Nuevas historias de terror inspiradas en lugares comunes de la comuna 10

Nuevas historias de terror inspiradas en lugares comunes de la comuna 10

agosto 13, 2025

En el mes de julio la editorial Entramar, publicó “El jardinero” y “La lavandería”, dos novelas de Luciano Crosta, quien se inspira en barrios de la Comuna 10 como escenario para sus obras de suspenso.

 

 

Las historias están recreadas en lugares comunes del barrio de  Monte Castro, siendo éste el escenario de las historias que narra el autor. Por ejemplo, “La lavandería” se sitúa en el local de lavado de ropa  de Álvarez Jonte y Cervantes, o como es el caso de la tapa del libro “El Jardinero” que es la foto del frente de una casa, de Villa del Parque.

 

EL escritor de Monte Castro, Luciano Crosta, comentó a Nadie nos invitó sobre el hallazgo de otros autores y autoras que se dedican al género de suspenso, terror y ciencia ficción, con quienes comparte la misma pasión.

“Me sorprendió la cantidad de autores que escriben sobre el género y es un placer saber que uno no está solo en esto”.

Con tres libros publicados en su haber, el escritor también tuvo que adquirir otras habilidades para poder terminar sus obras.

“Mis libros son totalmente autogestivos, por ejemplo, yo aprendí a editar y mis obras llegaron a la editorial listas para ser impresas”.

 

 

 

 

Próximo evento y dónde conseguir las obras de Luciano

El colectivo “Nuevo Terror Argentino” se encuentra preparando la segunda edición de “Libros de sangre”, una feria dedicada íntegramente a libros de terror, suspenso y ciencia ficción, que se llevará a cabo el próximo 8 de octubre de 2025.

Sobre los libros de Luciano Crosta e informarse sobre detalles de la feria, a través de Instagram en: @entramareditorial, o  @lucianocrostra.

 

 

 

 

 

Nadie Nos Invitó: ¿Cómo y cuándo nace tu pasión por la literatura?

 

Luciano Crosta: Como nació, me lo acuerdo perfecto, como si fuera ayer. El cuándo fue durante la primaria, en ese periodo. El otro día, fui a llevarle unos libros a familiares y uno de ellos recordaba que, de chiquito, cuando caminábamos por la calle me gustaba detenerme en las librerías o en los puestos de diarios. Coleccionaba libros y revistas.

 

Apoyaba todo lo que había en el barrio, una librería donde se vendía libros nuevos y usados, también hacían canje. El local se llamaba “Vuelo Nocturno” y era uno de los sitios que frecuentaba.

 

Yo hacía vida de niño: iba a la escuela, a la tarde me iba a jugar al club All Boys, a la pelota y cuando nos aburríamos de jugar nos metíamos entre las tribunas, otro día podía ir a los video juegos o a la plaza, pero siempre al volver a casa me dedicaba a los libros.

 

Y había otro local, Elvimar, en Liniers, sobre Ramón Falcón, frente al shopping. Y de ahí, saqué muchos libros de una colección de historias de Terror. Y la verdad que con la plata que disponía me la gastaba en libros.

 

 

NNI: ¿Sentís que hay autores que te influenciaron a la hora de escribir?

 

L.C.: Sí, varios. Quizás la referencia más directa sea Stephen King. Pero recién a los 13 o 14 años empecé a leer sus libros (creo que compré Carrie usado y por lo barato lo traje, pero no fue el primero en haber leído de él, estoy seguro que fue Ojos de fuego)

Pero hay todo un período previo, una prehistoria, donde se armaron los cimientos. Y el cine tiene mucho que ver. Había visto una película de Terror en la tele, dónde unos muertos se levantaban de sus tumbas, que eran nichos, y perseguían a los vivos por los pasillos. Iban flotando. Eso me pareció una maravilla. Y creo que la película “Diabólico”, una de bajo presupuesto, la típica de grupo de amigos que se internan en un bosque y pasan la noche en una cabaña, encuentran el Necronomicon y se desata el terror, dio la pauta de lo que me gustaba.

También el furor de los videos clubs aportó lo suyo. Me había hecho socio de todos: Curly, Stop, Imágenes, Free Time (este último era hermoso, contaba con una batea de películas separadas por director y fue de ahí que vi casi todas las de Woody Allen, Peter Greenawey, Pasolini, Kusturica)

También tenía la selección de historias que reunía Alfred Hitchcock y varias más. Pero ya más de grande, a los quince o dieciséis empecé a tener inclinación directa por las novelas, donde se profundiza en personajes, donde se da lugar al divague, a la improvisación, a romper con la cronología del tiempo.

 

Escribe: Perla Natalia Castillo