Estimulan la proliferación de edificios en Versalles, Floresta, Villa Luro y Vélez Sarsfield

Estimulan la proliferación de edificios en Versalles, Floresta, Villa Luro y Vélez Sarsfield

junio 1, 2023

El gobierno porteño otorgó un millonario beneficio a los desarrolladores inmobiliarios para que construyan en distintos barrios de la Ciudad, sin exigirles ningún tipo de compensación a cambio. Advierten que esta medida implicará la sobreconstrucción en barrios de casas bajas, generando entre otras cuestiones, un colapso aún mayor de los servicios públicos.

 

 

Mientras se agrava la crisis habitacional en la Ciudad, el gobierno porteño aprobó la Ley N° 6641, que implica una quita impositiva del 80% del Derecho para el Desarrollo y el Hábitat Saludable a construcciones de cualquier tipo que se desarrollen en barrios de las comunas 3, 4, 5, 7, 8, 9 y 10.

 

El Observatorio del Derecho a la Ciudad (ODC) explica que se trata del llamado «impuesto a la plusvalía urbana» que deben pagar «quienes soliciten un permiso de obra que comprenda metros cuadrados en una parcela, adicionales a los establecidos en el derogado Código de Planeamiento Urbano vigente hasta 2018».

 

“Este regalo de cientos de millones de pesos al sector inmobiliario, el GCBA lo hará sin exigirle nada a cambio”, advierte Jonatan Baldiviezo, referente del ODC y de El Movimiento la Ciudad somos quienes la Habitamos.

 

Imagen. La normativa aprobada afecta a los barrios de Versalles, Floresta, Villa Luro y Vélez Sarsfield, entre otros.

 

 

 

NNI: ¿Qué argumento esgrime el gobierno para impulsar esta ley?

Jonatan Baldiviezo: Ellos dicen que así se estimula la construcción en la Ciudad y que esa construcción va a ser destinada a incrementar la oferta de viviendas en alquiler, pero es totalmente ingenuo pensar de esa forma porque en estos últimos 15 años se ha estimulado la construcción como nunca – en la última década, en CABA se construyó el equivalente en metros a un Puerto Madero cada dos años-y esa construcción no fue ni para vivienda social, ni para vivienda asequible para la clase media ni para alquiler social, sino que fue para el ámbito especulativo financiero.

 

 

 

 

No se construyeron viviendas, sino que se construyeron principalmente activos financieros. Se utilizó esa sobreconstrucción para blanquear capital de forma legal o ilegal, o para destinar los ahorros y transformar los pesos en dólares por la cuestión del cepo. Un informe de 2022 denominado Radar Inmobiliario, elaborado por Fabián Achával Propiedades, revela que hay 164.000 viviendas en venta en la Ciudad. Y que, de acuerdo a la cantidad de operaciones de venta realizadas en el mes de mayo (1,75% de lo ofertado), se necesitarían 6 años para vender todo el stock de viviendas que se encuentra en venta, cuando el promedio histórico era de dos años (6,7%). La oferta de viviendas en venta lleva casi 50 meses de crecimientos interanuales.

 

Es decir, la construcción en el ámbito inmobiliario sin regulación no está garantizando el acceso a la vivienda de la población y está generando incluso que la oferta para alquileres se retraiga. Estamos en pisos históricos mínimos de la oferta de viviendas para el alquiler. Esta quita de impuesto lo que va a generar, es que se siga profundizando esta mirada especulativa de la ciudad y de la construcción que obviamente va a generar más crisis habitacional

 

Imagen. Jonatan Baldiviezo, referente de El Movimiento la Ciudad somos quienes la Habitamos.

 

 

NNI: ¿Qué impacto va a tener esta norma en los barrios tradicionalmente de casas bajas, como Versalles?

JB: Esto va a generar un impacto negativo muy fuerte. En primer lugar, porque el Código urbanístico votado en 2018 incrementó la capacidad constructiva entre un 300% a un 700% en toda la ciudad y no tuvo en cuenta la realidad persistente, por ello se está dando esta sobre construcción generalizada.

En segundo lugar, el código urbanístico no planteó una regulación del espacio público, una regulación del equipamiento urbano necesario para garantizar la misma calidad ambiental y de vida para los sectores de la población que van a ir a vivir esos barrios.

Y, en tercer lugar, porque no estableció una correspondencia entre lo que se construye y la infraestructura de servicios públicos.

 

 

Imagen. Charla que dará Baldiviezo, invitado por el grupo de vecinos Conciencia Urbana Comuna 11.

 

 

Los barrios se organizan contra el Código Urbanístico

“La parte positiva es que existe una gran organización ciudadana alrededor del código urbanístico, cuestionándolo e intentando modificarlo, y realizar una planificación democrática, participativa y más acorde a la necesidad de sus barrios», asegura Baldiviezo.

Esas asambleas están presentando acciones judiciales, elaborando proyectos de ley, concientizando la ciudadanía, haciendo relevamientos de la situación de sus barrios. Se está generando una fuerte conciencia de que son los habitantes de cada comuna, de cada barrio, los que tienen que decidir su planificación y no el sector inmobiliario en convivencia con el sector político”.