El rechazo de los vecinos logró frenar la Ciclovía de Víctor Hugo

El rechazo de los vecinos logró frenar la Ciclovía de Víctor Hugo

diciembre 11, 2017

Las obras comenzaron sorpresivamente el sábado 25 pero al lunes siguiente la empresa a cargo tuvo que suspenderla por las protestas de los vecinos, quienes aseguran que el proyecto se quiere implementar sin audiencia pública, ni estudios de impacto ambiental y que tampoco fue consensuado con los perjudicados.

 

Cuando parecía que la intención del gobierno de la Ciudad de implementar el tendido de una ciclovía sobre la calle Víctor Hugo había quedado definitivamente abandonada, la resolución N° 943/SSTYTRA/17 puso en guardia nuevamente a los vecinos de la calle Víctor Hugo. “Prohíbase el estacionamiento general de vehículos, durante las 24 horas, junto al cordón de la acera suroeste en el tramo de arteria de la calle Víctor Hugo, entre la avenida Juan B. Justo y la calle Beiró”, asegura la normativa dictada el 10 de noviembre por la subsecretaría de Tránsito y Transporte de la Ciudad, que fundamenta la decisión “con motivo del tendido de la red de carriles exclusivos para bicicletas que irán abarcando toda la ciudad”.

 

Por ello, siempre según la subsecretaría de Tránsito y Transporte, “se hace preciso reformular la distribución de espacios de estacionamiento en la vía pública prohibiendo el mismo en arterias que por su geometría no puedan albergar la ciclovía y el estacionamiento simultáneamente” y la calle Víctor Hugo “ofrece un ancho acotado para dar adecuado servicio a la importante demanda circulatoria que se presenta diariamente”.

 

La sorpresiva resolución generó preocupación en los vecinos de la zona, que ya en julio habían presentado un amparo ante la justicia para evitar que se avance con las obras, que comenzaron a notar que los postes de “Permitido Estacionar” iban misteriosamente desapareciendo de Víctor Hugo en horas de la madrugada.

Finalmente la preocupación se transformó en indignación el sábado 25 de noviembre, cuando operarios de la empresa MIAVASA, la misma que tiene encargada la obra Zona Calma, comenzaron a instalar la ciclovía desde Juan B Justo hasta Elpidio Gonzalez.

La interrupción de la obra, que debía continuar hasta la avenida Beiro, no se debió al cansancio de los trabajadores sino a la bronca de los vecinos, que en cuanto se dieron cuenta, se acercaron a intentar frenarla y lo lograron, al igual que los vecinos de Zona Calma -otro polémico proyecto vial del gobierno-, poniendo el cuerpo.

 

 

 

“La decisión de comenzar con la construcción de la ciclovía nos cayó como un baldazo de agua fría”, asegura a NNI Pablo Gelabert, uno de los vecinos que estuvo ese sábado y el lunes siguiente, pero que admite que antes nunca se había involucrado en el tema porque estaba seguro que la obra nunca se iba a construir. “Yo estaba seguro que no lo iban a hacer porque en 2010 en Víctor Hugo nos dieron el permiso de estacionar sobre mano izquierda y en 2012 nos colocaron los carteles que legitimaban eso. Si ya tenés un derecho, nadie va a venir por ellos. Por eso me quedé tranquilo”, explica.

 

 

Los vecinos aseguran que el proyecto de la Ciclovía, además de desconocer que existe una Resolución que autoriza a estacionar sobre ambas aceras, critican que el mismo se quiera implementar sin audiencia pública, ni estudios de impacto ambiental y que tampoco fuera consensuado con la Junta Comunal 10. “Mínimamente tenés que hacer un estudio de cómo se mueve el barrio, sus costumbres, que eso también significa impacto ambiental, no sólo los árboles”, aclara Pablo, que todavía no puede creer la justificación que le dieron cuando preguntó por qué querían construir esta bicisenda: “Es parte de una nueva cultura”, le respondieron los funcionarios del gobierno. “Y se justificaron con que, por Víctor Hugo, pasan 17 bicicletas por día”.

 

Más allá de lo ridículo de la respuesta, Pablo podría sentirse casi un afortunado al haber tenido la posibilidad de hablar con un funcionario. Desde Febrero de este año, cuando el Ejecutivo decidió construir esta ciclovía hasta hora, el gobierno convocó a los vecinos a una sola reunión a finales de junio que terminó abruptamente cuando la jefa de Gabinete de la Subsecretaria de Movilidad Saludable Julieta Peruzzo y el titular de Proyectos especiales de la misma subsecretaría Darío Ferrer abandonaron el centro de jubilados de Vila Real, desbordados ante el descontento de los vecinos presentes.

 

“No es por un capricho que estamos en contra de la ciclovía”, deja en claro Pablo, que asegura que hay formas mucho menos problemáticas y más prácticas de mejorar el barrio. “Creo que esta gente tiene que poner su energía y su materia gris en mejorar la escuela de chicos discapacitados, porque se viene abajo, o el Colegio comercial N°30 que está muy deteriorado. El hospital Velez Sarsfield no tiene tomógrafos. ¿Sabés quién lo está sosteniendo? Nosotros, los vecinos, a través de la cooperadora, los que nos estamos bancando que ahora nos metan la bicisenda. ¿Qué necesidad tenés de gastar plata ahí?”, se pregunta.

 

Si hay una palabra que suelen repetir los políticos, y más en épocas electorales, es Participación. Claro está que, si no es sólo una estrategia de marketing, impulsar la participación requiere, por sobre todo, escuchar, dialogar y poder dar marcha atrás si una iniciativa, por mejores intenciones que tenga, es rechazada por la mayoría de quienes se dice representar. El gobierno de la Ciudad todavía está a tiempo. Habrá que ver si está dispuesto a hacerlo.