Luciano Polimeni, Director de la Comisión de Descentralización de la Legislatura porteña, recorrió la Zona. La intención, aseguran, es realizar un pedido de informes y ver la posibilidad de sacar los canteros y las chicanas porque no cumplen en disminuir la velocidad de los automóviles y generan mayor cantidad de accidentes.
Escribe: Alejandro Volkind
La Zona Calma de Villa Real sigue dando que hablar. A dos años de su inauguración, el proyecto que tuvo muchos rechazos y pocos apoyos en el barrio vuelve a estar en debate gracias a la visita de una delegación de la Comisión de Descentralización de la Legislatura de la Ciudad encabezada por su Director, Luciano Polimeni.
“Los vecinos nos contaron los problemas que traen estas intervenciones que se hicieron en las esquinas”, contó a Nadie nos Invitó Leonardo Farías, titular del CEDET y ex juntista de la Comuna 10, quien fue parte de la recorrida. «La idea es hacer un pedido de informes en la Legislatura y ver la posibilidad de sacar los canteros y las chicanas porque traen múltiples problemas y no cumplen con la función por la cual fue creada la Zona Calma, que es que los automóviles vayan a menos de 30 km por hora”, aseguró Farías.
Del recorrido fueron parte vecinas y vecinos del barrio. También estuvo presente Fernando Moya, actual juntista de la Comuna 10.
Imagen. Delegación de la Comisión de Descentralización de la Legislatura de la Ciudad encabezada por su Director, Luciano Polimeni.
Del dicho al hecho
En los papeles, la intención de la “Zona Calma – Área 30” era reducir los accidentes de tránsito a través de disminuir la velocidad máxima a 30 km/h en 12 calles que actualmente tiene una máxima de 40 km/h.
Para ello, en las 47 manzanas en donde se propuso desarrollar el proyecto – perímetro comprendido por las calles Ramón Lista, Nogoyá, Juan E. Martínez e Irigoyen-, se iban a colocar alertas de acceso a través de demarcación horizontal y vertical, 15 chicanas reductoras y se implementarán intervenciones peatonales en 6 pasajes.
Imagen. Vecinas a favor del proyecto
Sin embargo, a poco de conocerse, muchos vecinos de Villa Real comenzaron a observar deficiencias en la propuesta, por ejemplo, que la zona esta poblada de pasajes donde la velocidad máxima es de 20km/h, con lo cual con este proyecto se aumentaría la velocidad en vez de reducirla.
Los vecinos intentaron plantearle estas observaciones al Gobierno de la Ciudad por diversas vías pero los resultados fueron infructuosos:
Esta situación llevó a que en septiembre de 2017, un grupo importante de vecinos presente un amparo donde plantearon que la obra no tenía el certificado de aptitud ambiental correspondiente; que no habían existido instancias participativas de los vecinos del polígono en el que se desarrolla la obra; que la obra no estaba bien proyectada y se dificultaría la movilidad de las ambulancias, camiones de bomberos, y de recolección de residuos; que los canteros proyectados, por su ubicación, generarán bloqueos en el tránsito vehicular; y que no se estaba considerando que casi el 50% de la superficie a intervenir es Distrito AE26 – “Vías de ancho reducido” que tienen protección especial por ser ámbitos de significación ambiental en los términos de la ley 4738, entre otros argumentos.
La justicia hizo lugar al amparo y la obra estuvo frenada desde comienzos de noviembre de 2017 hasta mediados de julio de 2018, cuando sorpresivamente fue habilitada nuevamente.
Finalmente, la Zona Calma –cuyo presupuesto en 2017 fue de $ 13.558.488,47– se inauguró en enero de 2019 a través de un escueto mail, pese a la gran difusión que había tenido previamente.
Imagen. Zona Clama actualmente. Las vecinas y vecinos se quejas del poco mantenimiento de la obra.
Para los vecinos, la Zona Calma generó más problemas que soluciones. “Debido a los canteros colocados en las esquinas, los camiones de bomberos y las ambulancias no tienen ángulo de giro, y encima, gracias a estas modificaciones, cuando llueve se inundan calles donde antes no sucedía”, aseguraba en 2019 María Inés Rivoir, una de las vecinas del barrio, a Nadie nos Invitó.
Pero lo central es que tampoco cumple con el propósito anunciado: generar que los conductores bajen la velocidad. Desde que se inauguró la Zona Calma, se sucedieron una multiplicidad de accidentes viales.
Imagen. Accidentes en Moliere y Tinogasta
Imagen. Un auto se incrustó en un local. Simbrón y Cortina
Imagen. Auto incrustado. Irigoyen y Pedro Lozano
Lo que sí trajo la obra, según los vecinos consultados, son mosquitos y yuyos debido al poco mantenimiento que tienen los canteros. Por eso, ahora reclaman que el gobierno tome las medidas necesarias para mejorar una zona donde debía primar la tranquilidad, pero reina el descontento y los accidentes.