Una enfermera del hospital tuvo que presentar un amparo en la justicia para que le garanticen los elementos de protección personal, es decir barbijos, cubrecalzado, camisolín, antiparras y guantes. Su caso no es aislado. Hasta el momento ya hubo 19 fallos contra el Gobierno de la Ciudad por la falta de insumos en hospitales porteños. Ante esta situación, en el Vélez hay varios profesionales que compraron los equipos de protección con su propio dinero.
“Los enfermeros y todo el personal de la salud está muy desprotegido”, aseguro a Nadie nos Invitó Mariana Chiacchio, integrante del Centro de Abogadxs por los Derechos Humanos (Cadhu), quien explicó que en el Hospital Vélez Sarsfield el amparo lo inició una enfermera que no contaba con los equipos adecuados de protección personal que son los que recomienda la Superintendencia del Trabajo y la Organización Mundial de la Salud -cubrecalzado, camisolín, antiparras, guantes, alcohol en gel en cantidad, mascara para la vista y barbijo N95 o superior-, y que la medida cautelar contra el Gobierno de la Ciudad salió favorable el viernes 17 de abril.
“Cada amparo es individual, con lo cual en el Vélez se le aplicaría a esa enfermera – explicó la abogada- pero lo que viene ocurriendo es que cuando hay un amparo el gobierno entrega el equipo de seguridad a todo el personal y no sólo a la persona que hizo el amparo”.
Pese a que ya hay sentencia judicial, el gobierno podría apelar. “Lo que puede pasar, y viene pasando, es que el gobierno de la Ciudad apela estas medidas cautelares y eso lo terminará resolviendo la Cámara del Trabajo”, advirtió Chiacchio, quien aseguró que la mayoría de los hospitales de la Ciudad están trabajando en muy malas condiciones en relación a la higiene y seguridad. “Si no es por vía de los amparos y de las órdenes judiciales no les entregan los equipos y así y todo cuesta que cumplan las medidas cautelares en su totalidad”.
¿Dónde están los barbijos?
Según pudo averiguar este medio, en los dos centros de Salud de la Comuna 10 –el Cesac 36 y el Hospital Vélez Sarsfield- la situación es precaria. Pese a que en el sector donde se atienden pacientes con COVID sí hay elementos de seguridad, en algunos casos los profesionales de la salud tuvieron que armarse sus propios barbijos con la friselina que se usa para las camillas y en otros utilizan mascaras artesanales armadas con acetato que reparte el propio hospital. A su vez, profesionales de algunas áreas terminaron comprando los equipos de seguridad con plata de su bolsillo.
Hasta el momento, en el hospital hubo internados cuatro pacientes con Covid 19 pero se espera que los casos aumenten a medida que llegue la época de mayor contagio, pronosticada para mediados de mayo por el propio ministro de la Salud de la Ciudad Fernán Quirós.
Es de esperar que para esa época, los más de 15 millones de barbijos que adquirió la Ciudad –en muchos casos con un sobreprecio del 100%- estén donde tienen que estar, es decir, en los hospitales porteños protegiendo a los profesionales de la salud, los mismos que, tan sólo para poner un ejemplo, pudieron salvar a Nelly, paciente de 94 años que fue dada de alta luego de estar infectada con Covid-19.
