Lucas Bragán, profesor de música de la Escuela de Danzas Nº 2 Jorge Donn e integrantes de la Asociación Docente Ademys, detalló los graves problemas de infraestructura que tiene el edificio y criticó la demora en las obra de la nueva sede: “El cartel amarillo está desde junio de 2015 pero la primera etapa, que era la construcción de cuatro aulas en la planta baja, todavía no se terminó”.
NNI: ¿Cuáles son los problemas edilicios de la escuela?
L: Nuestra escuela viene sufriendo todo tipo de problemas edilicios desde hace años, es una situación insostenible. Sin embargo no hay respuesta y seguimos trabajando en estas condiciones.
Básicamente compartimos el edificio con la escuela de cerámica Fernando Arranz, lo cual ya produce problemas de espacio, pero además hay problemas en los baños, ya que muchos están clausurados desde hace tiempo; en las aulas especialmente preparadas para hacer danza hay pisos de madera que están agujereados. En el piso superior, donde funciona el bachiller, en esas aulas no hay instalación eléctrica desde 2014, es decir, no hay enchufes. Esto tiene que ver con una deuda millonaria que tiene el gobierno de la Ciudad con la empresa de mantenimiento que nunca se termina de solucionar.
A su vez tampoco funcionan los ventiladores en esas aulas y al techo le da el sol directo, con lo cual los días de calor es imposible permanecer en el aula y terminamos dando clase en el patio, con las dificultades que eso conlleva.
Además, en el mismo piso las paredes de las aulas son de durlock lo que genera un nivel de contaminación sonora que dificulta mucho la tarea pedagógica ya que se escucha absolutamente todo lo que sucede en las aulas lindantes.
En general, la cooperadora se termina haciendo cargo de estos gastos pero el deterioro se produce sin cesar y no hay respuestas más estructurales.
NNI: ¿Por qué realizaron un Frazadazo? ¿Qué reclamaron?
L: Hace un par de semanas, cuando empezaron los días más fríos, en asamblea de docentes y estudiantes decidimos llevar adelante esta acción que intentó visibilizar un problema que había con la caldera (se había roto la memoria digital) y estuvimos tres días sin calefacción.
Esto ocurre en muchas otras escuelas de la Ciudad, pero en nuestro caso se suma a toda una serie de problemas edilicios que describí antes, con lo cual cualquier desperfecto más que aparece produce una reacción de rechazo y de repudio casi instantánea de la comunidad porque es difícil imaginarse que la escuela pueda deteriorarse aún más.
NNI: El 2017 es un año particularmente complejo. Sufrieron dos robos, realizaron un abanicazo en verano y un frazadazo en invierno. ¿Hubo alguna respuesta por parte del gobierno a estos reclamos y demandas?
L: Aparte de todos los problemas edilicios, este año en febrero, con la vuelta de los docentes al trabajo, nos encontramos con la sorpresa que habían realizado un boquete en un aula del predio que tenemos asignado en la calle Murature, y ese modus operandi se volvió a repetir semanas siguientes. Por ese hecho no recibimos ninguna respuesta del gobierno: no han repuesto los materiales robados que son de uso indispensable en la escuelas de danzas, como son los grabadores. Por otra parte, hicimos el abanicazo, que fue otra acción de visibilización de la problemática edilicia, y la respuesta fue absolutamente ninguna. Ya estamos en junio, los materiales no han sido repuestos y todavía seguimos esperando respuesta.
NNI: ¿En qué situación se encuentra el nuevo edificio?
L: El mes pasado se reiniciaron las obras. La partida presupuestaria para el nuevo edificio esta asignada desde el año 2010, no solo para este edificio sino también para la escuela Rogelio Yrurtia y la Escuela de Teatro, cuyos edificios también sufren deterioro y no son aptos para desarrollar nuestra tarea educativa en condiciones dignas. El cartel amarillo del gobierno fue puesto en junio de 2015 y las obras empezaron aproximadamente a comienzos de 2016.
La primera etapa no se terminó, que era la construcción de cuatro aulas en la planta baja, sin embargo la obra se paralizó en diciembre de 2016 por cuestiones que tiene que ver con la licitación de las empresas ya que cada etapa de la construcción va a licitación y la toma una empresa distinta. Recién se retomó ahora en mayo de este año.
La obra avanza muy lentamente y la necesidad de un edificio nuevo, por todo lo descripto anteriormente, es urgente. Esta política va en sintonía con la política de no construcción de escuelas que tiene el gobierno de la Ciudad que afecta a toda la educación en general y en particular a la educación artística que es una de las áreas más golpeadas, porque obviamente si hay algo que no le interesa a esta gestión es promover una educación pública y artística ya que las considera innecesarias.