Luego de la tormenta del martes 1° de octubre, la dirección de Adultos y el aula de 1º grado amanecieron inundados y creció la preocupación de la comunidad educativa. “Las respuestas que da la empresa no generan ninguna certeza respecto de este tema, aseguraron desde la cooperadora. “Si bien se cortó el suministro eléctrico de esa aula y de la dirección, no estamos seguros del recorrido del agua dentro de las cañerías eléctricas, ni de la calidad de los cables, teniendo en cuenta la antigüedad de la escuela”. Las dudas surgen de hechos reales: después de la última lluvia, en la que había ingresado también mucha agua, en el aula de 3º grado, mientras los niños estaban en clases, un ventilador (apagado) empezó a hacer chispas sobre los chicos.
“Esta situación viene aconteciendo desde hace años”, asegura Juliana Obiols, presidenta de la cooperadora de la escuela en una carta dirigida a la Defensoría del pueblo de la Ciudad. “Por la misma se han realizado muchos reclamos, algunos frente a la Defensoría, y otros en el Ministerio de Educación elevados por las autoridades de la escuela en ese momento, y este año, el 22 de Julio se hizo otro reclamo en la empresa SEHOS, designada por el GCBA, que se encarga del mantenimiento de la escuela. Dichos reclamos no tuvieron una solución adecuada, evidentemente, y hoy el problema es más grave que antes”. Ver (La Auditoría había señalado que la impermeabilización de los techos estaba incompleta y mal realizada)
“Por lo pronto, hay un grado que no puede concurrir a clases normalmente, sus trabajos y el material didáctico se arruinaron con el agua. La dirección de la escuela está arruinada, incluyendo computadoras, escáner, impresora, y demás artículos que allí había”.
“Los padres estamos realmente preocupados por el riesgo eléctrico que puede haber en la escuela, tanto para los alumnos, como para los docentes y auxiliares. Realmente, las respuestas que da la empresa no generan ninguna certeza respecto de este tema, si bien se cortó el suministro eléctrico de ese aula y de la dirección, no estamos seguros del recorrido del agua dentro de las cañerías eléctricas, ni de la calidad de los cables, teniendo en cuenta la antigüedad de la escuela. Las dudas surgen de hechos reales, cuando después de la última lluvia, en la que había ingresado también mucha agua, en el aula de 3º grado, mientras los niños estaban en clases, un ventilador (apagado) empezó a hacer chispas sobre los chicos.
“Si a esto le sumamos la ineficiencia de la empresa y sus responsables por solucionar el problema, no nos da ninguna confianza para dejar a nuestros hijos en la escuela cuando ellos afirman que “no hay riesgo. Necesitamos la intervención urgente de las autoridades del Gobierno de la Ciudad para resolver esta situación que ya no da para más. Y pedimos que se investigue el contrato con la empresa SEHOS, encargada del mantenimiento”.
Si bien este miércoles a primera hora se acercaron funcionarios de supervisión escolar, infraestructura y de la empresa y se descartó el riesgo eléctrico, prometiéndose obras paliativas para la resolver el problema, la comunidad educativa exige soluciones de fondo: es decir prácticamente rehacer el techo. “Estamos iniciando tratativas para que se resuelva pero depende del accionar y la voluntad de los funcionarios públicos”, asegura Juliana. «Con estas filtraciones tenemos miedo de posibles desprendimientos de la bovedilla».
“Necesitamos respuestas, necesitamos soluciones, necesitamos confiar en que nuestros hijos están a salvo en la escuela a la que asisten, y fundamentalmente necesitamos que no tengamos que lamentar una muerte -como ya ocurrió en otras escuelas- para que lo solucionen”.