Habitar el barrio con el «bien común» como bandera | Realizan un homenaje a Enrique Lifschitz, protagonista de la recuperación del Polideportivo Pomar

Habitar el barrio con el «bien común» como bandera | Realizan un homenaje a Enrique Lifschitz, protagonista de la recuperación del Polideportivo Pomar

junio 15, 2023

El viernes 16 de junio a las 13.30hs se colocará una placa en homenaje a Enrique Lifschitz en el Polideportivo “Gregorio Pomar” (Mercedes 1389) por su protagonismo en la lucha y recuperación de este espacio deportivo tan fundamental para Floresta.
"El hecho de que los vecinos y vecinas se involucren en cuestiones comunitarias, en lo que respecta a los espacios y la vida compartida, es fundamental para que podamos vivir bien y que nuestros barrios nos pertenezcan", asegura Mariana, su hija. "Recordar a mi papá me parece interesante por él, por los luchadores de hoy y para pasarle la posta a los luchadores de mañana".

 

 

Escribe: Perla Natalia Castillo

 

 

El viernes 16 de junio se colocará una placa en homenaje a Enrique Lifschitz en el Polideportivo “Gregorio Pomar”, ubicado en la calle Mercedes 1389, en el barrio de Floresta. El reconocimiento a ese vecino histórico será por su protagonismo en la lucha y recuperación del espacio que fue destinado al barrio.

 

Este homenaje reivindica, da a conocer y reconoce el trabajo silencioso y desinteresado que hacen los vecinos y vecinas de los barrios, en este caso en Floresta, ya que muchas veces habitamos, recorremos y transitamos espacios que tienen una historia de luchas y procesos colectivos que desconocemos.

 

 

 

 

El polideportivo “Gregorio Pomar” se encuentra abierto todo el año y son muchas las actividades que se realizan ahí dentro, recibiendo a diario a vecinas y vecinos, así como también a las escuelas que todas las semanas cuentan con la pileta para las clases de educación física.

 

El reconocimiento a Enrique Lifschitz es una invitación para quienes quieran conocer la historia del polideportivo, pero también para quienes fueron parte del proceso de recuperación de ese espacio, que en un pasado era un terreno baldío.

 

Nadie nos invitó estuvo en diálogo con Mariana Lifschitz, quien es documentalista, periodista e hija de Enrique, para que nos cuente un poco de su historia familiar y barrial. En esta entrevista, Mariana nos invita hacer un recorrido de experiencias colectivas, en este caso situadas en el barrio de Floresta.

 

“Es muy lindo para mí lo que está pasando, esta idea de reivindicar y recordar lo que mi papá hizo por el barrio y que le agradezco al Comunero Fernando Moya, porque fue quien tuvo la iniciativa”

 

 

Imagen. Enrique Lifschitz en su juventud.

 

 

¿Cómo surge la idea del homenaje y que representa?

El año pasado hice un posteo en Facebook de una nota que había publicado tiempo atrás, era una entrevista que le había hecho a mi papá en el 2008, donde él cuenta cómo fue el movimiento barrial para recuperar el predio donde después se construyó el Polideportivo Pomar y cómo consiguieron que el poli sea para el barrio.

El posteo yo se lo había dedicado a los vecinos y vecinas que hoy luchan para que el predio Roca sea para el barrio, para que el barrio Santa Rita tenga una plaza, para que el Palacio Cecie siga siendo para la comunidad sorda; esta historia de un luchador de un tiempo atrás iba dedicada a los luchadores de hoy, y eso es lo que lo enganchó a Fernando Moya con esta herencia.

Recordar a mi papá me parece interesante por él, por los luchadores de hoy y para pasarles la posta a los luchadores de mañana.

El hecho de que los vecinos y vecinas se involucren en cuestiones comunitarias, en lo que respecta a los espacios y la vida compartida, es fundamental para que podamos vivir bien y que nuestros barrios nos pertenezcan.

“Si no reclamamos, no tenemos lo que necesitamos”, eso es lo que mi papá decía en ese momento y ahora lo entiendo.

 

 

Imagen. Enrique en el Polideportivo Pomar. Década del ´80.

 

 

¿Quién fue Enrique para el barrio?

Mi papá era un hombre muy inquieto, para él lo social y lo vecinal atravesaba su vida a la par.

Yo la entrevista se la hice para guardar un recuerdo de su vida, para nuestra generación y para las que vendrán, como uno entrevista a la gente mayor de su familia para que quede la historia registrada.

Pero mi papá no separaba lo familiar de lo social y en esos relatos aparecía el Polideportivo Pomar. Él era un tipo que donde veía una necesidad se metía para juntar al barrio, para aunar fuerzas, reclamar y que esa lucha fuese exitosa.

 

 

¿Cómo comienza a gestarse el Polideportivo “Gregorio Pomar”?

 

Lo que hace al Pomar, él contaba que se había sumado a la Comisión Directiva de la Asociación de Fomento “25 de Mayo”, que todavía existe y está en la calle  César Díaz.

 

Cuando mi papá comenzó su gestión, viendo los papeles encontró que esas dos manzanas donde ahora está El Pomar, la Escuela “Rosales” y la plaza “El Banderín” que era un basural donde los chicos se juntaban a jugar a la pelota, tenía herederos. Pero había un legado para que el gobierno los convirtiera en una plaza o en un centro deportivo, y si ese legado no se cumplía en determinado tiempo volvía a los herederos.

 

Hacía años que la Asociación de Fomento presentaban cartas para que el legado se cumpliera, y mi papá dijo: “presentando cartas no vamos a conseguir nada, tenemos que llamar a una movilización y hacer ruido, sino esto va a quedar en nada”

 

Después hubo otra lucha una vez que terminaron de construir, porque durante la dictadura le quisieron dar el espacio al Asociación de Periodistas Deportivos, no lo querían hacer público para todo el barrio.

 

Mi papá contaba que a finales de dictadura se juntaban y desde afuera de la reja les gritaban a los que iban a ocupar el lugar “Usurpadores, devuelvan el espacio del barrio”. Finalmente vino el gobierno democrático de Alfonsín y ahí se inauguró para ser entregado al barrio.

 

 

Imagen. Mariana y Jorge Lifschitz, hijos de Enrique. Ambos mantienen el legado de su padre. Mariana es realizadora audiovisual, comunicadora y editora de «Vinculos Vecinales», periódico fundado por su padre. Jorge es actor, músico y editor del periódico «Floresta y su Mundo».

 

 

 

¿Qué genera este reconocimiento en sus familiares?

A mí me sorprendió y a mi hermano Jorge, que hace el periódico barrial “Floresta y su Mundo” y que también está muy conectado con el barrio, también. Mi hermano también conocía esta historia de cerca, porque a mí papá era la que más le gustaba contar.

 

Un millón de veces escuché la historia del Pomar, pero como historia familiar, esas que te cuentan en tu casa una y otra vez. Entonces que esa historia sea reconocida socialmente con una placa trasciende lo familiar, trasciende lo íntimo y se vuelve colectivo, que en definitiva es lo que era.

 

Me imagino a mí papá chocho donde esté. Al final uno se vuelve místico con los familiares que no están, más allá que seas creyente o no, te imaginas que está en algún lugar. Así que me lo imagino chocho, riéndose y creo que es un reconocimiento también para toda esa generación.

 

Si bien mi papá lo promovió, lo encabezó y fue protagonista,  fue una gesta colectiva, por eso me parece que es un reconocimiento para toda esa generación que logró esa lucha y también para que los que estamos ahora tomemos la posta y sigamos luchando.

 

 

Imagen. Enrique en la puerta de su casa, en Tres Arroyos y Emilio Lamarca, a punto de salir a repartir el periódico Vínculos Vecinales. Foto: Victor Pais, editor del periódico Trascartón

 

 

 

Enrique Lifschitz fue el impulsor del periódico barrial Vínculos Vecinales, que hace unos años retomaste vos. ¿Cómo entendés vos esa continuidad?

 

Vínculos Vecinales era mi papá, era el trabajo de él. Mi papá comenzó con ese medio a comienzos de la democracia, yo era chica y en esa época armaron la cooperadora del Pomar y mi papá también estaba ahí.

 

Frente al Pomar se estaba haciendo la Escuela “Rosales” y el Centro Cultural “Baldomero Fernández Moreno”, del cual mi papá fue participe.

 

Ahí había un taller de historia barrial, donde mi papá también participaba, lo coordinaba Carmen La greca, una profesora de historia  y ese taller de historia barrial es lo que le dio a él el impulso para sacar el periódico.

 

Me acuerdo de acompañarlo a él en todo eso, yendo al Pomar, al Centro Cultural. En ese momento se hacía totalmente manual, poníamos los títulos con las planchas de letras transferibles Letraset. De  adolescente escribía poesías en el diario de mi papá y después la vida me llevó a estudiar sociología, cine y me convertí en realizadora audiovisual, siempre cerca de la comunicación.

 

Mi papá trabajó hasta el último día de su vida con 86 años y cuando falleció, un 29 de septiembre, ese día había ido a la imprenta a retirar el periódico de octubre  y estaba la pila de revistas en su casa. En ese momento con mi hermano Jorge pensamos que no se iba a ir tranquilo si esa pila quedaba ahí.

 

Primero imprimimos una hoja para avisar a los vecinos que mi viejo había partido, mi hijo hizo un dibujo, otro de sus nietos escribió una reseña de su vida, mi hermana una poesía y lo pusimos adentro de cada diario antes de repartirlo para contarle al barrio.

 

Yo ahí comencé a recorrer Segurola, Sanabria, pensando dónde él dejaría el periódico y hablando con la gente todos me devolvían de él un una parte suya que yo desconocía, que era su vínculo con el barrio, no el papá privado.

 

Entonces decidí sacar una edición homenaje en ese momento, como había quedó su mail abierto les mandé un mensaje para preguntarle a sus contactos si querían mandar algún texto sobre su relación con él, dónde lo habían conocido, alguna anécdota y recibí un montón de mensajes de gente de lo más variada en edades, lugares donde se conocieron, en pensamiento e ideas política y todos tenían cosas hermosas para decir de mi papá.

 

Mi duelo estuvo atravesado por todo eso y saqué otro número de Vínculos Vecinales publicando todo eso que había recibido y eso fue mi punto de partida haciéndome cargo del periódico, tomando la posta. Mi hermano Jorge dice “hay una parte de papá que encarnó en vos”.

 

Descubrí que hay mucha gente haciendo cosas en el barrio por el bien de la comunidad y que uno ni se entera si no fuese por los medios barriales que logran legitimarlas, es ahí donde sale de las calles o instituciones donde sucede y queda dicho, expresado, contado para que el resto de la sociedad se entere.

 

Para mí se abrió un mundo y conecté con otra parte de mi papá que era tan de él y que yo no había conectado antes.  Si bien yo le di a Vínculos Vecinales otra impronta, en su esencia sigue siendo la misma, y lo que a él lo movilizaba a mí también.

 

 

Imagen. Proyecto de reconocimiento a Enrique, presentado por el comunero Fernando Moya.

 

 

 

Un merecido Reconocimiento

 

Fernando Moya es juntista de la Comuna 10 y es el impulsor de la iniciativa. “La idea de homenajear a Enrique surge a partir del intercambio permanente que mantuvimos con Jorge y  Mariana, cuando comenzaron a contarme cuál había sido la labor de su padre en el barrio. El objetivo principal era tratar de hacerle un homenaje en vida de su madre, pero lamentablemente no lo logramos.  

 

El proyecto lo presentamos en noviembre del año pasado y por estas cuestiones que tiene el macrismo, en la última sesión de la legislatura no se aprobó absolutamente nada. Así que finalmente lo logramos este año y es un merecido homenaje a Enrique”, explicó a Nadie nos Invitó.

 

 

La colocación de la placa en homenaje a Enrique Lifschitz, tendrá lugar el viernes 16 de junio a las 13:30 en el Polideportivo Gregorio Pomar, Mercedes 1389 – Floresta.

 

Para conocer la historia de la recuperación del Polideportivo Pomar, les recomendamos esta nota https://vinculosvecinales.com.ar/los-recuerdos-de-enrique-parte-iv-2/