El 41% de los niños y niñas de Argentina presenta sobrepeso y en la Ciudad de Buenos Aires se estima que cuatro de cada diez infantes padecen esta afección. La OMS y distintos especialistas identifican a las bebidas azucaradas como una de las principales causas, y por esto proponen reemplazar su consumo por agua en los entornos escolares.
La identificación de las bebidas azucaradas como una de las principales causas que contribuyen a la obesidad infantiles anunciada año a año por organismos como la Organización Mundial para la Salud, a la vez que se reiteran los estudios científicos que dan cuenta de los beneficios para la salud que implica el consumo de entre dos y tres litros de agua por día.
Según un informe de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) publicado a fin de año pasado, las ventas de alimentos ultra procesados, como la comida rápida y las bebidas azucaradas, han aumentado de manera constante en América Latina y están ayudando al incremento de las tasas de obesidad en la región.
Entre tanto, el agua es definida como el líquido más sano y beneficios para el consumo humano, ya que representa beneficioso por su capacidad de hidratación así como también porque produce saciedad. Así se posiciona como una opción para reemplazar o disminuir el consumo de bebidas azucaradas.
En esta línea, la legisladora Natalia Fidel presentó un proyecto de ley en la Legislatura porteña, para la instalación de bebederos de agua potable en todos los colegios de la Ciudad. Para la redacción del articulado la legisladora tomó el modelo de la reforma de Ley General de Infraestructura Física Educativa de México, donde se establece como prioridad que los entornos escolares cuenten con dichos bebederos.
La representante del bloque SUMA+ argumenta que en primer lugar, esto “permitirá que los alumnos puedan hidratarse de un modo higiénico, gratuito e irrestricto y, en segundo lugar, fomentará la sana práctica del consumo de agua en lugar de otras bebidas, muchas de las cuales tienen efectos nocivos para la salud tras su consumo sostenido a mediano y largo plazo”. A su vez, desde los fundamentos de la iniciativa se indica:
“Creemos firmemente que la instalación de bebederos en escuelas servirá como herramienta para combatir la obesidad infantil, actualmente considerada como una gravísima problemática de salud”.
El modelo mexicano que ha inspirado a los legisladores locales, fue impulsado a través de la Ley General de la Infraestructura Física Educativa. En su artículo 11, la norma indica que “se garantizará la existencia de bebederos suficientes y con suministro continuo de agua potable en cada inmueble de uso escolar conforme a los lineamientos que emita la Secretaría de Salud en coordinación con la Secretaría de Educación Pública».
Asimismo, el rol de los bebederos y los beneficios que pueden representar para la salud de las niñas y niños, ha sido repasado en las XI Jornadas Argentinas de Nutrición y en la II Jornada Trasandina de Nutrición. Allí se hizo referencia a un estudio realizado en Alemania que a partir de sus resultados se identificó que la instalación de bebederos en las escuelas puede reducir hasta en un 31% el riesgo de sobrepeso infantil.