Luego que la justicia porteña avalara los cuestionamientos realizados por el grupo de vecinos que presentó el amparo y obligue al Gobierno a frenar temporalmente la zona Calma en Villa Real, conversamos con Sandra, una de las vecinas del barrio más activas, para conocer cómo fue recibido este espaldarazo judicial.
“Fue emocionante. Yo exploté, medio que me puse a llorar”, asegura Sandra, una de las vecinas de Villa Real más activas contra la instalación de chicanas en el barrio como parte de la implementación inconsulta de la obra denominada Zona Calma, cuando recibió la noticia que la justicia de la Ciudad había avalado el pedido de suspensión temporaria de la obra. “Vivimos mucha tensión. Tuvimos que parar la obra y enfrentarnos a la gente, tuvimos que escuchar decir a las chicas que llevaban gente para la última reunión de Tránsito y Transporte que “dejemos de mentir, que éramos tres personas” y yo me di el gusto de decirle a la abogada del gobierno de la ciudad en la reunión ¿Viste que no éramos solo tres?” Y no es que nosotros planeamos que vayan, la gente fue porque esta indignada, porque si tenés dos dedos de frente te das cuenta que esto es un negocio”, aclara Sandra.
NNI: ¿Cómo continúa esto después del freno de las obras?
S: Los vecinos no vamos a parar de luchar porque ahora están todos los canteros inundados. Y lo que me llamó la atención es que hace unos días hubo una persona en la esquina de la escuela en Tinogasta y Cortina, con una cámara, aparentemente midiendo la cantidad de bicicletas que pasaban. ¿Ahora hacen los estudios, cuando ya están todos los canteros hechos?
Lo mismo que pasó después de la reunión con Tránsito. Me encontré con el arquitecto y le pregunté con quien estaba el otro día, y me dice que estaba con un ingeniero en hidráulica. Todo después de lo que nosotros pedimos, de las reuniones que hicimos Lo peor de todo es que ellos el día de la reunión con tránsito hicieron un codiseño, como lo que supuestamente hicieron en la Comuna 11, pero ahí no hicieron el trabajo y acá sí.
Así que por supuesto que seguimos con toda la vía legal, ahora mas que nunca porque la gente hasta que no se lo hacen no se da cuenta de lo que es, y ahora lo están viendo entonces la cosa cambió mucho. Y a su vez, confirmado por lo bajo con arquitectos, están haciendo la zona de acarreo, algunos arquitectos se están ocupando de hacer el galpón donde se van a llevar los autos. Todo lo que nosotros dijimos fue cierto: lo que observamos, lo que nos adelantamos. No es un capricho nuestro decir que no se haga esto.
La gente que vive hace 80 años acá dice “no puedo creer, cómo me van a hacer esto en mi barrio!” Esto es un negocio por donde se lo vea. De hecho antes de que tengan que suspender la obra, si vos te quejabas ellos te achicaban el cantero, lo hacían a la medida que le pedías, con lo cual nunca voy a entender la funcionalidad. Y a parte nos pusimos muy contentos porque tener que soportar a la policía antimotines, o que cada vez que hablábamos con un capataz para que no siga la obra que aparezca un policía porque llamaba algún vecino. Muy tensionante fue esto. Pero como somos muchos y cada vez somos mas, esto es lo que mas me da felicidad: la unión de los vecinos, mas que nada.Juntos pudimos parar una cosa que no sé si la vamos a poder parar mucho tiempo más pero esa es mi mayor felicidad. Yo conocía mucha gente pero ahora conozco mucha más y estoy feliz de tener los vecinos que tengo.
