Desde 1911 hasta 1952 funcionó en Versalles un tren que le dio origen al barrio y marcó su identidad. El "trencito" como le decían los vecinos, fue el punto de reunión y encuentro de toda la comunidad. A través de un trabajo de investigación y entrevistas con los vecinos, el documental de Juan Carlos Domínguez, y la historiadora Susana Boragno, reconstruye la historia del tren reflexionando sobre lo ocurrido.
Escribe: Perla Natalia Castillo
Desde el año 1911 funcionó en Versalles un tren que le dio origen al barrio y marcó su identidad. El «trencito» como le decían los vecinos, fue el punto de reunión y encuentro de toda la comunidad.
En 1943 por el entubamiento del arroyo Maldonado, hubo un peligro de que el ramal cerrara, pero finalmente pudo evitarse. Con la construcción de la Av. Juan B. Justo, esto ya no fue posible y el trencito fue clausurado definitivamente el 5 de octubre 1952. La tristeza invadió al barrio. Doce años más tarde se tiró abajo el último vestigio en pie que quedaba del trencito: la estación.
Ahora, aprovechando un nuevo aniversario del barrio, desde Nadie nos Invitó dialogamos con Juan Carlos Domínguez, realizador junto a la historiadora Susana Boragno del documental “El trencito de Versalles” , el cual fue declarado de Interés Cultural el 19 de septiembre de 2012.
Juan es vecino de la Comuna 10, estudió Historia en la UBA y es Licenciado en Cine Documental de la UNSAM. Actualmente, con varios trabajos documentales en su haber, es profesor de la UNSAM, también da clases de apoyo a ingresantes y para el próximo año comenzará a dar clases en los secundarios.
Juan, contanos como nace la idea de realizar el documental “El Trencito de Versalles.
Busqué una historia barrial, a mí me gustan muchos los trenes, y conocí a la Licenciada Susana Boragno, que es historiadora y vecina de Versalles.
Ella tenía muy investigada la historia del tren de Versalles, conocía mucha gente que había viajado en el tren, tenía planos, conocía gente que tenía proyectos de recuperación de todo lo que es el espacio de la plaza desde donde salía el tren de Versalles, también del túnel que ahora está tapado, pero había un proyecto de los vecinos que era recuperarlo.
Había mucha información investigada a partir de Susana, y la verdad es que a mí la historia me atrapó.
Lo primero que hice fue relevamiento, porque había muchas fotos de los chalecitos, fotos de la estación donde había unas tipas, que al momento de hacer el documental todavía estaban. Cuando nosotros hicimos el documental todavía no estaba el nomenclador, eso vino mucho después. Tener las fotos impresas en la mano, buscar cuáles era los ángulos para poder hacer la toma y usarlas en el documental, hizo que sea un trabajo de investigación muy entretenido.
Luego hicimos las entrevistas, fueron varias jornadas de rodaje, pero fue bastante práctico porque como habíamos realizado la investigación previa, sabíamos muy bien que nos podía aportar cada uno de los vecinos y se pudo reconstruir la historia, después fue todo trabajo de edición para poder armar la historia narrativa. Pero la historia estaba, estaba presente.
A mí me sorprendió mucho porque hay vecinos, y se puede ver en la película, saben con lujos de detalles como funcionaba el tren, hay vecinos que sabiendo que ese ramal se iba a levantar fueron hacer el último viaje. Es decir, había varias piezas que hacen rica a una película.
Imagen. Plano del túnel de pasajeros
¿Qué representan para vos los trenes?
A mí me gustan muchos los trenes y sabía que en Versalles habría una línea de tren, tampoco lo tenía muy claro, tenía entendido que por Irigoyen también habría pasado otro y se me mezclaba un poco.
Analizando, pude saber que este tren terminaba en Versalles, que el barrio nace a partir de esta estación y se podía viajar directamente desde ahí hasta Once. Es más, hay boletos que dicen destino Moreno o destino Versalles.
Mucha gente que trabajaba en el Centro de la Ciudad venía a comer a su casa y volvía al trabajo. Hay que pensar lo práctico y el poco tiempo que le ponía este tren en llegar a Once como para poder ir y volver para retomar las actividades.
Versalles nace a partir de la estación y es muy loco que haya vecinos que no sepan que hubo un tren. La gente pierde un poco la identidad de lo barrial y eso también me parecía que había que rescatarlo y contar de dónde salió Versalles.
Imagen. Juan Carlos Domínguez, Susana Boragno, y Luis dueño de la pandería Versailles.
¿Qué repercusiones tuvo el documental?
La película la estrenamos en noviembre en el Ateneo Popular de Versalles, lo hicimos ahí porque durante la investigación también supimos que ahí fue el primer lugar donde se proyectaba cine en el barrio y nos parecía que era el cierre completo para festejar los años de Versalles y estrenar la película.
Hicimos un pre estreno en un festival de cine que se hizo en el pueblo de Patricios, que es un Polo Ferroviario, ahí se pasaron diversos documentales y fuimos con Susana pensando que el tren de Versalles no iba a interesar, porque se hablaba de trenes más a nivel nacional y la verdad que nos sorprendimos mucho porque la película fue un éxito, la gente nos aplaudió muchísimo.
A partir de ahí la comenzamos a proyectar en diversos centros culturales, festivales ferroviarios, la ha analizado gente de la UBA en un programa ferroviario. Yo terminé estudiando cine en la UNSAM y también la proyectamos ahí en un festival ferroviario que organizamos y contamos con la presencia de Pino Solanas.
A mí lo que más me interesaba, mismo cuando comencé hablar con la gente y ver qué había sucedido con el tren, era rescatar el patrimonio cultural. Ver como Versalles nace a partir de un tren, lamentablemente lo pierde, se pierde un poco esa identidad y me interesaba saber qué había pasado con los vecinos a partir de esa perdida.
La película también la pasamos al aire libre una noche de verano en la Glorieta de Versalles y ahora estoy hablando para volver a pasar la proyección porque me parece que es el lugar que le pertenece.
Ver el documental haciendo click aqui