El domingo 11 de junio, Antonio Pujía hubiera cumplido 96 años. Cómo sucede desde 2019, la fecha se transformó en una instancia de recuerdo y homenaje de sus colegas y vecinos del barrio de Floresta, que tanto quiso. Este año, la celebración se realizó en su lugar de trabajo, en Bahia Blanca 452. “Para todos fue un impacto muy fuerte, y a su vez mágico, el volver a entrar por la hermosa puerta de hierro y atravesar el pasillo revestido de mármol que comunica con ese mundo donde se respira Arte y calidez”, describe la artista Mariela Kahayan, quien realizó una bellísima crónica de una tarde mágica.
Texto: Mariela Kahayan
Fotografías: @macaribaloff
Como si él lo hubiera organizado, nos reunimos el pasado domingo 11 de junio en Chivilcoy 452 para celebrar su cumpleaños. Antonio Pujía tenía en esa hermosa casa su atelier, su lugar de trabajo, de encuentro con colegas, amigos y vecinos.
La convocatoria se produjo en pocos días ya que el 1 de junio la propiedad pasó a ser alquilada por «Espacio Simple», organizadora de eventos que encontró en este lugar un tesoro que remodelará, conservando y revalorizando la impronta y características propias. Es por eso que, apenas tomaron posesión, se comunicaron con nosotros para ofrecernos la posibilidad de celebrar el día del cumpleaños de Antonio en éste, su lugar en el mundo.
Para todos fue un impacto muy fuerte y a su vez mágico el volver a entrar por la hermosa puerta de hierro y atravesar el pasillo revestido de mármol que comunica con ese mundo donde se respira Arte y calidez. A más de uno «se le plantó un lagrimón» (me incluyo), y no pudo contener la emoción.
A eso de las 16.30hs cuando ya éramos un grupo donde los abrazos y los reencuentros se confundían en una tarde fría pero soleada, comenzamos nuestro homenaje.
Palabras de bienvenida y agradecimiento dieron paso a Julieta Samamé, quien lleva adelante Espacio Simple y dará la característica de Atelier a este lugar. Con sensibilidad y entusiasmo nos contó cómo habían llegado a alquilar esta casa y la sorpresa al encontrarse con la escultura de Norma Fontella en el patio y las otras esculturas, engalanado el lugar.
Su deseo de cuidar y perpetuar la memoria de Antonio dándole un toque nuevo y distintivo sin perder la identidad, el deseo de mantener la casa » puertas abiertas», la alegría de haber sido recibida con tanto cariño por todo el barrio se tradujo en una paz y tranquilidad al saber que todo estaba en muy buenas manos.
Luego llegó otro emotivo momento donde la Sra. Graciela Vaccaro, de la Asociación Calabresa, leyó una hermosa y detallada biografía de Antonio Pujía que nos paseó desde su pueblo natal en Italia hasta los últimos tiempos entre nosotros, pasando por toda su vasta y productiva vida.
A continuación, invitamos a ex alumnos, discípulos, colegas, vecinos y amigos a contar alguna anécdota o recuerdo con el Maestro. Todas fueron historias donde el Amor, la sencillez, la calidez, la humildad, el acompañamiento y el aliento estuvieron en común.
Nadie pudo contener la emoción de sentir que él estaba presente entre nosotros, compartiendo una tarde que sentimos «mágica». La presencia de su querida y amada compañera de vida Susana Nicolai, y la de sus hijos Sandro y Lino, enmarcó este merecido y siempre vivo Homenaje.
Nos despedimos con unas hermosas palabras de la escultora María Claudia Martínez y la dulce voz de Claudina Placenti, con sus canciones, acompañada por el artista Jorge Lifschitz.
Nos queda el recuerdo de un maravilloso momento compartido que volveremos a repetir para seguir celebrando siempre a nuestro Antonio Eterno.
