En la mañana del jueves, dos vecinas que se encontraban paseando sus perros en la Plaza Monte Castro (Miranda 4300), recibieron una descarga eléctrica de un poste de luz que le provocó la muerte al animal e hirió de gravedad a una de ellas, quien tras recibir RCP por parte de una vecina, logró salvar su vida.
“Me puse hacerle RCP durante 5 minutos, 9 respiraciones, mas las compresiones de corazón, que habrán sido 90, y al toque reaccionó. Le levanté la cabeza y las piernas y le empecé a hablar. Ella seguía sintiéndose con electricidad. Ahí llegó la ambulancia y se la llevaron al hospital Vélez Sarsfield”, aseguró Julieta a Nadie nos Invitó.
Fuentes policiales informaron que un aspersor de agua instalado en la plaza provocó la descarga eléctrica. «Como en la plaza Monte Castro riegan de día, se arman esos piletones, y hoy se armó una piletita junto al poste de luz. No es la primera vez que pasa que te acercás y te da electricidad. Y un perro se acercó y cayó muerto. Su dueña lo empezó a sacudir y no reaccionaba. Ahí se acercó otra chica para abrazar al perro porque seguía pegado y se electrocutó ella también y al segundo se cayó al piso. Yo estaba paseando a mi perro y me acerqué por los gritos. Soy consciente que la chica estaba muerta porque la moví y no respiraba, no tenía pulso”, precisó Julieta.
Mientras personal policial y de Emergencias actuaban en el lugar, Diego Mediahora, vecino del barrio, fue quien ayudó a la dueña del animal a enterrarlo en la propia plaza. “En ese momento no lo pensé y le pregunté si lo quería enterrar ahí ya que era vecina y concurría siempre a la plaza. Así que a un costado empezamos a hacer un pozo con un amigo que me ayudó y después algunos se fueron sumando. Fue muy triste”, aseguró Diego a Nadie nos Invitó.
Minutos más tarde de sucedido el hecho, el comunero del Frente de Todos Fernando Moya se hizo presente en el lugar para colaborar en el vallado de la plaza, garantizar el corte del suministro eléctrico y ayudar en la detección de la fuga eléctrica.
El hecho generó enorme preocupación en los vecinos, quienes se acercaron a dar su ayuda y a exigir que se tomen medidas para que hechos como este no vuelvan a suceder. “Es una plaza que quiero mucho y que vamos todos los días. Lamentablemente fue un pobre perrito, pero le podría haber pasado a cualquiera. Yo cruzo todos los días con mis dos hijos por ahí, y el solo pensar que le podría haber pasado a ellos me da una impotencia terrible”, aseguró Diego.