo no está centrado en el aprendizaje de contenidos sino en el enfoque por capacidades necesarias para desenvolverse en la sociedad del futuro: resolución de problemas y toma de decisiones, pensamiento crítico, nuevo y adaptativo, inteligencia social, aprender a aprender, alfabetización informacional y digital.
La propuesta asegura que no habrá más asignaturas sueltas en compartimentos estancos, sino integradas en áreas de conocimiento: no se piensa en 12 asignaturas separadas sino en 4 áreas de conocimiento y se fijan metas de comprensión, conceptos claves y núcleos organizadores.
• Ciencias sociales y Humanidades: Historia, Geografía, Formación Ética y Ciudadana, Economía y Filosofía.
• Científico Tecnológico: Matemática, Biología, Educación Tecnológica, Física-Química, Tecnología de la Información.
• Comunicación y Expresión: Lengua y Literatura, Lenguas Adicionales, Educación Física, Arte
• Orientaciones
También se proponen cambios en los modos de enseñar eliminando las clases magistrales y reemplazando por trabajo “autónomo y colaborativo” No habría más clases magistrales: el docente sería el que introduce los temas, los presenta. El docente sería un facilitador del conocimiento, un guía y un articulador de conceptos claves.30% de clase donde el docente introduce los contenidos y 70% de trabajo autónomo y colaborativo donde el alumno aprende investigando, explorando y descubriendo sólo o en grupo, con los docentes como facilitadores y orientadores, mediados por la tecnología.
Lo que resultaría más novedoso en esta propuesta es la eliminación de las doce materias promedio por año de la escuela secundaria y la sustitución por 4 áreas del conocimiento que exigirían la presentación de los contenidos por equipos interdisciplinarios de docentes.
Las otras modificaciones serían que en el último año: el 50% del tiempo escolar estaría destinado a la aplicación de los aprendizajes en empresas y organizaciones según talentos e intereses de cada alumno y el 50% del tiempo escolar sería destinado al desarrollo de habilidades y proyectos relacionados al emprendedurismo.
Por último el proyecto presenta beneficios con relación a la aprobación de asignaturas en la Universidad. Con relación a la formación pre-universitaria: que acreditaría 2 materias generales del CBC en la Universidad de Buenos Aires no quedan claro si ya se realizaron los convenios con la Universidad de referencia y si esta casa de estudios estaría avalando experiencias de aprendizaje en otro nivel y particulares para una jurisdicción.
Voces críticas desde la Legislatura
Frente a estos interrogantes, legisladores del radicalismo y la izquierda presentaron proyectos para conocer más detalles de la iniciativa. “Nos preocupa en principio que una reforma de esta características se realice en forma simultánea con otra que no ha sido evaluada como es la NES”, aseguró Francisco Nosiglia.
El diputado porteño por Evolución también criticó que alguna de las transformaciones enunciadas no hayan sido acompañadas por procesos formativos de los equipos docentes con suficiente anticipación y profundización. “Sin lugar a dudas la formación, la participación y el compromiso de los docentes con los cambios y desafíos que le imponen a las instituciones desde la política o desde gobierno son fundamentales para asegurar los objetivos enunciados”, aseguró.
Otra de las voces que pusieron reparos en la propuesta fue la de Laura Marrone. La docente y legisladora por el Frente de Izquierda y los Trabajadores criticó fuertemente la reforma y llamó a que el Ministerio de Educación la rechace ya que no respeta el artículo 24 de la Constitución de la Ciudad que establece que la organización del sistema educativo por parte del Poder Ejecutivo de la Ciudad de Buenos Aires debe asegurar la participación de la comunidad y la democratización en la toma de decisiones dado que se pretende su aplicación en forma inconsulta hacia el conjunto de la comunidad educativa.
Marrone también advirtió la Escuela del Futuro desconoce el valor del vínculo pedagógico docente-alumno en la formación de este nivel al reducir las horas de clase a 30%, siendo que el tiempo estipulado por la Ley de Educación 26206 es de 25 horas de clases semanales y ahora se lo reemplazaría por la administración de paquetes digitales; ignora que los edificios escolares no tienen las condiciones de infraestructura para ninguna de las reformas propuestas; desestima la asistencia a clase y destaca el trabajo digital en domicilio, desconociendo que la escuela media actual incluye trabajo domiciliario, pero destaca la importancia de la clase como espacio intersubjetivo y de socialización en el proceso de aprendizaje y destruye el quinto año al reducirlo a una combinación de pasantías laborales y proyectos de emprendedurismo, adaptando la escuela a los requerimientos del mercado y la flexibilización laboral.
Las tomas en varios colegios porteños, el rechazo de los sindicatos docentes y las observaciones críticas de varios legisladores auguran que la Escuela del Futuro necesita, cuanto menos, ser debatida y consensuada en el presente.