Villa Luro: Avanzan las obras del plan hidráulico pero advierten sobre su ineficacia para evitar futuras inundaciones

Villa Luro: Avanzan las obras del plan hidráulico pero advierten sobre su ineficacia para evitar futuras inundaciones

abril 7, 2024

Se trata de trabajos de excavación de la tuneladora en el ramal secundario Yerbal, un tramo de 2,3 kilómetros que va desde Yerbal y Bahia Blanca hasta Ruiz de los Llanos, que complementa a la Cuenca del Arroyo Cildañez. La obra es considerada clave por el Gobierno de la Ciudad ya que “beneficia a 100 mil vecinos de Floresta, Vélez Sarsfield y Villa Luro”, pero especialistas aseguran que son ineficaces ya que fueron diseñadas con datos de lluvias de fines de los 90 y con criterios técnicos de hace casi un siglo.

 

 

Desde hace meses, la calle Yerbal se encuentra con tramos cortados. El motivo: el avance del Plan Hidráulico de la Ciudad. Es que por debajo de la calle Yerbal, en un tramo que va desde Bahía Blanca hasta Ruiz de los Llanos, se están realizando los trabajos de excavación de la tuneladora en el ramal secundario Yerbal, que complementa a la Cuenca del Arroyo Cildañez.

 

Se trata de un conducto principal de hormigón armado de 2,3 kilómetros de longitud cuyo objetivo es evitar los anegamientos momentáneos que puedan llegar a registrarse por las grandes lluvias de los últimos meses producto del cambio climático.

 

 

Imagen. La Ciudad está atravesada por once arroyos. (Crédito Gobierno de la Ciudad)

 

 

La Ciudad de Buenos Aires está atravesada por varios arroyos que descargan sus afluentes en el Río de la Plata y el Río Matanza-Riachuelo. El Plan Hidráulico contempla distintas obras destinadas a encauzar y conducir las aguas de estos afluentes.

 

 

“Comenzamos los trabajos desde el norte, río arriba, y estamos llegando al sur con estas obras de infraestructura que mitigan los efectos de las inundaciones. Estas obras que no se perciben a simple vista, tienen un impacto muy concreto en el día a día”, explicó el jefe de Gobierno Jorge Macri, quien aseguró que esta obra es considerada clave por el Gobierno de la Ciudad ya que “beneficia a 100 mil vecinos de Floresta, Vélez Sarsfield y Villa Luro”.

 

 

 

 

Imagen. El conducto principal es hormigón armado, mide 2,3 km de longitud y va desde Bahía Blanca hasta Ruiz de los Llanos.

 

«Nos seguimos preparando como Ciudad para el cambio climático que ya ocurre y que es una realidad. No solo tenemos que pensar en el hoy, sino también en el futuro, y estas obras tienen que ver con eso”, aseguró Macri.

 

 

Ineficacia para evitar futuras inundaciones

 

Con una mirada distinta, María Eva Koutsovitis, ingeniera civil especializada en Hidráulica y coordinadora de la Cátedra de Ingeniería Comunitaria de la Facultad de Ingeniería de la UBA, advierte que “en primer lugar habría que analizar distintas alternativas y ver cuál es la más eficiente. Obras de estas características, es decir, grandes túneles para eventos de lluvia cortos pero muy intensos son completamente ineficientes. Por eso me parece que lo primero que hay que poner sobre la mesa es que la Ciudad necesita actualizar su plan hidráulico de acuerdo a los parámetros de cambio climático”.

 

 

Imagen. Noviembre de 2022, así quedó la zona de Yerbal y Corro tras una intensa lluvia.

 

Para la ingeniera, especializada en Hidráulica, esas obras que menciona Jorge Macri que se están ejecutando en la Ciudad de Buenos Aires hace 16 años o más, muchas de ellas son obras que se han diseñado teniendo en cuenta registros de precipitación de fines de la década del ´90, con tecnologías y con diseños que además corresponden a principios del siglo pasado.

 

«Sin duda que ejecutar infraestructura mitiga los eventos de precipitación, pero no necesariamente ese diseño de infraestructura es el más eficiente».

 

«Es innegable que el régimen de precipitaciones se ha ido modificando, pero una de las cuestiones que para mí es bastante clave es que eventos de precipitación que hace dos décadas no te inundaban hoy, te inundan y eso sólo tiene que ver con las modificaciones en el uso del suelo, fundamentalmente con el deterioro, la fragmentación y las destrucción de las grandes superficies verdes y con el deterioro y la destrucción del arbolado público, que son claves a la hora de retener las primeras lluvias ahí donde caen y de poder potenciar los procesos de infiltración descontando precipitación a la escorrentía».

 

 

 

 

 

A su vez, Koutsovitis apuntó contra el avance de la construcción indiscriminada en la Ciudad ya que, advierte, en la última década se privatizaron cómo mínimo 150 hectáreas de superficies verdes absorbentes y en plena pandemia el GCBA modificó el Código Urbanístico para transformar en estacionamientos de autos los pulmones verdes de manzana. “En CABA se planifica en función de los negocios de las grandes desarrolladoras inmobiliarias sin ningún tipo de evaluación de impactos”, advierte.

 

También, la ingeniera indicó como una gran falencia que, pese a que las amenazas de origen natural que la Ciudad enfrenta son las inundaciones y las olas de calor, no contamos con un Plan de Contingencia para afrontarlas y, para peor, porque la ocupación del borde costero de la Ciudad con mega emprendimientos inmobiliarios van a impedir que podamos adecuadamente mitigar los ascensos del nivel de río.

 

 

Imagen. Proyecto de Costa Urbana, el nuevo Puerto Madero que va a construir IRSA en Costanera Sur, sobre uno de los pocos humedales con que cuenta la Ciudad.

 

 

Con estos datos, Koutsovitis indicó que estos anuncios están más relacionados con “el marketing y el negocio en torno a ese tipo de obras hidráulicas que realmente con soluciones eficientes en relación a ese nuevo régimen de precipitación”.