Un salvavidas para los clubes de barrio

Un salvavidas para los clubes de barrio

diciembre 21, 2016

En un año donde la situación económica, tarifazo mediante, golpeó fuerte al deporte amateur, una iniciativa busca fortalecer los clubes de barrio a través del mecenazgo y del patrocinio de entidades privadas.

¿Cómo hacemos como sociedad para desarrollar el deporte de base, disponer de adecuadas instalaciones deportivas o de ambiciosos programas de formación deportiva, si no es posible disponer de una adecuada financiación que permita el desarrollos del deporte?
Con esta preocupación en la cabeza, el legislador Juan Francisco Nosiglia presentó un proyecto de ley que busca fortalecer los Clubes de Barrio a través del mecenazgo y el patrocinio del sector privado. En el deporte se produce una gran contradicción, asegura el diputado de ECO, ya que, a pesar de que genera un gran volumen económico, es ínfima la proporción que es usufructuada por el deporte de base y el deporte social, lo cual pone en riesgo las instituciones deportivas que lo hacen posible.
Ante este panorama, el proyecto propone que “el deporte pueda buscar el apoyo del sector privado, con incentivos fiscales para quienes inviertan en proyectos deportivos, con los estándares y formas que marque la ley y la Autoridad de Aplicación.
Una iniciativa para «fortalecer los clubes y fomentar el deporte amateur»

El proyecto descarta de plano cualquier deporte o actividad deportiva con fines de lucro o profesional y se centra en el deporte amateur o aficionado y en las actividades recreacionales. Tiene una mirada del deporte como formador de personas y centrado en su rol social, al integrar al deporte con la actividad privada pero con una mirada de inclusión de los sectores más vulnerables o con menos oportunidades.

Designa a la Subsecretaria de Deportes como autoridad de aplicación, y se plantea la obligación de producir un informe anual, que dé a publicidad a la sociedad de la Ciudad, una rendición de cuentas que exponga la relación costo beneficio de los proyectos ejecutados.

También, el proyecto detalla los Beneficios Fiscales que tendrán los privados que ingresen a este programa y que, se sabe, es de los centrales en el proyecto. “Acá se buscó un equilibrio entre el costo fiscal que implica la aplicación de la ley y los beneficios que producen en la sociedad”, aclara Nosiglia, quien detalla que la ley excluye de los beneficios a las personas o sociedades vinculadas con los beneficiarios, impidiendo que sea utilizada como posible actividad de evasión fiscal y también beneficiando a los que menos recursos tienen descartando deportes y deportistas profesionales o que perciban sumas de dinero por cualquier otro concepto por la actividad que desarrollan y permitiendo dirigir los recursos a quienes verdaderamente los necesitan.

A su vez, la ley tampoco permite la ley el aprovechamiento lucrativo de los beneficios otorgados ni que se utilice para publicidad de productos que van en contra de lo que la misma ley fomenta.

Un Comité de Proyecto Deportivo es la clave en la propuesta de integrar a la actividad privada con el deporte ya que lo integran representantes del estado, por un lado, y por el otro, los diferentes actores del deporte, como federaciones, clubes, clubes de barrio y deportistas. Ellos serán los encargados de elegir los mejores proyectos.

Por último, se designa a la Auditoría General del Gobierno de la Ciudad como órgano de control y supervisión financiera en la ejecución de los proyectos deportivos
«Creemos que es necesario desplegar un marco legal que permita integrar a todos los sectores en un esfuerzo colectivo para sostener su crecimiento y generar más espacios y oportunidades para practicarlo», añadió el dirigente radical. «El concepto del deporte para el desarrollo no es simplemente un fin en sí mismo, sino un instrumento eficaz para mejorar las vidas de las personas y especialmente de los sectores más vulnerables», finalizó Nosiglia.
Con la Legislatura ya en receso, el proyecto deberá esperar hasta marzo de 2017 para ser tratado a la espera de que, el año próximo, las noticias vinculadas a los clubes de barrio sean un poco más esperanzadoras que este difícil 2016.