Las dos horas de lluvia intensa que hubo en la Ciudad el miércoles 15, bastaron para que la Escuela Superior de Enseñanza Artística Rogelio Yrurtia, ubicada en Av Alberdi al 4100, se inundara nuevamente. El agua se filtró por techos, paredes y a través de la instalación eléctrica, e inundó el subsuelo, donde se guardan las esculturas de los estudiantes, que se vieron seriamente dañadas. Desde su inauguración, en 2019, el edificio sufre constantes inundaciones, y en agosto de este año se derrumbó un pedazo de mampostería. “Es evidente que el problema de las filtraciones viene desde la etapa de construcción de la obra”, admite el propio gobierno porteño en un informe técnico.
«Cerca de las 19 notamos que lo primero que comenzó a inundarse fue un aula en la que se guardan muchas esculturas de los estudiantes, yo fui a tratar de ayudar, pero después no pude volver a mi salón porque ya caía agua sobre el tablero eléctrico y a través de la instalación eléctrica de los techos», aseguró Lucía Rinaldi, integrante del Centro de Estudiantes.
“El problema de que se haya inundado de nuevo el subsuelo es que ahí están guardadas las esculturas que muchos estudiantes vinieron haciendo a lo largo del año y por las que debían ser evaluados esta semana y la próxima en finales; todas esas piezas pueden arruinarse en un ratito por el agua», indicó Rinaldi a Telam, quien informó que desde el gobierno porteño no se arrimó nadie a la escuela, y que fueron los directivos y auxiliares quienes trataron de resolver la situación con lampazos.
Imagen. En el subsuelo, las lluvias arruinaron las esculturas realizadas por estudiantes, que iban a ser evaluadas para el cierre del año lectivo.
Un edificio que nació plagado de problemas
El problema de las filtraciones acompaña a la escuela Yrurtia desde su inauguración, en 2019. En octubre de ese año, con sólo cinco meses de uso, las lluvias que se vivieron un fin de semana filtraron hacia las aulas del cuarto piso y del subsuelo y las inundaron “Es evidente la baja inversión en materiales y el apuro de terminar un edificio que, contradictoriamente, no tiene final de obra y aún no está inaugurado”, aseguraban entonces integrantes de la Cooperadora, quienes exigían poder auditar a las empresas de construcción y mantenimiento.
Imagen. Techos y paredes de cartón que se arruinaron tras la lluvia. Año 2019.
Las denuncias de la comunidad educativa quedaron confirmados por un informe del propio gobierno porteño. En 2021, informe técnico realizado por la arquitecta María Fernanda López, advierte que “es evidente que el problema de las filtraciones, viene de larga desde la etapa de construcción de la obra. Las mismas se acentúan en períodos de lluvia, produciéndose entradas importantes de agua hacia el interior de la escuela. También son muy notorias las marcas entre los tabiques submurales en el sector sótano, como si hubiera fallado la impermeabilización entre los mismos”
La arquitecta también advertía que “hay que tener en cuenta que estas soluciones son para evitar el ingreso de agua a los locales internos de la escuela. Pero que, mientras no se solucione el tema de ingreso de agua de parte de los vecinos linderos, los tabiques submurales de la medianera de Hormigón, continuarán deteriorándose internamente y sus armaduras corroyéndose, con un deterioro progresivo de los mismos, con serias implicancias a futuro, situación que se hubiese evitado de haber ejecutado correctamente la impermeabilización de los mismos”.
Imagen. El 30 de agosto de este año se derrumbó un pedazo de mampostería en horario de clase
Estos informes sirvieron de base para que a finales de 2021 el GCBA llevara adelante obrtas de impermeabilización. La empresa ganadora es Sucesión Rubens Ernesto Di Pietro Paolo, con un Presupuesto oficial de $5.398.383, y el plazo de ejecución fue de 90 días, con la intención que la problemática estuviese resuelta para el inicio del ciclo lectivo 2022.
Sin embargo, las obras no fueron suficientes, y el resultado está a la vista.