Mesita, pinturas, merienda y globos fueron el escenario en Plaza de la Bandera, donde se celebró junto a las chicas trans el día del orgullo LGTBIQ+. En una de las tardes más grises y frías que nos ofreció este año, la plaza se vistió de colores y los bancos se transformaron en banderas que simbolizan la humanidad diversa que somos.
Escribe: Perla Natalia Castillo
El martes 29 de junio en Plaza de la Bandera, Juan B. Justo y Carrasco, se realizó una merienda y pintada de bancos para visibilizar los colectivos trans que habitan en la comuna 10. Esta acción que fue impulsada por la Comisión de Género y Diversidad de nuestra comuna, conformada por distintas agrupaciones políticas y que preside Yanina Arias, trajo calidez a la fría tarde de junio.
Mesita, pinturas, merienda, globos banderas, fueron el escenario en Plaza de la Bandera, donde se celebró junto a las chicas trans el día del orgullo LGTBIQ+. En una de las tardes más grises y frías que nos ofreció este año, la plaza se vistió de colores y los bancos se transformaron en banderas que simbolizan la humanidad diversa que somos. Referentes de nuestra Comuna soñaron con esta tarde y la cumplieron junto a las chicas trans que habitan en nuestro territorio.
Esta vez desde Nadie nos invitó quisimos estar presentes para escucharlas a ellas, a las verdaderas protagonistas de esta merienda invernal y nos acercamos para preguntarles como estaban viviendo ese encuentro.
-Hola, ¿cómo estás?, ¿te gustaría decir unas palabras para Nadie nos invitó, y contarnos como vivís esta tarde? Y el sí fue inmediato.
-“Hola, soy Vanesa la de la voz gruesa”, y con esa sola frase el frío se esfumó, porque reírse de ellas mismas es el modo que tienen de sobrevivir a la discriminación.
Rubix, altx y delgada se presenta y nos dice: “Soy Vanesa o Marcelo, soy un ser humano universal, un chique, andrógeno, glam de los 80´, no sé cómo llamarlo”.
“Lo que estamos haciendo hoy en esta plaza y en el mundo es un cambio, una apertura mental para el mundo entero, para que nadie tenga un estereotipo cerrado en el cerebro. Es un cambio muy importante en la vida, que para mí, hubiera sido hermoso haberlo vivido en los ochenta y no lo pude vivir, porque antes por estar vestida como lo estoy ahora, con calzas y corpiño me corrían”.
“Era muy embromado ser diferente, porque eras chorro, asaltante, violador, tenías todos títulos sólo por ser diferente. Yo tuve todos los títulos por ser diferente a los demás, porque siempre fui diferente, por ese motivo me fui de mi pequeña ciudad de Uruguay llamada Carmelo. Lo único que le puedo decir a todo el mundo es que siempre sean felices como lo fui yo en estos 55 años que tengo”.
Paradójicamente a tanto dolor y persecución por sentirse de un modo diferente al impuesto, el mensaje final de Vanesa/Marcelo es un mensaje amoroso y donde le cuenta a la sociedad que pese a la discriminación puede ser feliz, porque su ser trasciende a los esteretipos.
También estuvimos dialogando con Romina Ouzagaste, quien estaba pintando los bancos junto a sus compañeras. Sus primeras palabras fueron: “estoy feliz de estar acá porque no salgo mucho y me parece importante estar presente, decir hola, acá estoy, soy una chica trans que apoya la diversidad. Porque soy diversa y porque creo que está bueno alzar la mano y la voz y agradecer que en estos tiempos se nos están cumpliendo algunas leyes, como la ley de Cupo Laboral Trans».
«Creo que poquito a poquito vamos por mucho más, porque no hay que conformarse, pero si ser agradecida. Pero estoy feliz por lo que vamos consiguiendo y muy feliz de estar acá en esta tarde”.
Romina, con una belleza femenina innata, estaba feliz de estar en esa plaza fría pero nadie más que ellas saben de frío, porque son quienes tienen que salir con casi nada de ropa a mostrar sus cuerpos para el disfrute de otrxs y para poder sobrevivir a este mundo en el que la miseria humana goza de buena salud.
Ella nos comentaba que no sale mucho, sólo cuando sale a ejercer el t
rabajo más viejo del mundo, y que sus mayores vínculos son con chicas trans, por eso la importancia de esa tarde, donde realmente éramos todxs diversxs y estábamos compartiendo una merienda a plena luz del día, donde todxs estábamos orgullosxs de estar ahí, celebrando la diversidad de la vida.
Mientras algunxs vecinxs pasaban y sacaban fotos, llegó Laura Astorga, con su melena rubia, un gorrito que le llegaba hasta la frente y que junto con el barbijo sólo dejaban ver sus ojos perfectamente delineados y una mirada profunda.
“Es necesario decir que estamos felices de tener un logro mas de tantas luchas. Porque años atrás las chicas trans eran corridas. Yo lo llegué a sufrir y me llevaban detenida».
«Creo que hoy las chicas trans viven libremente y lo bueno es que pueden estudiar vestidas de mujeres, por eso yo no terminé mis estudios secundarios, mas alla que no tenia un padre que se preocupara por mí, y entonces decidí salir hacer la calle. No sé si a mis 41 años me pondría a estudiar, no tengo tiempo, ojalá que si».
«Mi sueño es, ahora que supuestamente en cada empresa van a contratar chicas trans, poder conseguir un trabajo. Yo tiré curriculum para portera de edificio y nunca me llamaron porque nunca hice el cambio de género y veían una foto mía con nombre de varón y no me llamaban».
«No es mucho lo que pido, sólo un trabajo digno para dejar la calle, porque sigo haciendo la calle, con estos fríos, son muchos años, desde los 17 años que hago la calle y tengo 41. Yo quiero tener un trabajo como todos. Levantarme a la mañana a trabajar, acostarme y dormir bien, comer bien, tranquila. Ojalá que se me cumpla ese deseo».
Ojalá que a Laura, Romina y Vanesa se le cumplan sus deseos, que a todas lxs chicxs trans se le cumplan sus deseos, para que nunca más desaparezca nadie por ir a buscar empleo, como pasó con Tehuel de la Torre que al día doy lo seguimos buscando.
