Durante más de 70 años, la empresa Roux fue un emblema de Villa Luro y de la industria farmacéutica nacional, pero para 2016 sus dueños la vaciaron y quisieron llevarla a la quiebra. Luego de tres años de lucha, los trabajadores evitaron el cierre, formaron una cooperativa y volvieron a producir. Hoy, a cinco años de esa hazaña, son el único laboratorio del mundo recuperado por sus trabajadores.
Un laboratorio emblema de Villa Luro
Creado en 1935, en los inicios del Plan de Industrialización por Sustitución de Importaciones, el laboratorio Roux -una de cuyas plantas se encuentra en Medina 138, Villa Luro- se transformó en poco tiempo en líder en la producción de sueros. Ya en la década del ´60 inició la primera producción de bolsas para recolección de sangre en el país, así como de sets de transfusión y perfusión.
Sin embargo, 80 años después de su fundación, la empresa era una sombra de lo que supo ser. La debacle comenzó en 2016, cuando el último representante de la familia Roux, Julián, dejó de pagar salarios y de realizar aportes jubilatorios alegando “problemas financieros” y tocó fondo cuando el 2 de enero de 2017 pretendió suspender a todo el personal.
Foto: Vicky Cuomo (Gentileza Revista Cítrica)
Desde entonces sus más de 350 trabajadores comenzaron una lucha que incluyó tomas pacíficas de la planta para frenar despidos y acampes para evitar que nuevos dueños que se hicieron cargo de la empresa de manera fraudulenta se llevasen la maquinaria. Así, luego de tres años de lucha y de pensar cómo mantener a flote la empresa y de presentar toda la documentación necesaria, en 2019 la justicia falló a su favor y la empresa Roux, hoy en día Farmacoop, se transformó en el primer laboratorio del mundo recuperado por sus trabajadores
En estos cinco años, volvieron a poner en marcha la empresa, compraron equipos, tuvieron un rol destacado en la pandemia, elaborando alcohol en gel y test serológicos, y continúan abriendo nuevas unidades de negocios.
“Nosotros hoy en día, tenemos productos propios, como puede ser el aqualane, que es una crema cosmética; estamos brindando servicios de operación logística y distribución también de producción para terceros, y también estamos también en vistas de habilitar un nuevo sector para sumar líneas de producción en función de la cantidad de marcas y certificados que tenemos que nos quedaron de la antigua Roux”, nos cuenta Bruno Di Mauro, presidente de la Cooperativa.
¿Cómo vienen atravesando esta situación económica tan desfavorable? “Con una estrategia de corto y mediano plazo, por la imposibilidad de prever escenarios que tienen que ver más bien con sostener las estructuras de las plantas sin endeudarnos y garantizando los retiros para los compañeros y las compañeras. Hoy en día somos algo más de 40 personas entre trabajadores operarios y vendedores, sumándole a eso algunos profesionales y contratados”.
En la semana del 1° de mayo, ¿qué les dirías a los miles de laburantes que están atravesando una situación de angustia por la pérdida o posible pérdida del laburo?
– Yo creo que hay que hablarle a los trabajadores y las trabajadoras, para empezar, desde la verdad. Hay que decir algunas verdades que durante muchos años no se dijeron y que tienen que ver con cambiar un poco el chip que tenemos en la cabeza respecto de que los trabajadores y trabajadoras no podemos hacernos cargo de nuestro destino, de que dependemos siempre de o una clase política profesional o de los empresarios para que tengamos que ir agradeciéndoles de que nos den laburo
Creo que tenemos que empezar a decir el diagnóstico: que hoy, entre los Estados Unidos, Black Rock y el FMI están definiendo nuestra política económica, lo cual es lo más grave. Y por otro lado plantear que nosotros tenemos una gran cantidad de recursos y una gran capacidad instalada como para poder hacer frente, a partir de la inteligencia común entre trabajadores y Estado, de nuestra producción, de hacernos cargo de nuestros recursos. Porque tampoco son nuestros. Hoy en día, aunque no estén privatizadas las empresas, todos los recursos son explotados en general por empresas extranjeras. Empezar a hablar de quiénes son los que hoy se llevan la guita, la fugan.
Y tenemos que construir fundamentalmente una nueva dirección del movimiento obrero. Una nueva dirección del movimiento político popular haciendo un balance de los últimos años, entendiendo que con el Estado no alcanza, que no es solamente una estrategia de Estado presente contra Estado no presente, sino que tiene que ver con que el Estado será capaz de llevar adelante una política exitosa, en tanto y en cuanto haya organizaciones libres del pueblo organizadas para dar las peleas que haya que dar, y que no podemos canalizar toda la política a partir del Estado. Para eso necesitamos fortalecer nuestras organizaciones y crear organizaciones políticas.
Fundamentalmente eso, dejar de concebir nuestras organizaciones como organizaciones meramente reivindicativas o corporativas, donde cada uno cada una pelea por reivindicaciones propias y tratando de defenderse de los ataques de este nuevo gobierno y empezar a construir organizaciones políticas que estén dispuestas y preparadas para representar también y no solo para para discutir su sector.
Escribe: Alejandro Volkind