Este sábado 2 de diciembre, la Asamblea de Villa Luro organiza el festejo por el 106° aniversario del barrio que se realizará en la Plazoleta que lleva el nombre de su vecino más querido: Alberto Castillo.
El calendario histórico marca al 1° de diciembre como el día del barrio pero este año, en Villa Luro, los festejos llegarán un día después. De esta forma, el sábado 2 de diciembre, desde las 12hs, funcionará una radio abierta donde sonará la música del “cantor de los cien barrios porteños” y se colocará una placa homenaje a Castillo. Luego, habrá charla para discutir la actualidad del barrio.
La Plazoleta Alberto Castillo, ubicada en Av Emilio Castro y Av. Escalada, lleva su nombre gracias a la propuesta de los vecinos del barrio que en 2012, a diez años de la muerte del gran cantor, decidieron bautizar un espacio verde de 55m2, ubicado a pocas cuadras donde nació Alberto Salvador De Luca más conocido por su seudónimo Alberto Castillo..
La iniciativa fue acogida por la diputada María Rachid, quien presentó un proyecto que fue finalmente aprobado por la Legislatura en junio de 2013
El cantor del pueblo
Tal como indica el proyecto de ley que bautizó a la plazoleta con el nombre de Alberto Castillo, Alberto Salvador De Luca, su nombre real, nació en la Ciudad de Buenos Aires el 7 de diciembre de 1914 y falleció el 23 de julio de 2002 en la misma Ciudad. Fue un cantante de tango, actor argentino, y médico ginecólogo; profesión que dejó de ejercer para dedicarse a su carrera artística.
“Su hogar de nacimiento se localiza en la Avenida Provincias Unidas 4624 (actual Avda. Juan Bautista Alberdi) casi esquina con la calle Mozart, en el actual barrio de Parque Avellaneda. Vale recordar que en aquellos tiempos esa zona se denominaba Floresta. En ese solar se colocó una placa el día 7 de diciembre de 2003, recordando su nacimiento por iniciativa del curso Nº 14 de tango y folklore de la escuela de danzas Nº 1. Era el quinto hijo de un matrimonio de inmigrantes italianos: Salvador De Lucca y Lucía Di Paola.
En su infancia su grupo de amigos, “la barra de la esquina”, paraba en una ochava de la calle Zequeira; recordemos que en esa época a la actual Avenida Emilio Castro, en su parte angosta donde nace, desde Avda. Juan Bautista Alberdi (al frente de donde nació) hasta la calle Escalada, se la denominaba Zequeira. Todo ello en el barrio de Villa Luro.
A los 15 años, lo sorprendió el guitarrista Armando Neira y le propuso llevarlo a su grupo. Allí fue su debut profesional. Su nombre artístico era entonces el de Alberto Dual. Otras veces se hacía llamar Carlos Duval. Cantó también en las orquestas de Julio De Caro en el año 1934, de Augusto Pedro Berto al año siguiente y en la de Mariano Rodas en 1937. En 1938, dejó la orquesta y se dedicó a estudiar medicina. Pero su pasión musical pudo más y un año antes de recibirse ingresó en la Orquesta Típica Los Indios, que dirigía el dentista-pianista Ricardo Tanturi.
El 8 de enero de 1941 se publicó el primer disco de Tanturi con el cantor Alberto Castillo, su flamante y definitivo seudónimo a instancias de Pablo Osvaldo Valle, un hombre de radio. Allí, con el vals “Recuerdos”, alcanzó su primer gran éxito. El paréntesis tanguero no le impidió recibirse de ginecólogo y de instalar su consultorio en la casa de sus familiares.
Por un lado, Alberto Salvador De Lucca atendía a las señoras y, por otra, Alberto Castillo consolidaba su papel de cantor de tangos.
Castillo se consideraba bien “de pueblo” y alguna vez tropezó con algún pituco que se ofendía por las letras de los tangos. En ese tiempo, ya no pertenecía a la orquesta de Tanturi. Su inclinación hacia las expresiones más reas lo acercaron al candombe, junto a bailarines afro, como fue el caso de Charon (Osvaldo Sosa Cordero) que compartió la fama del ídolo. El ritmo estaba en “Siga el baile”, el “Baile de los morenos”, “El cachivachero” o el escrito por él “Candonga”.
La capacidad para inventar letras se tradujo en tangos como “Yo soy de la vieja ola”, “Muchachos, escuchen”, “Cucusita”, “Así canta Buenos Aires”, “Un regalo del cielo”, “A Chirolita”, “¡Adónde me quieren llevar!”, “Castañuelas”, “Cada día canta más”, más dos marchas “La perinola” y “Año nuevo”.
La repercusión de su figura le abrió también las puertas del cine y la televisión, donde protagonizó 18 filmes, títulos como: Adiós pampa mía(1946); Tango vuelve a París (1948); Un tropezón cualquiera da en la vida (1949); Alma de bohemio (1949); La barra de la esquina (1950);Buenos Aires, mi tierra querida (1951); Por cuatro días locos (1953); Ritmo, amor y picardía (1954); Música, alegría y amor (1955); Luces de candilejas (1956); Nubes de humo (1958) y El canto cuenta su historia (1976), y las series de televisión Vivir así (1988) y Los Venegas (1996)
El último éxito de Castillo fue en 1993, cuando grabó “Siga el baile” con Los Auténticos Decadentes, en el disco de la banda “Fiesta monstruo”, ganando mayor popularidad a fin de siglo, tal como lo había logrado a partir de los años ´40, y saliendo de gira con dicha banda a sus 79 años. El disco vendió 500.000 ejemplares en pocos meses”.