Pese a que en primera y segunda instancia la justicia falló a favor de los vecinos y que el gobierno de la Ciudad no presentó el certificado de aptitud ambiental, elemento que se le exigía para la realización de la obra, el juez Ammirato levantó la medida cautelar y los trabajos podrían comenzar nuevamente el lunes 16.
A un año del comienzo de la obra denominada Zona Calma en Villa Real, el próximo lunes 16 de julio los trabajos podrían iniciarse nuevamente. El motivo: el juzgado en lo Contencioso Administrativo y Tributario N° 10 de la Ciudad Buenos Aires, a cargo del Dr. Aurelio L. Ammirato, levantó la medida cautelar que tenía frenada la obra desde octubre de 2017.
Lo sorprendente es que fue el propio juez Ammirato quien en 2017 había decidido suspender la Zona Calma en Villa Real “hasta que el gobierno acerque los permisos ambientales o inicie el proceso de evaluación de impacto ambiental, obligatorio para una obra de esta envergadura”, decisión que, tras la apelación que realizó el gobierno porteño, fue reafirmada también por la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo y Tributario del Poder Judicial de la Ciudad de Buenos Aires hace tan solo un mes.
Sin embargo, una semana más tarde, y sin que el gobierno presente los permisos ambientales que se le habían exigido, el propio juez Ammirato levantó la medida cautelar que tenía frenada la obra.
Los vecinos que en 2017 habían realizado la presentación en la justica aseguraron que ya presentaron nuevamente el amparo para impedir que se realice la obra y adelantaron que se reunirán con legisladores porteños para ponerlos al tanto de las novedades.
Una obra fuertemente resistida por los vecinos de Villa Real
Además de la falta del certificado de aptitud ambiental de la obra, existen una importante cantidad de argumentos contra la instalación de la Zona Calma en Villa Real, ente los que se destacan: la ausencia de instancias participativas de los vecinos del polígono en el que se desarrolla la obra, ningún estudio social y ambiental que sustentara la decisión de construir una zona calma o que evaluara el impacto positivo o negativo que ella importaba.
A su vez, las vecinas amparantes aseguraron que las obras a efectuarse presentan los siguientes problemas:
a) no están bien proyectadas y dificultarán la movilidad de las ambulancias, los camiones de bomberos, de recolección de residuos y los vehículos de las fuerzas de seguridad, que no podrán maniobrar correctamente;
b) los canteros proyectados, por su ubicación, generarán bloqueos en el tránsito vehicular;
c) disminuirá la cantidad de espacios de estacionamiento en la vía pública, por lo que los habitantes tendrán que trasladarse mayores distancias caminando de noche a sus hogares en una zona que sufre de inseguridad;
d) el trazado de ciclovías y la instalación de chicanas dificultará el ascenso y descenso de los niños que concurren al Club Atlético Social y Deportivo Camioneros;
e) no se consideró que casi el 50% de la superficie a intervenir es Distrito AE26 – “Vías de ancho reducido” que tienen protección especial por ser ámbitos de significación ambiental en los términos de la ley 4738.