Actualmente se juzga a cinco miembros retirados de las fuerzas de seguridad por su responsabilidad en violaciones a los derechos humanos contra alrededor de 382 personas que fueron secuestradas y permanecieron cautivas en el circuito conocido como ABO, ya que abarca los centros clandestinos Atlético, Banco y Olimpo, ubicado en Floresta. Las audiencias se realizan cada 15 días y son transmitidas por La Retaguardia y Radio Presente, emisora que funciona en el ex Olimpo, espacio convertido desde 2006 en Sitio de Memoria.
Escribe: Alejandro Volkind
A menos de un mes de haber sido estrenada en cines, la película “Argentina, 1985” -dirigida por Santiago Mitre y protagonizada por Ricardo Darín y Peter Lanzani- generó un enorme impacto en nuestra sociedad.
El film retrata uno de los hechos más significativos de la historia reciente vinculado a los derechos humanos: el juicio a las juntas militares que encabezaron la última dictadura.
El éxito de la película – que ya fue vista por más de medio millón de personas- expresa, entre otras cuestiones, la necesidad que tenemos como pueblo de conocer y no olvidar las atrocidades cometidas por la última dictadura cívico militar y la importancia que se haga justicia. Memoria, verdad y justicia, como bien supieron sintetizaron las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, protagonistas indiscutidas de este proceso.
Hoy en día, a 37 años del juicio que retrata el film, mucha agua corrió bajo el puente pero la búsqueda de justicia sigue intacta. Al igual que en 1985, los juicios por delitos de lesa humanidad cometidos entre 1976 y 1983 se siguen realizando y actualmente involucran a casos que sucedieron en nuestra Comuna 10, en el ex Centro Clandestino Olimpo, ubicado en Ramón falcón 4250.
Desde junio, el Tribunal Oral Federal número 2 de la Ciudad de Buenos Aires juzga a cinco miembros retirados de las fuerzas de seguridad por su responsabilidad en violaciones a los derechos humanos contra alrededor de 382 personas que fueron secuestradas y permanecieron cautivas en el circuito conocido como ABO, ya que abarca los centros clandestinos Atlético, Banco y Olimpo. De esos casos, 34 son nuevos, es decir, que nunca en estos 46 años han podido ser expuestos en un marco de Justicia.
En el juicio, los ex gendarmes Miguel Pepe, Miguel Lugo, Sergio Nazario alias “Esteves” y Hugo Medina están acusados de integrar la patota del Olimpo, el centro clandestino que funcionó en un galpón en Floresta entre mediados de 1978 y comienzos de 1979. El quinto, Carlos Infantino, fue oficial principal en el Departamento de Asuntos Políticos de la Superintendencia de Seguridad de la Policía Federal y llega a juicio por su vínculo con Atlético y Banco. Ninguno de ellos fue condenado hasta ahora y esperan el debate en prisión preventiva: tres la cumplen en su casa.
Las audiencias se realizan cada 15 días y son transmitidas por La Retaguardia y Radio Presente, emisora que funciona en el ex Centro Clandestino Olimpo, espacio convertido desde 2005 en Sitio de Memoria.
“Que las audiencias se puedan transmitir desde un medio de comunicación como Radio Presente, una radio comunitaria emplazada en un Espacio para la Memoria, me parece que es un acto reparatorio para los sobrevivientes y para los familiares”, reflexiona Oscar Stumpfs, integrante de radio Presente, quien comenta que en otra época hubiera parecido algo utópico o imposible que desde un medio comunitario y desde un espacio para la memoria, se pueda transmitir estos juicios donde están siendo juzgados los represores que actuaron en este mismo lugar.
Desde la pandemia, los juicios dejaron de ser presenciales –decisión que generó el rechazo de sobrevivientes, familiares y organismos de Derechos Humanos-, pero se permitió la transmisión vía YouTube. “Hay un gran trabajo que se está haciendo en visibilizar y me parece que es importante porque ayuda también a que quienes aún no dieron su testimonio lo pueden hacer, quienes aún no escucharon algún tipo de relatos acerca de sus familiares, que quizás con el testimonio de algún sobreviviente lo puedan escuchar”, asegura Oscar.
El otro aspecto a visibilizar, advierte, es la falta de cumplimiento efectivo de las penas, donde el 80 por ciento de los genocidas condenados en todo el país cuentan con medidas que las morigeran. “Hay muchos represores que tienen condenas que no están siendo efectivas, con salidas transitorias por goteo -como dicen los sobrevivientes-, que están gozando el privilegio de estar en sus casas. Y hay vecinos y vecinas de nuestros barrios que no saben que su vecino fue un represor-alerta Oscar-. De ahí también la importancia de poder comunicar, porque es urgente que como sociedad nos ocupemos de que la justicia siga siendo justa y se condene a los responsables. Como parte integrante de la sociedad me parece que hay una búsqueda de justicia que debe ser incesante ya que hay muchos responsables de estos crímenes que se cometieron en dictadura que todavía no fueron juzgados».
Algunas de las notas vinculadas a este juicio se pueden leer acá, y acá
Sobre El Olimpo
El “Olimpo” fue uno de los Centros Clandestinos de Detención, Tortura y Exterminio (CCDTyE) instalado en la actual Ciudad Autónoma de Buenos Aires durante la última dictadura cívico-militar. Funcionó entre el 16 de agosto de 1978 y fines de enero de 1979 emplazado en el interior de una dependencia de la Policía Federal Argentina entre las calles Ramón Falcón, Lacarra, Fernández, Rafaela y Olivera, en el barrio de Floresta.
En el CCDTyE permanecieron cautivas aproximadamente 500 personas y solo alrededor de 60 han logrado sobrevivir. Cabe destacar que el Olimpo formó parte del circuito represivo conocido como circuito ABO: “Club Atlético”, “El Banco” y “Olimpo”. Los “Grupos de Tareas” con base en este CCDTyE dependían del Primer Cuerpo de Ejército y estaban integrados también por personal de la Policía Federal y de la Provincia de Buenos Aires, Servicio Penitenciario y Gendarmería. El primer grupo de prisioneros llegó al Olimpo el 16 de agosto de 1978 proveniente del CCDTyE «El Banco».
En 1996 los vecinos comenzaron a pelear por la recuperación del sitio. Para el barrio, era un símbolo de impunidad. Por entonces, pese a que se sabía que allí había funcionado un centro clandestino durante la última dictadura cívico militar, el predio seguía perteneciendo a la Policía Federal y era el lugar donde se realizaba la Verificación Técnica Vehicular (VTV).
Finalmente, en 2005, el espacio fue recuperado como sitio de Memoria y hoy en día es un lugar de referencia para el barrio, por su compromiso en la defensa de los Derechos Humanos y por las múltiples actividades educativas y culturales que se realizan allí.