Oscar San Marco, trabajador de la fábrica de Floresta que de un día para el otro dejó a sus 25 empleados en la calle, aseguró que se mantendrán en sus puestos hasta que se les pague que lo corresponde y agradeció el apoyo de los vecinos del barrio.
Este lunes podría haber sido como cualquier otro para Oscar. Despertador, ducha, mate y colectivo hasta Camarones 3879, donde queda Fangraf, empresa gráfica en la cual trabaja desde hace 27 años y la cual conoce como la palma de su mano. “Yo era la persona de mayor confianza dentro de la empresa. Poseía las llaves, abría y cerraba, conocía los códigos de seguridad. Y cuando vengo el día lunes e intento abrir, veo que la cerradura estaba cambiada”.
Así, los 25 trabajadores que forman parte de esta empresa que produce cartulinas, papel para forrar cuadernos y para tarjetería se enteraron que pasaban a engrosar la larga lista de despedidos de este 2017. Pese a que en sus 30 años de existencia Fangraf había sobrevivido a varias crisis, desde el año pasado la situación se había puesto difícil. Los meses de atraso salarial y los tres aguinaldos adeudados así lo indicaban. Sin embargo nadie se imaginaba que la empresa cerrase sus puertas de un día para el otro y, menos todavía, que los dueños ni siquiera darían la cara.
El lunes, agolpados en la puerta y sin poder entrar, los trabajadores decidieron quedarse y exigir que aparezcan los responsables y den alguna explicación. “Lo que estamos haciendo con los compañeros es esperar dentro de la fábrica, lo cual no significa que sea una toma sino que estamos pacíficamente y autorizados por los dueños de la empresa, para negociar con los abogados que nos van a traer ellos y abogados que pusimos nosotros para ver cómo hacemos con la indemnización que nos corresponde. Por supuesto ellos quieren pagar lo menor posible y nosotros no lo vamos a aceptar”, cuenta Oscar. Hasta el momento se sabe que los dueños aseguraron que la empresa estaba quebrada y que podían pagar el 50% de indemnización.
Un barrio que dijo Presente
Mientras los dueños de la empresa se escondían, los que empezaron a aparecer fueron los vecinos de Floresta. “El barrio está solidarizado con nosotros porque es una empresa que esta hace muchísimos años que está y a nosotros, que en mi caso particular llevo 27 años, mis dos hijas trabajan dentro de la empresa, nos conocen a todos”, asegura Oscar. “Te comento el caso de un jubilado que cobra la mínima, que se acercó con una bolsa llena de sanguches de milanesa de carne y de pollo, gaseosas, y el tipo nos dejó todo eso para que comiéramos algo. Esa es la respuesta del barrio”.
Un 2017 complicado
La noticia del cierre de Fangraf se da en un mes donde los despidos volvieron a ocupar el centro del debate político y mediático. El caso más resonante, sin duda, es el de Pepsico, la multinacional norteamericana que también cerró las puertas de su planta de Vicente López sin previo aviso y que dejó a 600 trabajadores en la calle. Pero la lista es más amplia e incluye a Puma, empresa de calzado que echó a 180 trabajadores de sus plantas en La Rioja; a los 70 trabajadores ferroviarios despedidos por el cierre de los talleres Rioro, cerca de Rosario; a los 600 trabajadores que desde julio se quedarán sin trabajo en Atucha.
Los casos son muchos y exigen una rápida intervención de los funcionarios municipales, provinciales y nacionales. Esperemos que no estén demasiado ocupados posando para las campañas electorales.
